Cuando Doménico llegaba a cualquier lugar, su gran altura, su ancha espalda seguido de esos músculos que se amoldaba a su cuerpo como un uniforme de algún superhéroe, todo ese paquete hacía que más de una girara a admirarlo como si de mister universo pasara por su lado. No pregunto, no toco la puerta solo ingreso al consultorio del médico, sin ningún gesto de haber cometido algún error—Te aprecio mucho Apolinaria como si fueras de la familia, pero no entiendo a que me has hecho venir si sabes que mi tiempo debo emplearlo en otras cosas, si tu bebé está bien no hay otra por lo que deba yo estar aquí — Él preferiría mil veces estar haciendo llamadas, hablando con los detectives privados, con los policías que había comprado para acelerar las investigaciones, todo menos estar en ese lugar que le traía tan malos recuerdos, ya que cuando despertó estaba en un hospital logro ser consciente de la pesadilla que sería su vida.—Señor, si no fuera algo importante no lo hubiera citado, el doctor
HACE TRES MESES—Cuando nos casemos me gustaría que tengamos hijos pronto, me ilusiona mucho la idea que dentro tuyo crezca un pedacito nuestro, sé que amas a Fernando como si fuera tu hijo, pero de verdad que pensar que dentro tuyo crezca algo que tuviera de los dos, me llenaría de alegría, pero no te voy a presionar, porque sé que es una decisión muy importante que no se tiene que tomar a la ligera, no es lo mismo que yo quiera a que tú lo lleves — La mirada sorprendida de Rosse era un poema, entre sorprenda y angustia, la palabra hijos no era una que le causaba en ella lo que la mayoría de mujeres sentía normalmente, adoraba a Fernando como si lo fuera, pero traer un hijo al mundo es otra cosa, sentía pavor hasta casi entrar en pánico.—Doménico yo ahora no quiero hijos, más adelante hablemos de este tema — Tratando de dar por sentado el tema.—Pero yo quiero una niña jugando por ahí, una que se parezca a ti, pero mejor no porque voy a andar espantando a los imbéciles, vamos cariño
—¡Esto es imposible! No entiendo ni una mierda ¿Qué significa esto Rosse? Ya ni siquiera sé quién eres, ¿Por qué mentirme como lo hiciste?MINUTOS ANTES—Necesito una explicación, necesito algo que me diga dónde está, ni con todo el dinero del mundo puedo tener una explicación. — Estaba cansando de no tener respuestas y ahora más que nunca sabiendo que su hijo estaba en su vientre, quería recuperarla a cualquier costo.—Señor Barbieri tengo nueva información y no sé cómo lo va a tomar —Uno de los tantos investigadores que buscaban a Rosse encontró nueva información, pero no estaba seguro de que hacer con ello, era muy delicado y con el carácter explosivo de Doménico tema por su vida.—¡Habla de una vez carajo! No vez lo delicado de la situación, no vez que mi mujer desapareció hace casi diez días y lo único que has sabido decirme tus ineptos investigadores es que no hay rastro, son tan imbéciles que no saben hacer nada — La sangre le empezaba a hervir como lava, tenía ganas de desquit
Cada espacio que daba era caminar o un lugar que gritaba su nombre, cada rincón gritaba el de Rosse por donde fuera. Esas sabanas traían tantos recuerdos por un momento se quedó en silencio y solo se sentó sobre la cama, en completo silencio, sin dejar de observar como la luz entraba por la ventana, trataba de calmarse, trataba de poder guardar la calma y pensar con la cabeza fría, pero era tan difícil aceptar que tal vez se hayan reído de él, pero era imposible él sabía que ella lo amaba, de eso no había duda, era la manera en lo que miraba, era como su cuerpo reaccionaba cuando estaban juntos, nadie podía fingir hasta amar a niño que no era suyo, pero necesitaba respuestas, necesitaba calmar su alma y su corazón, necesitaba hallar aquello que le regresara un poco de paz, aquella que no tenía desde que ante sus ojos le arrancaron la felicidad de sus manos, desde el momento en que ella vestida de blanco fue arrebatada de su lado y al día de hoy no tenía idea donde estaba, no era el mi
—Abuela necesitas tranquilizarte, no llevas ni una semana consciente y ya te quieres levantar, tienes que entender que has estado en coma casi tres años, eres un milagro ándate, pero no fuerces a tu suerte. No queremos volver a sufrir lo que sufrimos, no sabes lo que fue verte como dormida tanto tiempo, muchas veces pensamos que no lo lograrías — Mientras tomaba la mano de la mujer con el cabello cenizo y media sonrisa para tratar de calmarla, ella no tenía idea lo que había sido mantenerla en pie, no tenía idea que había tenido que recurrir a la justicia para que ella hoy puede estar con él, su madre había intentado desconectarla hace un año ya cansada y agotada por todo lo que significaba una anciana en coma sin muchas esperanzas de salir de esa situación.—Mi niño hermoso, te entiendo, pero entiéndeme a mí, tengo que encontrar mi Alfonsina, no sé dé ella, esta vieja se llena de angustia de saber que puede haber sido de ella, de mi niña, ella está sola solo me tenía a mí, me entiend
UN MES DESPUÉS—Martín, hace tres días que él se fue y no tenemos noticias — Mientras él besaba su vientre de casi cinco meses, sentía una dicha casi plena, si no fuera porque hace días que su jefe bueno ahora socio había salido del país cansado de sentarse a esperar por noticias sin ningún resultado, lo entendía si por algún motivo Apolinaria le hubiera pasado algo similar hubiera movido mar y tierra por ella y su bebé, Martín no podía creerlo sería padre, algo que tanto soñó y hoy es casi una realidad.—Mande a gente a resguardarlo a la distancia y él lo sabe, esperemos que esto resulte, en este tiempo solo se pudo averiguar que un barco salió del puerto días después sin rumbo establecido, pero él cree que están en Génova o Roma, es capaz de hincársele a alguna virgen si con eso la recupera — Mientras contemplaba a su esposa que le acariciaba el cabello, ella seguía sin creer que hace tres semanas, él simplemente presiona su mano diciéndole que había regresado por ella y el su bebé.
GRECIA—Te lo dije Doménico, si te hubieras casado con mi nieta, todo sería distinto y no andaríamos incendiando el mundo entero con tal de encontrar a esa mujer y lo peor que es una ¡Maldita Salvatore! Cómo pudiste ser tan estúpido y no es una pregunta es una exclamación, ese apellido está maldito.—Papa, no te permito que hables así de ella, dentro suyo trae un hijo mío que es tan Salvatore como Barbieri, y no vengas con que su apellido y tantas estupideces, porque yo soy un Barbieri porque tú lo quisiste así, me tienes que ayudar a encontrarlos, no puedo permitir perderlos, una vez perdí a la mujer que amaba, no lo voy a hacer dos veces.No podía creer que el hombre que respetó desde que un día lo acogió bajo su custodia, aquel hombre que le dio un pan cuando llevaba días pidiendo limosna, hoy le decía que olvide y siga con su vida, como hacerlo si la mujer que amaba, aquella que le había enseñado de muchas formas a volver a creer, no la iba a perder no le importaba ya cuanta vidas
Doménico, se veía en el espejo de la habitación aquello que lo había albergado en su adolescencia y parte de su adultez, aquella que había sido testigos de las pesadillas que tenía hasta que sintió que con los Barbieri tenía una familia, ahora que él tenía la suya propia se la estaban arrebatando y no lo iba a permitir, tomo la rasuradora eléctrica, vio por última vez su hermosa melena color castaña oscura peinada a un lado, observó su ondosa barba del mismo color, podía ver sus ojeras, lo hundido de sus ojos, cada vez parecía un fantasma de lo que era antes, su musculatura había bajado un poco, no tenía cabeza para nada que no fuera traer con vida su mujer y a su hijo.—¡Vamos Doménico hazlo! — Se repetía una y otra vez mientras la rasuradora lo despojaba primero de su cabello hasta no dejar nada de lo que hasta hace minutos fue aquello de lo que jamás pensó deshacerse, su barba fue lo siguiente que desapareció, él siempre fue un hombre cuidadoso de su apariencia y su barba era lo qu