El tiempo sigue su curso y no sé nada de Bruno.
—Vanessa, ¿quieres agua? —me pregunta Tomás pero me niego.
—Querida tienes que tomar algo, las horas pasaran más lentas si no comes nada… —dice Nora con tono de preocupación.
—O si no hablas— completa mi cuñado. Hace alrededor de 4 horas que Bruno esta en cirugía. Tomás y Nora me acompañan en la sala de espera y Marcelo va y viene sin ninguna noticia. Está comenzando a desesperarse al igual que yo. Necesito hablar con Lucia pero no responde mis llamadas, es extraño.
—¿No saben nada aún?— me interrumpe la voz de Alondra y al mirarla siento unas ganas inmensas de abrazarla, me pongo de pie y la sorprendo con un abrazo que me corresponde al instante—. Tranquila hija, todo estará bien…
El gesto me transmite tanta calma, es tan maternal, comie
Bruno se está quejando haciendo que me despierte asustada.—¿Qué pasa?— pregunto a penas despierta.—Me duele mucho esta mierda— miro la hora—Tenias que haberte tomado la pastilla hace 2 horas— brinco de la cama y voy por la enfermera. Regreso casi de inmediato y esta le entrega dos pastillas.—Volveré para el desayuno— asiento y se va. Bruno está muy afectado por el dolor y su rostro lo refleja todo, trato de relajarlo.—Vanessa ¿sabes lo que me preocupa?— lo animo a hablar—. Que esto dure demasiado que tengamos que retrasar la boda.—No me iré, además, no teníamos fecha estipulada— digo sonriendo y él asiente—Quería hacerlo antes de que volvieras a la escuela— lo miro sorprendida—Vaya, y ¿Cuándo pensabas decirle a la novia?—D
Por mi mente pasan miles de momentos con Lucia, no puedo aceptar que se haya ido. Bruno se ha dormido, trato de liberarme de su abrazo y lo logro. Camino hacia el baño y echo agua a mi rostro.—¿Por qué lo has hecho?— siento un vacío horrible en mi pecho. ¿Por qué no la busqué antes?, ¿Por qué no hable con ella cuando debí?, ¿Por qué no la llamé? Me reprocho una y mil veces lo que ha pasado. Escucho la puerta, es una enfermera con desayuno para Bruno y otro más para mí.—Provecho— asiento y me vuelvo para otro lado. Llaman de nuevo a la puerta.—Vane, soy yo, Nora— un alivio llega y me pongo de pie para correr a abrazarla—Ella…— y lloro de nuevo—Lo sé linda… lo sé— acaricia mi cabello, me aparto y voy a sentarme, los mareos se están haciendo má
Son las 12 del mediodía, estamos en el cementerio local, Bruno y Tomás me acompañan con el sequito de seguridad.Un sacerdote está pronunciando las últimas palabras para mi amiga, mi joven amiga. Su madre de acerca a despedirse y estira su mano a mí.—Ven Vanessita— me pongo de pie y voy con ella hacia el féretro. Llevo un tulipán, le encantaban, este es de color rojo.—¿Ella estará bien?— miro a Tía Mary y me percato que la pregunta va dirigida hacia mí.—Lo estará tía— digo con la voz quebrada. “Amiga no abandones a tu madre, ayúdala a superar tu partida, todos aquí te extrañaremos muchísimo. Eras lo más cercana a una hermana que podría tener. Te extrañaré, ayúdanos a resignarnos a tu partida, sé que estarás mejor. Lo s
Me adentro en el auto que Hernández conduce y Bruno me toma de la mano sin decir nada. El camino me parece eterno.—Tengo asuntos que atender, nos vemos en unos momentos —dice Bruno y asiento dejándolo con Marcelo.Subo las escaleras a toda velocidad hasta mi estudio y cierro la puerta. La atoro con el mueble y tomo un lienzo. Comienzo a pintar… es un espejo. Soy yo en un espejo, pero este se rompe, y de el sangra… sangro.La pintura refleja todo lo que siento, cada herida, cada lágrima. Tomo una bocanada de aire y sigo… hasta que escucho el primer llamado a la puerta.—Vanessa, amor— ¿Cómo puede llamarme de esa manera?, lástima, es lástima. Vuelve a llamar pero no atiendo, tengo que terminar esta pintura.—Vanessa, soy Tomás, ¿estás bien? —carraspea—. Solo queremos saber si estás bien.—Estoy bien
Me siento mucho mejor hoy, mi mente está tranquila, aunque aun no me hago a la idea de estar sin Lucia, han pasado ya cuatro semanas del terrible suceso que ha sacudido mi vida por completo. Tomo un largo suspiro y escucho como Bruno habla por el móvil.—Claro abuelo yo… —escucho la voz de Bruno, estiro mi cuerpo—. Entiendo pero tengo que ir a revisión el Lunes por la mañana, iré en cuanto acabe…Gimo para llamar su atención y lo consigo, no me quita la mirada de encima—Está bien, nos vemos entonces…— termina la llamada y vuelve a acostarse—¿Con quién hablas?— sé que la pregunta es obvia pero no sabía cómo comenzar la conversación.—Con mi abuelo, quiere que vuele a Riad cuando antes— lo miro extrañada—¿A dónde y por qué?— suspira<
Es Lunes por la mañana, vamos camino a la revisión pactada. Como si fuera poco tendré que pasar estos difíciles días sin Bruno.—Solo será un pequeño viaje lo prometo hermosa…— suspiro no quiero dejarlo ir—. No hay vuelta atrás.—Ni siquiera me has dicho para que te solicita tu abuelo— me explica que ha estado mal de salud y los ha citado a todos los hombres de su familia para un anuncio importante.—¿Y qué crees que sea?— se encoje de hombros—No lo sé preciosa— besa mi frente y la verdad es que no le creo nada—. Volveré cuanto antes.La cita ha terminado, todo según el doctor va a la perfección, su recuperación parece rápida y muy buena.—Al aeropuerto— le dice a Rodríguez y él asiente. Voy amarrada a su cintura, no quiero dejarlo ir, me
Mi móvil vibra sobresaltándome de la cama.—Mierda— entre abro un ojo, ya hay luz—¿Qué, que?— Nora se levanta espantada mientras busco como puedo el móvil.—Esta vibrando algo— le digo y parecemos dos bebes gateando por la cama en busca de alguno de los teléfonos. Al fin lo encuentro—¿Hola?¿Si?— escucho una risa—¿Seguías dormida?— bostezo y escucho que Nora también contesta el móvil—Si… un poco— vuelve a reír—¿Nora está contigo?— le contesto afirmativamente y esto parece agradarle, chalamos un momento sobre las decisiones de su abuelo.—Esto…— carraspea —Nos involucra a ambos—¿Y yo que vela cargo?— ríe—Bueno, tú serás mi esposa y…—
Mis piernas se quedan estáticas esperando respuesta.—Si señor… están aquí — Hernández camina de un lado a otro.—La casa está destrozada, estoy seguro, tuve noticias de su madre, va ya en camino hacia allá… —¿Alondra?, ¿A dónde la llevan?—Si señor…— se vuelve a mí y me entrega el móvil, trato de tomarlo pero mis manos tiemblan demasiado.—Tranquila— dice el gorila ayudándome a tomarlo.—¿Hola?— mi voz se entrecorta—Vanessa ¿estás bien?—No… quiero irme de aquí Bruno— las lágrimas brotan sin previo aviso.—Vanessa, vas a subirte a ese jet y vendrás acá… ¿me entendiste?— su voz se quiebra y yo sigo llorando.—Yo…— trato de habl