DaveHabía pasado una semana desde mi reunión con Raúl, y finalmente, él había encontrado una solución para nuestro problema con Alice y su padre. No iba a ser fácil ejecutarla, pero con paciencia y discreción, en unos meses podríamos sacarlos de la empresa sin sufrir represalias legales. Todo estaba saliendo según lo planeado. Aunque el proceso sería lento, la satisfacción de saber que eventualmente nos libraríamos de ellos me dio una sensación de alivio.A pesar de este pequeño triunfo, mi mente seguía inquieta. Durante toda la semana, había intentado enfocarme exclusivamente en el trabajo, pero no podía evitar que mis pensamientos vagaran hacia otro asunto: la mujer del área contable. Desde ese breve encuentro en el vestíbulo, su imagen había estado rondando mi cabeza. No podía explicarlo, pero algo en ella había despertado mi curiosidad de una manera que no podía ignorar.Intenté pasar por el departamento de contabilidad un par de veces, con la esperanza de cruzarme con ella de nu
Dave El lunes había llegado, y con él, una nueva semana llena de trabajo. Como de costumbre, me encontraba inmerso en mi oficina, revisando informes y planeando las próximas reuniones. Pero, a pesar de estar concentrado en el trabajo, había algo que rondaba mi mente desde la semana anterior. Kate. No podía sacármela de la cabeza, y eso era algo que me desconcertaba.A la hora del almuerzo, decidí dar una vuelta por el área de contabilidad. No tenía motivos para hacerlo, no realmente. Solo quería verla, aunque fuera de lejos. Me sentía ridículo. ¿Desde cuándo me ponía nervioso por ver a alguien? Ni siquiera éramos amigos, y estaba casi seguro de que Kate no sabía que yo era el dueño de la empresa donde trabajaba. Quizá eso era lo que más me inquietaba, esa brecha entre nosotros que, de alguna manera, me mantenía cauteloso.Pasé por el departamento de contabilidad, pero no la vi por ningún lado. Probablemente había salido a comer con sus compañeros, pensé, intentando no sentirme decepc
DaveEl eco de mis pensamientos era abrumador mientras permanecía sentado en mi oficina, mirando sin ver los documentos frente a mí. El caso de Kate seguía rondando mi mente, cada nuevo detalle encendiendo una chispa de furia que no podía apagar. Descubrir que el director de finanzas, ese despreciable hombre, había manipulado su situación laboral solo porque Kate lo rechazó me enfermaba. Había usado su posición para bloquear su contrato, dejándola sin los beneficios que merecía, todo para mantenerla vulnerable y presionarla a aceptar sus invitaciones.No podía creer lo que estaba escuchando cuando investigué. Kate había soportado todo en silencio, sin quejarse ni buscar ayuda. Esa mujer... había enfrentado tanta presión, y yo no había tenido idea hasta que la vi a punto de romperse. Pero, ¿por qué esto me afectaba tanto? No era la primera vez que lidiaba con un abuso de poder en la empresa, pero con Kate... había algo distinto. No sabía cómo explicar lo que sentía. La furia mezclada c
DaveLa mañana pasó rápidamente. Las cosas finalmente habían avanzado como debían. El problema con el director del departamento de finanzas ya estaba resuelto. Tras una revisión exhaustiva y algunos informes que se contradecían con los registros originales, había logrado trasladarlo a otra sucursal bajo la excusa de una "reorganización estructural". Fue una salida diplomática, pero más que necesaria. Nadie volvería a presionar ni a maltratar a Kate en esa empresa. Había asegurado que todos los empleados, sin importar su puesto, fueran tratados con respeto.Me sentí aliviado, aunque no lo mostraba en mi rostro. El bienestar de la empresa y de la gente que trabajaba allí siempre había sido mi prioridad, y saber que había puesto las cosas en su lugar me daba una satisfacción silenciosa.Miré el reloj. Era medio día y ya había quedado con mi padre para salir a almorzar. Sonreí al pensar en lo relajante que sería pasar unas horas con él, lejos de las responsabilidades y las tensiones del t
Narrador Omnisciente El día en la oficina transcurría con normalidad, pero había algo especial en la atmósfera para Dave. Tener a su padre visitando la empresa que juntos habían levantado siempre lo hacía sentir una mezcla de satisfacción y responsabilidad. Mientras caminaban por los pasillos, Dave observaba la manera en que su padre miraba todo con una mezcla de asombro y orgullo. Cada rincón de ese edificio llevaba el esfuerzo de ambos, y eso no era algo que su padre dejara pasar por alto.James, con pasos tranquilos pero atentos, recorría la oficina, saludando a los empleados que reconocía de visitas anteriores y admirando el crecimiento que había visto en los últimos años.—Todo esto es increíble, hijo —dijo James, deteniéndose en una ventana que daba hacia el área de producción—. Cuando empezamos, no imaginaba que llegaríamos tan lejos. Me siento tan orgulloso de ti.Dave sonrió modestamente.—Fue un trabajo en equipo, papá. No habría podido hacerlo sin ti.James lo miró de reojo
AmbarLa soledad del departamento parecía más abrumadora de lo habitual esa noche. Estaba acostumbrándome, o al menos eso me repetía a mí misma. Desde que Axel se había marchado, el silencio era mi única compañía. El eco de los recuerdos de lo que habíamos sido resonaba en cada rincón. Y, por supuesto, el pequeño ser dentro de mí, que cada día crecía más, no me dejaba olvidar que, a pesar de todo, seguía conectada a él, aunque no quisiera.Estaba sentada en el sofá, mirando la pantalla del televisor sin prestarle verdadera atención, cuando el sonido repentino de la puerta resonó por todo el apartamento. Me sobresalté, no esperando visitas a esta hora. Fruncí el ceño mientras me levantaba, con un leve presentimiento en el pecho. Algo no estaba bien.Al abrir la puerta, el aire a mi alrededor pareció volverse más denso. Ahí estaba él: Robert King, el padre de Axel. Siempre impecable, con su traje caro y esa presencia intimidante que lograba que cualquiera quisiera alejarse de él. Su mir
AxelEl eco de las risas, el tintineo de las copas y el murmullo constante de las conversaciones llenaban la enorme mansión de Alice, pero para mí, era todo un ruido ensordecedor. Las luces cálidas y la decoración impecable hacían que la fiesta pareciera perfecta, como si todo estuviera en su lugar. Las familias King y Hamilton estaban reunidas en lo que pretendía ser una celebración del próximo gran paso: el compromiso oficial entre Alice y yo.Sonreí, fingiendo que todo iba de maravilla. La fachada perfecta, como siempre. Los socios y aliados de ambas familias circulaban entre los invitados, hablando de negocios, haciendo promesas veladas y sellando acuerdos con una copa de champán en la mano. Esto no era una fiesta; era una negociación encubierta. Y yo era el trofeo que sellaba la unión entre las familias.Alice estaba al otro lado del salón, rodeada por un grupo de mujeres que no dejaban de alabar su vestido, un diseño exclusivo que, como todo lo relacionado con ella, debía ser pe
AmbarEra una noche tranquila, y el aroma de la cena llenaba el departamento. Me encontraba en la cocina, moviéndome de un lado a otro mientras preparaba una comida más elaborada de lo habitual. Kate estaba sentada en la mesa, mirándome con una mezcla de curiosidad y extrañeza. Sabía que algo le rondaba la mente, porque cada vez que intentaba abrir la boca para decir algo, se detenía como si no supiera cómo empezar."Vamos, suéltalo", pensé para mis adentros mientras seguía con la cena.—¿No crees que estás cocinando mucha comida? —preguntó finalmente, con su tono habitual, pero con un trasfondo de duda.Sonreí para mí misma. Sabía que mi amiga estaba intentando disimular. Quizás pensaba que por estar embarazada, mi apetito había aumentado considerablemente. Aunque lo cierto era que había algo más detrás de mi motivación por cocinar tanto esa noche.—Bueno, sí, ya sabes... el bebé —respondí con una risita, tratando de no darle demasiada importancia.Kate se quedó en silencio un moment