Ahora Ada y Adams están en la bañera, el agua está tibia, espumosa y tiene pétalos de rosas rojas. —¿Quieres más vino?— definitivamente Grey se está luciendo—sí por favor— lo observa servir el vino mientras ella sostiene la Copa—tengo una sorpresa que te va a gustar en cuanto lleguemos a San Francisco—¿Me dejaras con la intriga?— pregunta haciéndole ojitos—valdrá la pena te lo aseguró— ahora se sirve vino para él—ya mañana debemos regresar—así es, pero lo haremos en la noche así alcanzó a llevarte a otro lugar —eres tan perfecto, que no me importa nada más solo tú— lo empieza a besar y Grey le corresponde para luego dejarla de besar y mirarla a los ojos —¿Qué me hiciste?— pregunta mirándola como todo un galán seductor—eso me pregunto ¿Cómo es que te has metido en mi corazón?— Ada se le sube encima y lo vuelve a besar, dejando caer su copa de vino para concentrarse en él. Antes era él el que seguía y seguía hasta más no poder y ahora es ella la que le pide más y más. Por supue
—Ada— Grey está algo tenso porque sabe que Ada tiene mucho rencor hacia Jacobo y no quiere que ella se deje llevar por ello y termine haciendo algo indebido —me diste tu palabra anteriormente, así que voy a confiar en tiElla suelta un largo suspiro y asienta con la cabeza aunque su sangre hierve y más sabiendo que Sonia la mujer que su padre eligió, la que metió a la casa como si fuera la dueña, es la mayor protagonista de la tragedia que ella vivió. —¿Ada?— Grey se acerca más, sabiendo que ella está sumergida en sus pensamientos—quiero ir a la habitación—murmuró—ven, la noche es larga vamos a dormir— Adams la ayuda a levantarse y van a la habitación, mientras que la azafata se encarga de limpiar Ambos se acuestan en la cama y esta vez no hubo sexo, son tantas cosas que los atormenta a ambos que prefieren descansar porque sin duda el regreso sera para tomar cartas en el asunto. . . . El pobre Marcus tuvo mucho debate en si iba o no a ver a Myriam, sin duda ella es hermosa y a
—¿Ayuda?— sonríe con amargura —escúchame muy bien Marcus, si por mi fuera, mandaría tres metros bajo tierra a Sonia, Bianca y al estúpido de Jacobo. Voy lento porque Ada es... Sensible y aún no asimila todo lo que ha pasado, pero al que más le tengo ganas es a Jacobo, ¿Recuerdas qué puedo mandar tras las rejas a Jacobo? Pero si lo meto a prisión por la venta del anillo, pueden pagar la fianza y saldrá como si nada, necesito algo más fuerte así como él hecho de que él es cómplice del accidente de mi esposa y Sonia la principal culpable, pero no tienen ni idea los que le va a pasar —señor sé que usted toma buenas decisiones respecto a la venganza, pero creo entender a la señora Grey, de cierta forma ella quiere que sientan lo que algún día sintió, debería analizar un poco lo que ella quiere, ahora que están juntos usted debe mantenerla feliz y así cualquier situación arrolladora que pase no los va a separar—buen punto Marcus. Lo voy a pensar ¿Y mi casa? —señor al finalizar la tarde e
—suerte con eso, ahora largo de aquí, o llamaré a mis hombres —¿Cómo te atreves?—tengo todo mi derecho, soy el ceo y hago lo que se me antoje, así que te vas por las buenas o si no llamaré a mis hombres porque a mi no me importa sacarte como la rata que eres y los empleados no me importan, así ven que yo soy el que tiene el mando —algún día llegará el momento en que veré como los gusanos te consumen—o quizás seré yo el que tendrá el privilegio de verlo, ahora lárgate— señala hacia la entrada de la empresa—tus días están contados Adams— luego de semejante amenaza, Marcus empieza a sudar, no quiere que le pase algo a su jefe —señor por favor haga algo para acabar con ese hombre, esa sentencia de muerte me preocupa—Necesito estar solo— se marcha a su oficina y al estar solo, saca un cigarro, lo enciende y empieza a fumar con desesperación. Pero su móvil suena y es un mensaje, al verlo es de Lukian, una foto de Adrián en la calle todo borracho pareciera un indigente y una foto de G
—¿¡Qué cosas dices abuelo!? — Ada se coloca de pie muy histérica —calma por favor... Querida Ada, si amas a Adams, esa es la única solución—¡Por Dios abuelo!— Campabell lleva su mano derecha a su corazón —¡No puedo dejar a Adams! Lo amo y estamos viviendo nuestro, mejor momento—momento que acabará para siempre si no aceptas hija, solo tú eres nuestra única ayuda, por favor acepta mi propuesta, esperamos unos días, firmas para ser la heredera y te marchas lejos es la única forma de quitarnos a Alessandro de encima. Si todos quedamos pobres, seguramente esta pesadilla acabará. Escucha hija, toma asiento por favorAda mira al cabecilla y el corazón pareciera que se le fuera a salir del pecho, vuelve a tomar asiento porque posiblemente se puede desmayar. —abuelo... No me hagas esto, no puedo dejar al hombre que amo así por así —debe parecer creíble hija. Te diré algo, Alessandro no tiene nada porque todo está bajo mi poder, ni a él ni a mi hijo Vicente les di dinero, los muy aprovec
Ada está consternada, sabía que su viaje a París junto a su esposo sería unas cortas vacaciones que debía aprovechar al máximo, también sabía que regresar a San Francisco no sería fácil, pero literalmente saber lo que piensa el cabecilla y lo que oculta su esposo la pone contra la espada y la pared. Apenas está amaneciendo y Ada ya está lista esperando que Adams despierte, pero el hambre le ganó y tuvo que ir a la cocina donde se encuentra a Roma cocinando. —buen día Roma ¿Pudiste descansar? —buen día señora Grey, siendo sincera aquí me siento segura, gracias por abrirnos las puertas de tu casa—solo Ada por favor y descuida, yo feliz de que estén aquí. Por cierto tengo mucha hambre y huele delicioso—estoy haciendo un gran desayuno para consentirlo a todos ¿Quieres café? —sí por favor y sí tienes algo ya listo para comer te lo agradezco Roma la mira con una gran sonrisa. —al parecer estas en dulce espera—¿Tú crees?— Ada se ruboriza —¿Antes te daban ganas de comer así? —la ver
Grey le cuelga la llamada y trata de controlar su ira por la amenaza que le dio Alessandro. —¿Quien era?— Ada lo mira con intriga —era Marcus...— toma asiento y justamente llega Roma con el desayuno—¿Seguro?— pregunta el abuelo Grey—sí. ¿Te sientes bien aquí, abuelo? —excelente, gracias a tu esposa y a ti por permitir que viva con ustedes, Roma también está feliz—así es— termina de colocar los platos sobre el comedor —espero que les guste el desayuno, a la señora Grey le encanto—mi nietecito es comelon, así era mi esposa cuando estaba embarazadaAdams mira fijamente a Ada y la ilusión despertó en él, han tenido tanto sexo que posiblemente esté embarazada. —abuelo— Adams deja de mirar a su esposa —¿Qué sucede hijo? —voy a vender la mansión Grey—haz lo que veas conveniente— Adams se sorprendió, pensó que su abuelo le iba a dar un largo discurso de que la mansión es familiar y que tiene gratos recuerdos —todo sea por el bien de la nueva generación Grey, hijo— se dispone a desayu
—¡Es increíble que me estés llamando!— Ada siente su sangre hervir —por favor no cuelgues— solloza —ayudame, se que no lo merezco, pero si no lo haces moriré—no es mi problema, te has buscado todo lo que te ha pasado, además no te creo nada, absolutamente nada y no me vuelvas a llamar—¡No me cuelgues por favor!— súplica y Le tiemblan las manos —no merezco misericordia, pero si tan solo me escucharás—¿¡Con quién estás hablando!? — todos hacen silencio al escuchar la voz de AlessandroBianca trago grueso, hace poco abusó de ella y pensó que se había ido como siempre lo hace, pero no. Ella se gira lentamente y mira a Alessandro, mientras que Adams le hace señas a Ada de que haga silencio. —Pensé que te habías ido... —¡Te hice una pregunta!— se empieza a quitar el cinturón—yo, estaba hablando con una amiga del club, me... Está pidiendo que nos veamos, pero me duele mucho la cabeza—¿Y por eso estás llorando? — le arrebata el móvil —sí... Porqué me duele mucho la cabeza, no me vaya