Con un nudo en la garganta Miranda camina de nuevo por el pasillo oscuro de luces parpadeantes, es el día de la apelación el guardia Smith camina a su lado de forma protectora, cumpliendo la promesa que le hizo a la doctoraEn este tiempo ha podido conocer a Miranda y descubrir la bondad que ella se empeña en ocultar para que las demás reclusas no descubran su debilidad.—Espero no verte nunca más en la vida, Ferrer. — Susurra el guardia, cuando abre la puerta que la lleva dentro de la sala del tribunal.—Con mi suerte, estaré contigo hasta mi último suspiro. — Le responde ella con voz quebrada, tiene mucho miedo de lo que está pasando—Ah y por si n o lo sabes soy Hill. — Pronuncia ella y entra a la sala.Con la mirada nerviosa pasea la mirada por el área asignada a la fiscalía, y ve a los ojos a Alma, pero se queda algo descolocada al no encontrar a Darién a su lado.En la parte de la defensa, se encuentra su padre, Campbell, Marcos y unos pocos empleados, y se sorprende al verlos c
—Todo esto es una calumnia, no puedo creer que le crean al antes que a mi.— Gimotea Alma con la respiración agitada.—Señora Cavill, si lo que dice este hombre se comprueba, usted ira a la cárcel por difamar a una mujer inocente.—Le responde el juez con dureza.—Ella era la amante de mi marido, ella es una zorra, no es ninguna inocente.— Chilla con las manos hechas puño.—No sabe con quién se está metiendo señor juez.— Le amenaza el señor Cavill—¿Me está amenazando?— Cuestiona el juez incrédulo.—Tómelo como usted quiera.— Responde el señor Cavill colérico.—Deténganlo por desacato a la autoridad y amenaza publica.— Ordena el juez.—¡Suelten a mi papa inmediatamente!— Grita Alma golpeando a uno de los guardias que le están colocando las esposas a su padre, el se resiste pero las condiciones físicas de los guardias son superiores.Todos los presentes en el juicio están murmurando, parece que estuviesen en un gran espectáculo.—Orden o usted también será detenida de inmediato, presente
Miranda.Darién arde de los celos, pero sabe que no es el lugar ni el momento para discutir.—Vamos a la clínica amor.—Suelta Darién como si todo estuviese bien entre los dos.Miranda respira profundo tratando de ser prudente y no soltar todo lo que lleva atorado en la garganta—Para ella si no fuese por el director, ella habría sido asesinada por orden de Alma o victima de Martha.Todos caminan hacia el auto de Darién en completo silencio, mientras la novia del padre de Miranda vigile que todo esté bien.—Lamento que estés pasando por estas cosas por mi culpa.— Susurra Miranda con la cabeza gacha apenas sube como copiloto.—Tú eres lo más importante que tengo en la vida, tú me devolviste las ganas de vivir, jamás creas que esto es tu culpa, llevo enfermo mucho tiempo.— Dice el padre de Miranda con voz pausada.—Esa maldita escapo, eso es lo único que me molesta en este momento.— Se queja el señor Hill—No te esfuerces de mas, ya tendrán mucho tiempo para hablar de todo, necesitas est
Ya logramos controlar la situación, peor Álvaro debe quedarse en observación un par de días, puedes ir a casa y vienes maña temprano—. Sugiere la doctora novia del señor Hill—No me voy a mover del lado de mi padre ni obligada. — Le responde Miranda.—No seas necia, deberías descansar, pasaste por muchas cosas en ese lugar, recuerdo perfectamente como era el lugar donde estabas recluida. — Le dice DariénElla enrojece hasta la raíz del pelo, ella a diferencia de las otras reclusas gozaba de muchos privilegios.—No insistas, de acá no me mueve nadie. — Le responde ella, sentándoseLa doctora supera cansada, cumplí con informar la situación, deben tratar de olvidar sus diferencias acá, lo hará todo más difícil— Aconseja la doctora.—Este es un asunto entre nosotros usted no tiene ningún derecho a opinar, sin conocerme.—No deberías hablarle así a Claudia, todo este tiempo ella ha ayudado a tu padre, eres tan obstinada — Regaña Darién—No estás haciendo nada importante acá, puedes irte.
Pasa la semana, y el señor Hill se recupera lentamente…Cuando le dan de alta todos se van a la mansión Ferrer—Aquí estarás bien, lo prometo. —Le dice de forma amorosa Miranda a su padre y apenas ve a Darién le voltea los ojos.— ¿Me puedes traer un poco de jugo de naranja?— pregunta el.—Yo misma te lo preparo, ya vuelvo. — Le responde ignorando a su esposo.La cara de Darién parece un poema, no puede disimular lo mucho que le perturba la situación que está viviendo con su esposa.Ya no hay un obstáculo que los separe, pero esta ella con esa mala actitud.—Ven acá, tenemos que hablar. — Susurra el señor Hill, aun con un aspecto ceniciento desde la cama, su piel gris no augura nada bueno.Darién se acerca en silencio y se sientas en una silla a su lado—Se que es difícil lo que estás viviendo. — Balbucea su suegro.—No sé en qué momento me dejo de querer. — Responde Darién dolido, con los ojos brillantes de lágrimas que no se permite derramar.— ¿De dónde sacas esa tontería que mi hija
Miranda Ferrer—Señor Black.— Saluda ella seria, mientras baja las escaleras de la casaEl aprovecha para recorrer su cuerpo con la mirada, la leve inclinación a la derecha que ella tiene no mengua en nada su belleza.—Miranda, estas preciosa.— Le dice él, y cuando ella llega a su lado, el aprovecha a tomar su mano para darle un beso caballeroso.—Gracias.— Responde ella incomodaParte de las mujeres del aseo de la casa ven el encuentro y se preguntan ¿Quién es ese hombre?, mientras los guarda espaldas que aun conservan los Ferrer se encuentran incómodos, porque ellos si saben quién es Black.——Déjenos a solas.— Ordena Miranda.—El señor se molestara si lo hacemos.— Le aclara el nuevo jefe de los guardaespaldasMiranda rueda los ojos—Yo también soy tu jefa, y sabes quién es él, no me hará daño— Le responde ella entre dientes.—No lo sé.— Le dice el hombre con dudas.—¡Lárgate o estas despedido!— Amenaza ella, cuando grita la casa tiembla literalmente y cuando el jefe de los guardias v
—Buenas noches Miranda, necesitamos hablar— Suelta Darién entrando a la habitación sin tocar, está desesperado por la indiferencia de ellaMiranda acaba de salir del baño y esta desnuda, se cubre rápidamente y pregunta molesta—¿No puedes tocar?——Por favor Miranda, conozco lugares de tu cuerpo que tu ni siquiera has visto.— Le responde el rodando los ojos.No sabe porque ella ha cambiado tanto en tan poco tiempo, si tuvo una experiencia traumática, pero no por eso va a tratarlo como un perro, piensa él.—No me importa, lo único que quiero es que respetes mi espacio y mis decisiones.— Le responde seria.—¿De verdad eso es lo que quieres, después de todo lo que hemos pasado juntos?—Pregunta el boqueando de la indignacion—Si—. Responde ella, necia solo por no querer dar su brazo a torcer, Darién siente que ya no puede más, y sus ojos se cristalizan.—¿Eso era lo que querías decirme?— Agrega con dureza ella.El suspira y se acerca a ella lentamente—Espero no te arrepientas de esa decisió
— ¿Dónde está papa?— Cuestiona Alex durante la cena.—Está trabajando, regresara pronto. — Responde Miranda.— ¿Puedes llamarlo?, lo extraño. — Dice el niño.}—Estamos comiendo. —Le responde ella.—No tengo hambre quiero hablar con mi papa— Exige Alex cruzándose de brazos.—Come tu comida. ——Mama quiero hablar con mi papa. — Le responde el niño.— ¿Por qué eres tan necio?, intente llamarlo y no me contesta. — Trata de explicar.— ¿A quién habrá salido?— Cuestiona con ironia el señor Hill—Mentirosa, tú no quieres que hable con mi papa, no te quiero, eres mala. — Lloriquea el niño y sale corriendo— ¡Ven aquí!— Ordena Miranda, y se levanta, pero el niño no la escucha y sigue corriendo, cuando Miranda hace el intento de ir tras el su padre la detiene tomándola de la muñeca.—Déjalo, un momento, el esta pequeño. — Le responde.—Yo soy su madre, tiene que respetarme, y tú no debes intervenir. — Le advierte.—Sabes una cosa, mañana me voy a mi casa, aquí no se respira paz, con razón Darié