CAPITULO 28Todos los ojos sobre ella y lo único en lo que Sarah podía pensar era en que su hermana mayor era una ruina para su familia.A Penélope no le importo llegar y sembrar la semilla de la discordia.—¿Vas a hablar?—No. — le dijo a su mejor amigo. Tony frunció el ceño y espero. —no puedo ahora.Ella subió a su habitación y se encerró.Se oculto de las personas que más había querido en toda su vida.¿Qué podía hacer? ¿Como podía dejar de respirar de forma tan acelerada? ¿Como podía evitar echarse a llorar como estaba a punto de hacerlo?No. Definitivamente no tenia idea de como hacerlo.—¡Abre la puerta, Sarah! — le grito Danny. —vas a explicarme ahora mismo a lo que se refiere.—No puedo. —susurro.Ella sabia que su hermana menor no le había escuchado. Que aquella por la cual ella estaba dispuesta a sacrificar todo, incluso su propia felicidad, que ella, esa que vio crecer y convertirse en esa hermosa adolescente, ella no iba a creerle.Nadie le creería que había hecho las cos
CAPITULO 29Si. Defectivamente, debía reconocer que había cometido muchos errores en su vida. Uno de ellos, el principal, fue creer en Mark Rewards y en su falso amor por ella.Sin embargo, para Sarah, todo aquel romance si fue real.—Te odio, Penélope. En verdad lo hago. — Eso decía la carta que ella le había enviado a Penélope ese día.El darse cuenta de que su amiga no iba a ayudarla, que no iba a prestarle dinero, que estaba a punto de perder la casa porque no tenia con que pagarla. No, en verdad, en aquel entonces, ella le odio, le aborreció.¿Cómo era posible que una persona supiera que su hermana estaba en un aprieto y no tenderle la mano?Aún sabiendo sobre su situación, le había dado la espalda, le había puesto contra las cuerdas sin miramientos.Así que en cuanto tuvo la fortaleza suficiente, escribió una carta diciéndole que podía irse al mismo infierno y que no necesitaba su ayuda, que nunca más volviera a buscarlas ni a ella ni a Danny, que ninguna de las dos la necesita
CAPITULO 30STEVEN LUCASÉl se regresó a la oficina, era lo único que podía hacer, aunque su cabeza estaba en aquella casa, en aquella familia que obviamente habían estado discutiendo, que no se sentían a gusto con la hermana de Sarah WrigthEl hombre, ese que era el supuesto amigo de Sarah, le alteraba de una forma incompresible, el hecho de haberlo visto la noche anterior cuando Mark había tenido el accidente y después aquella misma mañana en casa de Sarah, le hacía pensar que él quería ser algo más que un amigo para ella.Por alguna razón eso lo alteraba. Le molestaba. Le encabronaba.Steven no quería reconocer que se estaba sintiendo muy atraído por Sarah Wright.Pero si por un segundo, por una milésima de segundo, él se atrevía a pensar, a calcular, se daría cuenta que en verdad estaba sintiéndose muy atraído por aquella mujer, esa de cabello oscuro y ojos azules como el mar.Mientras entraba a su oficina su celular sonó de inmediato y casi hizo que se le detuviera el corazón del
CAPITULO 31Sarah Wright—¿Qué es lo que tienes? ¿qué te pasa? — preguntó.Ella se asustó de inmediato, verle así era algo que le preocupaba y estar consciente que jamás lo había visto en tales condiciones le puso peor. El qué siempre estaba presto para trabajar, un hombre que no le tenía miedo al trabajo.Así que verle con la cabeza entre las manos, ocultando su rostro, sufriendo en silencio, le alteró de inmediato.Ella se acercó a la silla de él y colocó una mano en su hombro. El dio un ligero salto al sentir su toque.—¿Qué es lo que pasa? — le volvió a preguntar ella.—Estoy jodido. —murmuro él y ella a duras penas le entendió. —No se como pude ser tan tonto.—¿Jodido? ¿A qué te refieres? —preguntó sin comprender.¿Será que estaba enfermo? ¿habrá descubierto que tiene alguna enfermedad terminal?Esos fueron los únicos pensamientos que pasaron por la cabeza de Sarah mientras intentaba de cifrar el silencio garrafal de su mentor.Se le había olvidado de repente la razón por la cual
CAPITULO 32Steven LucasAños antes. Steven Lucas estaba emocionado por la sorpresa que había preparado para su amada Melanie. Una Modelo de ojos verdes con la que había estado saliendo por más de un año. Él era el típico rompecorazones y amante añorado por cada mujer con dos dedos de juicio.Cuando por fin Steven escucha la llave en la puerta del apartamento, se quedó detrás de la puerta de la habitación que compartía con Steven cada vez que se quedaba a dormir allí. Su corazón comenzó a latir deprisa, sonriendo miró por el rabillo del ojo como la puerta se abría lentamente.Iba a dar un gran paso esa noche. Tenía ya un año y algunos meses con ella, En la cama había puesto el mismo pétalos de rosas rojas en forma de corazón, con sus manos que solo eran prácticas y hábiles para conducir y para cerrar negocios. En una mesita había colocado la champagne con la que celebrarían el sí de su amada.Fue entonces cuando escuchó una serie de carcajadas y una voz que hablaba con urgencia. M
Él se quedó observando la situación sin saber cómo diablos reaccionar. Ella estaba con los brazos cruzados sobre el pecho y miraba asustada al hombre que le había vendido la empresa a su tío.—¿Qué demonios está sucediendo? ¿A qué viene tanto jaleo? — preguntó Steven .—No tienes nada que hacer aquí, Steven. — le dijo el hombre. Sin embargo él,no se movió. —¿Estás bien? — le preguntó él a Sarah. —Ella está bien, así que lárgate ya. No te necesitamos. Nadie lo hace. — igual fue el hombre que respondió y esto pudo más con la paciencia de Steven.Steven Escuchó como Sarah ahogó un grito de sorpresa al escuchar a su jefe hablar de esa forma, supuso que ella también se había dado cuenta de que el hombre estaba borracho en pleno mediodía.Se acercó a ella después de cerrar la puerta con un click y el hombre levanta un brazo y le señaló.—¡Tú no eres bienvenido a mi oficina! ¡Tú no eres bienvenido a ninguna parte de este empresa!—Una pena que lo pienses así.— dijo el sin prestarle el m
CAPITULO 34Steven Lucas¿Odiaba los maltratos?Por supuesto que sí. Se había criado en una familia disfuncional, donde su padre era un alcohólico empedernido que gastaba todo el dinero en juegos y bebidas, que llegaba a casa buscando problemas donde no había y que lo único que quería era maltratar a su madre y hacerla llorar, hacerse sentir que él era el más importante, que él era el verdadero hombre de la casa. Aunque nadie había intentado en ningún momento quitarle esa posición.Entonces, ¿por qué diablos las personas debían de buscar la forma de hacer sentir a los demás inferiores, cuando en verdad ningún otro lo estaba atacando?— Todo está bien, estoy bien, no te preocupes. — le dijo a ella una vez que él se acercó, sintió la presencia del asistente de Sarah detrás de él. Sin embargo, le importó un comino que está observara la situación, que esta supiera la clase de jefe que tenía.— ¿Vas a decirme en serio que estás bien cuando hasta ese un momento este hombre casi te pega si y
CAPITULO 35Le pidieron a la camarera y luego se mantuvieron en silencio, aunque esta no le quitaba los ojos de encima, bastante curiosa. Eso fue lo único que Steven pudo pensar, mientras ordenaba dos croissants rellenos de queso crema y una combinación de mermeladas que él no le prestó atención.Su única preocupación era para Sarah, está que lo miraba con cara de pocos amigos, estaba ahí de forma obligada, que, en verdad no deseaba su compañía. Sin embargo, por alguna razón, alguna estúpida razón, una sin lógica, hacía que él quisiese estar cada segundo más cerca de ella, que quisiera conocerla, que quisiera saber qué se escondía detrás de sus grandes ojos azules, tupidos con unas largas pestañas.— ¿Por qué todos aquí se queda mirándote?— No está mirándome solamente. Están pensando qué demonios hago con el extranjero.— ¿Así de retrógrada sigue siendo este pueblo?Ella se quedó en silencio y tan solo le miró, aceptó el Croissant y el café descafeinado que él había ordenado para el