Dos semanas después del altercado con Darién Alma toca la puerta de la oficina de Miranda.—Buenas tardes espero no interrumpir.— Dice con una sonrisa picara insinuando que algo pasa entre Marco y ella Miranda rueda los ojos asqueada, jamás se ha imaginado haciendo el amor con Marco…Con Darién es otra cosa.—Adelante, pasa, Responde Miranda cuando ya Alma esta adentro de su oficina, sin embargo no despega la vista de los papeles que esta revisando—Quería pedirte disculpas por la forma en que he llevado las cosas desde que regresaste...— Suelta y en ese momento Miranda si esta sorprendida, tanto que deja los papeles de lado y cree incluso que escucho mal.—¿Disculpa?— Cuestiona Miranda incrédula, viendo a Alma como si le hubiesen salido dos cabezas.—Si precisamente, tú no tienes la culpa de lo que hicieron tus padres, el señor Ferrer de alguna forma esta enmendado lo que te hizo dándote esa herencia.— Balbucea AlmaMiranda boquea, no sabe si reír o llorar, esta mujer se disculpa d
Marco lleva a Miranda a casa de su padre, ella finge que todo está bien, pero la tristeza en su mirada no puede disimularla—Hija ¿Te sientes bien?— pregunta su padre apenas la ve.—Perfectamente.— Responde ella, esquivando el contacto visual—Solo estoy un poco cansada.— Agrega buscando a su hijo con la Mirada.—¡Mama!— Grita Alex apenas la ve y corre a sus brazos.—Hola mi amor.— Saluda ella llenando a su hijo de besos.—Hoy en la escuela te hice esta pulsera.— Le dice el niño, entregando una pulsera de pasta pintada de colores brillantes.—Estas preciosas gracias.— le responde colocándosela.—Te queda bonita como tú, no te la quites.— Le dice el niño con seriedad.—No me la quitare nunca.— Promete ella dándole un beso, al ver al niño imagina a Darién llenando de detalles a su hijo con Alma y siente algo de rabia.—Mama, mañana no quiero ir a la escuela ¿Puedo ir contigo? Te extraño.— Susurra el niño.—Ah, no sé cómo decirte.— Balbucea ella mordiéndose los labios.—¿Ya no me quieres?
Miranda va a la oficina a trabajar sin mucho ánimo, preocupada por Darién, ¿Estás bien? Cuestiona Marco.—Solo es un dolor de cabeza.— Le responde ella, sin mirarlo.—Ambos sabemos que no es un dolor de cabeza.— Le responde el—¿Ahora eres doctor?— Responde cortante ella, no va a permitir que nadie mas si inmiscuya en su vida, el la mira sorprendido.—Siento haberla molestado señorita Ferrer.— Responde el tomando distanciaElla no se disculpa y le ordena—Por favor imprime estos documento, los necesito para ayer.——Como usted ordene.— Responde el joven dolido, pero aparentando que el trato severo de su jefa y amiga no lo molesto.—Hola Carlos, necesito hablar contigo de algo muy importante.— Le dice Alma tomándolo del brazo sin darle tiempo a negarse.—Señora necesito llevarle esto a mi jefa.— Le responde el—Hay por favor ¿Por qué le dices así? ¿Acaso no son pareja?— Le responde ella con una sonrisa.—No, no lo somos, ella solo es mi jefa.— Le aclara el serio.—¿Me lo juras?— Cuestio
Durante las semanas siguientes Darién no hace más que pensar en Miranda, aunque se ha alejado de ella, por la confesión que ella le ha hecho, ¡No puede ni siquiera dormir por las noches!— ¡Ella no puede ser mi hermana biológica!— Pronuncia frente al espejo del bañoSe mira y no se reconoce, esta demacrado y delgado – ¡Amor!— Lo llama con voz cantarina Alma, y el rueda los ojos.Desde el anuncio de que están esperando un bebe, ella no lo deja en paz, se siente asfixiado…Ni siquiera logra recordar nada de lo que sucedió esa noche, y para mas Inri la idea de ser padre junto a ella no lo emociona en los absoluto.Cuando el sale del baño sus ojos casi salen de sus orbitas, la cama está llena de ropa de bebe, la idea abstracta del bebe comienza a materializarse.Darién boquea sin salir del asombro— ¿Te gusta?— Cuestiona Alma con una sonrisa gigante en la cara.— ¡Solo tienes mes y medio! ¿No te parece algo exagerado?— Cuestiona viendo el montón sobre la cama.— ¡Estoy feliz! ¡No veo la hora
—¡Suéltame animal!— Chilla Miranda cuando Darién la sube al auto a la fuerza, nadie interviene es el jefe.Los empleados que estaban en el estacionamiento se quedan atónitos por la forma en que se comporta Darién.—¡No eres una niña ya Miranda! ¡Compórtate!— Ordena Darién entre dientesDarién está acostumbrado a que hagan lo que él diga, cuando lo diga y como lo diga, por lo que esta lucha es algo nuevo para él.—No necesito nada de eso.— Responde ella intentando abrir la puerta, pero no puede, esta segura da por el propio conductor—Pero yo si lo necesito.— Le responde el, con los dientes apretados.—¿Qué diferencia hace? Para todos somos hermanos.— Continua discutiendo Miranda.Darién suelta una carcajada carente de gracia, Miranda yo nunca te he visto como una hermana, ¿recuerdas la forma en que hicimos el amor aquella vez?— Le pregunta el viéndola a los ojos.—No me digas esas cosas por favor.— Suplica ella con las mejillas rojas.—Recuerdo tus gemidos, lo rico que se sentía estar
La actitud de Miranda la delata, en su desesperación, volvió a la clínica y soborno a la doctora para que cambiara el resultado.—Señor efectivamente, su hermana regreso a la clínica y además por medio de las cámaras de seguridad podemos asegurar que le entrego una importante suma de dinero a la doctora para que cambiara el resultado. — Informa el espía que sigue el paso de Miranda.—Eso no cambia nada con respecto a la herencia, no comprendo porque hace todo esto. — Responde Darién para sí mismo.—Señor lo único que le puedo confirmar es que efectivamente ella no es su hermana biológica. — Le responde el investigador.—Gracias Díaz, no pierdas detalles de lo que ella hace. — Responde Darién y cuelga el teléfonoSu madre entra a la oficina sin tocar –Hijo, esa Miranda es una incompetente, ya se canso de la empresa hoy prácticamente no ha estado acá, aunque mejor así sus malas decisiones nos pueden llevar a la quiebra, ¡tenemos que sacarla de aquí como sea!— Chilla la señora.—Madre por
Darien FerrerDarién deberías ir a descansar, aquí no estamos haciendo nada. — Le sugiere a Darién su mejor amigo.La niega con su cabeza sin hacer contacto visual—No voy a separarme de ella. — Le responde con voz quebrada.—Pensé que ya habías olvidado eso, después de todo lo que ella te hizo. — Susurra su amigo, es a la única persona que le ha confiado lo que sentía por Miranda—Nooooo puedo dejarla sola, soy lo único que tiene. — Le responde el, limpiándose las lagrimas, hasta que levanta la vista y queda sin palabras al ver al señor Hill, con el rostro mojado por lagrimas en la recepciónComo un león furioso se levanta y pregunta — ¿Qué demonios haces tú aquí?, ¡Lárguese!—Ladra Darien, con el estomago revuelto de los celos.—No tengo tiempo para perder discutiendo contigo, estoy aquí por Miranda. — Le responde Hill, determinado.Nada ni nadie lo apartara de su hija en ese momento, pero Darién ignora ese parentesco por decisión de Miranda, ella nunca le perdonara que él se hubiese c
Cuando Miranda logra abrir los ojos, lo primero que ve frente a ella es a Alex, su pequeño hijo tomándole la mano.— ¿Mama?— Susurra el, emocionado.Miranda sonríe y tiene ganas de llorar –Hija no sabes lo preocupados que estábamos por ti. — Suelta con voz quebrada el padre de Miranda.— ¿Cuánto tiempo?— Cuestiona Miranda sin poder terminar la frase, pronunciar cada palabra es un calvario, siente que tuviese arena en la garganta.—Dos días. —Responde el señor—Mama te extrañe mucho. — Gimotea el pequeño Alex, abrazando a Miranda.—Ya todo está bien, solo me duele un poco la cabeza. — Le responde Miranda, respondiendo al abrazo que él le está dando.Ver a su hijo sufrir así por ella es muy doloroso para Miranda que sabe perfectamente lo que es vivir sin su mama.—Después que el niño se calma y se queda dormido un par de horas después de que Miranda despertara el señor Hill comienza a hablar de nuevo.—Tuve mucho miedo de perderte. — Confiesa su padre, el todo poderoso Ernesto Hill se v