feliz inicio de semana mis lindas lectoras. No sé me vayan que van a tener otro capítulo. Comenten, califiquen, síganme en I N S T A G R A M; escritora palacio. GRACIAS...
—señor, la señorita Gina ha estado llamando— Marcus le informa, ya que Gina tiene el número del asistente de su novio por alguna emergencia —¿Pasa algo?— pregunta algo estresado —dice que lo está esperando, señor. ¿Desea que haga algo por usted?A Ada se le cae un zapato sin querer, llamando la atención de los dos hombres. La chica palideció e inmediatamente se agacha para agarrar el zapato y al alzar su mirada, Adams ya está frente a ella, cosa que la dejó boquiabierta. —¿Estás bien?— le pregunta extendiendo sus manos para agarrar los zapatos —sí... Dejaste esto en mi habitación— se los entrega mirando el pecho desnudo del hombre, una mirada que lo inquieta a él —es usted muy amable señora Grey— recibe sus zapatos —¿Necesita que la ayude en algo?Ada niega con la cabeza mientras que Marcus divaga en sus pensamientos, piensa en que ellos son la pareja perfecta. —¡No... Eso es todo!— se gira para dirigirse a su habitación —señora Grey— la menciona Adams y ella siente un calor reco
—voy para allá— dijo y cuelga la llamando soltando un suspiro de cansancio —¿Pasa algo con tu esposa? —no... Es algo del trabajo, te veré luego abuelo— se acerca para despedirse con un abrazo fugaz —hijo...— dice el cabecilla al verlo tan tenso, teniendo la atención de Adams —trae a tu esposa lo más pronto posible, necesito hablar con ella a solas y es una orden —lo haré abuelo, un permiso— se marcha rápidamente Está desesperado, necesita saber que le ha pasado a Gina, pero también intrigado porque necesita saber que quiere hablar su abuelo con Adamaris. Al salir de la clínica, lastimosamente los paparazzis lo empiezan a acosar con preguntas que lo enfadan. Sin embargo, no quiere malgastar su tiempo, sus escoltas lo protegen hasta que logra subir al auto y marcharse a dónde Gina. Al llegar al apartamento de Gina, se sorprendió al verla en el suelo llorando demasiado atormentada. —¡Gina!— se acerca y la toma entre sus brazos al estar en la misma altura que ella —Adams... M
—¿Cómo va la investigación de ese cazafortunas?— pregunta Adams —Aún no he tenido más información señor. Pero no me cambié el tema, dígame por favor que usted va a asistir a la apertura del señor Coleman— Marcus está ansioso, ya que de su jefe cualquier cosa se puede esperar —llama a Gabrielle Bonheur, quiero el mejor vestido para Adamaris— ordena con firmeza —¡Fantástico!— Marcus exclama con emoción por lo que Adams se gira para mirarlo —perdón señor. Se que debo controlar mis emociones, no volverá a pasar, me retiró— Marcus se marcha rápidamente saliendo de la oficina de su jefe con una gran sonrisa Mientras que Adams al estar solo, sonríe diminutamente. —primero tus objetivos Adams— se dice a sí mismo para luego mirar la pantalla de su móvil, quisiera llamar a Ada y saludarle, pero no quiere parecer intenso o mostrar intereses.El día pasa lento para Grey y sí, quizás es algo absurdo, pero cuando quiere el tiempo pase rápido es una tortura ¿Y por qué él está así? Bueno, el señ
—no te pienso comer— le da una mirada tan sensual a Ada que automáticamente a ella se le eriza piel —solo quiero ayudarte con las zapatillas —¡Yo me las coloco! No te preocupes— dice y traga grueso —deja el miedo, solo quiero ayudar— se termina acercando y luego se agacha con elegancia —levanta un poco tu vestido— le pide y ella se debate —házlo y te sostienes de mi— le ordena y Ada termina cediendo Lo más exquisito, es cuando Adams ve las piernas desnudas de Ada, aquella piel blanca, perfecta que provoca tocar, se le hizo agua la boca por hacerlo. —tu pie derecho, por favor— el tono de voz de Adams es demasiado sexy y el calor empieza a reinar en ambos. Ada extiende un poco su pie derecho y Adams lo agarra sutilmente haciendo que ella cierre los ojos de manera inconsciente. Él no lo pudo evitar en dar una leve caricia tan tentadora que le causó unas ganas enormes por querer subir más sus manos y así poderla tomar libremente, pero sabe que debe respetarla y que a pesar de qu
—¿Eso sería un delito?— sonríe maliciosamente —al final tú quieres que hagamos a nuestro hijo cómo debe ser, así que para intimidar debes soltarte un poco más, ya sabes, debes dejarte llevar para que todo pase sin ser forzado —Ya comprendo por dónde va su consejo señor Grey. Aprovechando que estamos hablando de sexo— respira profundamente para tener el valor de decirlo —te pido por favor que solo te acuestes conmigo, sé que tienes tu novia, pero haz el sacrificio —¿Sacrificio? No tengo ningún problema en no estar con Gina. ¿Entonces cuándo vamos a hacer a nuestro hijo?—señor Grey, soy una mujer que jamás ha sabido que es estar desnuda ante un hombre o sentir caricias prohibidas, así que no es fácil para mí, darle la fecha exactaGrey se sirve, un trago de vodka, le parece sumamente atractivo. —eso es un honor— Ada se atora con su saliva y empieza a toser, Grey tiene una forma de hablar tan directa que le causa nerviosismo —creo que te haría bien beber otro trago de vodka— se lo si
Bianca estaba tan dispuesta que Jacobo la agarra rápidamente del brazo. —¡No cometas una locura!— le susurra al oído —¡Suéltame Jacobo!— ordena Bianca sin dejar de mirar a Ada —¡No actúes con la cabeza caliente! Puedes esperar, Grey no estará todo el tiempo con ella— aconseja y Bianca se suelta bruscamente de su agarre para luego voltear a mirar a su prometido con desdén —¿Es eso? O me mentiste y resulta que la estúpida de Adamaris te importa ¡Habla de una buena vez!— gruñó y Jacobo mira nuevamente a Ada, y sí, sabe que fue un puto degenerado, un frío lento con sus acciones, sin importarle lastimar a Ada con tal de lograr su objetivos —quien me importa realmente, eres tú— se acerca a Bianca y la agarra de la cintura para luego esbozar una sonrisa seductora —no pienses mal de mi, eres la única que me importa —Espero que así sea, Jacobo. Porque no sabes de lo que soy capaz de hacer si te burlas de mi— lo mira desafiante —preciosa no te miento, ven aquí— la empieza a besar para ca
—Jacobo es feliz, porque seremos padre, ya que tú jamás lo ibas a hacer feliz y darle un familia por tu estúpida obsesión de trabajar y luego lo tonta que te convertiste— Bianca sonríe y se acerca a Ada para quedar frente a ella y luego esbozar una sonrisa triunfal —¡Nunca vas a ser una mujer de verdad y así como Jacobo se aburrió de tí, también lo hará el señor Grey! Eres tan desagradable que nadie te quiere— la empuja y Ada se tensa —no eres nadie aunque estés con Grey y por haberme arruinado la noche lo pagaras— alza su mano para golpear a Ada la cual esperaba el golpe, pero aquel golpe no llegó ya que alguien sostiene la mano de Bianca y cuando Ada fija su mirada se percata de que es Adams Grey Bianca palidece y luego contempla la figura del hombre que se pone frente a ella siendo demasiado prepotente y sin soltar su mano. —¿Cómo te atreves en querer golpear a mi esposa?— la voz de Adams es gruesa, es demandante, es benigna —yo... Es que usted no sabe quién es realmente ella, ¡
Grey lleva su mano izquierda a su cabeza y se rasca con algo de desesperación, para luego respirar por un momento y mirar lo mal que está Gina. —te lo buscaste Gina. He sido muy claro contigo y es que yo no puedo amar a nadie, te estimo y la pasamos bien, pero amarte no. Si no me puedo amar a mi mismo, no puedo amar a nadie, por favor vete a tu apartamento, aunque suene cruel, Ada es mi prioridad, sabes que primero está mi trabajo— la mirada de Adams es fría —y no pienso cambiar ni por tí ni por nadie, Gina. —¿Me estás dejando, bebé?—ahora no quiero hablar de ello, pero has dado un mal paso y sabes lo mucho que me irrita eso— se marcha y ella está sin palabras —no te pienso perder. No pienso rendirme, soy la única que merece tu atención— Gina mira a Grey y los escoltas que lo protegen en cómo se alejan cada vez más Al salir Grey del lugar, mira a su escolta que está de pie junto al auto. —¿Dónde está mi esposa?—en el auto señor— aquella información fue un respiro para Adams —a