Después de haber llegado a su habitación, Eloise salió en busca de su bolso, se dispuso a desmaquillarse frente al espejo, con la mirada pérdida...Estaba tan concentrada en la nada, que casi da un grito cuando su celular sonó logrando sobresaotarla, se llevó una mano al pecho y busco en su bolso, al ver la pantalla se dió cuenta que era Leonardo, estaba enojada con él. Me cortó, pero el volvió a marcarle, llena de frustración cortó nuevamente la comunicación, pero al minuto tenía una nueva llamada. —¡Que insistencia, por Dios!— se quejó activando la llamada— ¡Estoy enojada contigo, Leonardo Pocaterra!— fue el saludo que le dió. —Ha quedado bastante claro, por la manera tan grosera en que te has ido.— dijo tranquilamente él. —Demasiado educada fuí, tu propuesta fue un insulto, Leonardo. No lo esperaba de ti, aunque no sé que me sorprende, ni siquiera te conozco— dijo enojada y lo escuchó suspirar. —Realmente necesito tu ayuda, Eloise. — dijo en tono tenso. —¡No es una ayuda, me e
Leonardo, entró a su bar con el ceño fruncido, el lugar estaba concurrido y eso era bueno, se sentó en la barra y de inmediato gruñó al recordar el día que conoció a Eloise.—Buenas noches, señor— le dijo amigablemente el bartender. —Whisky doble.— dijo sin responder al saludo. —Si, señor. — un minuto después recibía su bebida, y llevaba la tercera de la noche cuando Michaell, llegó hasta él. —Haz comenzado la fiesta temprano— le dijo alegremente palmeando su hombro, y sonrió cuando lo escuchó gruñir. —Asi que estás de mal humor...— tomó asiento junto a él— Bien, será una noche difícil. —Me rechazó — dijo de forma despectiva— Eloise... ella, me rechazó. —Vamos, no puede ser tan mal, ahogarte el alcohol no servirá de nada.—¿Qué le pongo, señor?— preguntó amablemente el bartender.—Por ahora, nada— le respondió al jóven — alguien tendrá que manejar. —Yo lo haré — respondió Leonardo, muy seguro de sí mismo. —A ver... ¿Me contarás lo que sucedió?—Me ha dicho que sería el último h
¡No podía ser!Aquello no podía estar ocurriendo. Eloise contempló la hoja entre sus manos, mientras su respiración se aceleraba y su corazón golpeaba con fuerza contra su pecho, sus ojos se llenaron de lágrimas y su labio inferior tembló. ¡POSITIVO!La prueba de embarazo había dado positivo. Los malestares que estaba viviendo sobre todo en las mañanas, y la ausencia de su ciclo menstrual la habían asustado y a pesar de haber sido siempre muy regular, quiso decirse que no debía preocuparse, su retraso se debía al estrés que había vivido todas aquellas semanas. Al seguir en la espera, decidió realizarse una prueba de sangre para despejar las dudas. ¡POSITIVO!Bueno, allí estaba, después de largas semanas evitando a Leonardo y absurda propuesta, ahora resultaba que sin quererlo, sin planearlo y sin esperarlo y sin aceptarlo, estaba embarazada. Un sollozo brotó de su garganta, mientras se desplomaba en el asiento ubicado en el parque de áreas verdes en dónde se encontraba, las lágrima
—¿De nuevo, Jonas?, ¿Te irás tan pronto?— preguntó la rubia mientras lo veía vestirse. — Cada vez te veo menos.—Lo sé, Meredith, sin embargo no puedo quedarme más, Eloise cada día está más... distante. —Pensé que habías entendido ya, que no vas a recuperarla. —sonrió con burla. —Y supongo que eso te hace feliz. — frunció el ceño. —No digas tonterías, querido — salió de la cama mostrando su desnudez— realmente sabes que poco me importa tu relación con tu esposa, estoy contigo por placer, no porque desee ascender al puesto de esposa, pensaba que ya lo tenías claro. Para mí es evidente que Eloise se irá, pero yo no tomaré su lugar, no seré su reemplazo, soy una ama de casa faltal, querido—se cubrió el cuerpo con una bata de seda y le regaló una sonrisa— Las mujeres como Eloise, nacieron para vivir de amor, las mujeres como yo... nacimos para vivir del infinito placer y los lujos, claro está, y a tu lado solo puedo obtener la mitad de lo que deseo, no me malinterpretes, querido. Me en
—¡ELOISE!—gritaron Jonas y Mara en conjunto mientras se separaban, ambos se miraron horrorizados, mientras Eloise vaciaba su estómago, aquella imagen era más de lo que podía soportar, y seguramente le perseguiría por el resto de su vida, estaba completamente segura de que jamás podría deshacerse de los ur había visto, era como si lo hubiesen marcado con fuego en su memoria.¡Su madre!!Su madre y su esposo se acostaban! Se sostuvo con fuerza a la puerta, para buscar recomponerse del mareo... ¡Qué asco!—Cariño...— Mara, se envolvió en la sábana de la cama, mientras Jonas tomó otra y se cubrió de la cintura hacia abajo. Su madre era joven, bonita, a penas dieciocho años mayor que ella, sabía que podría despertar el deseo de cualquier hombre, pero... ¿su esposo?, ¿Con Jonas?, ¿No le bastaba a él con tener mujeres fuera de casa, se metía también con su madre?, ¿No les importaba a ambos lastimarla de aquella manera?—¡NO SE ACERQUEN!—gritó horrorizada al ver, como ellos caminaban hacia e
Embarazada...Eloise, estaba embarazada.Leonardo fijó sus oscuros ojos, en los hermosos ojos de Eloise, ella había llorado mucho... ¿A causa del embarazo?... ¿Se sentía sola?, ¿Había dudado de él?, por qué era obvio que él pensaba que era el padre, y aún más, considerando que le había traído la prueba y la ecografía. Embarazada...—Es mío — dijo rápidamente, y no, no era una pregunta, sino una afirmación en alta voz. —¿Lo dudas?— lo miró preocupada. —Por supuesto que no, sé todo lo que has estado viviendo en tu casa. Para mí sería ilógico que fuese de él. — dijo con desprecio refiriéndose a Jonas. —Hace semanas, casi dos meses que no tengo sexo con Jonas, desde su absurda propuesta me distancié de él. — su labio inferior tembló y Leonardo se fijó en que sus manos también lo hacían, dejó el sobre y los papeles a un lado, y le tomó ambas manos, presionandolas con un poco de fuerza buscando trasmitirle seguridad. —¿Por qué estás tan asustada Eloise?, ¿ Es que acaso no quieres tener
Eloise se quedó fría. Sentía como si le hubiesen arrojado un balde de agua helada. ¿Cáncer?¿Realmente había dicho Cáncer?. ¿Aquella maldit* Enfermedad se había colado en el cuerpo de Leonardo?, una enfermedad que no respetaba edad, género, tamaño, situación económica... Ahora podía entenderlo, sus momentos de cambio de humor repentino, esa frustración que parecía asomar a sus ojos de cuándo en cuándo, ahora podía entender su desesperación por tener hijos, la amarga forma en la que se lo había dicho...—¿Qué tan grave es?, Mírame Leo. —No quiero encontrar lastima en tus ojos— maldijo muy bajo— no quiero que nadie me mire con lastima, porque soy fuerte. —Lo eres, y no te miro con lastima, ni lo haré jamás, pero si no quieres que los demás se compadezcan de ti, entonces deja de autocompadecerte, lo has dicho; eres un hombre joven y fuerte. Tomemos asiento y me cuentas, dime qué tan grave es.—No quiero sentarme— la miró negando— hablar de ésto... no me gusta, prefiero estar de pie—
Eloise despertó sobresaltada por el sonido de su celular, desorientada no reconoció el lugar donde se encontraba, miró a todos lados... Todo estaba bien, estaba en casa de Leo. Extendió la mano hacia la mesa de noche, en dónde la pantalla del celular estaba alumbrada y seguía sonando, anunciandole de la llamada. Era su madre... Su respiración se agitó violentamente y observó la pantalla... llamada perdida... no tardó nada en volver a sonar...¡Rayos!—¿Qué quieres?—preguntó enojada. —¡Eloise...!, Hola... ¿Podemos hablar?—No tengo nada que hablar contigo— respondió enojada— para mí todo ha quedado muy claro. —¡Soy tu madre, Eloise!—No fui yo quien lo olvidó— le recordó con amargura. —Entiéndeme un poco...—Podría, si no estuviésemos hablando de mi esposo... Si me hubieses dicho lo que estaba ocurriendo con mi padre, si me hubieses dicho que Jonas y tú...—¿Cómo podría decirte algo así?, ¡Me sentía tan avergonzada!— dijo triste. —¡Esos gemidos no eran de vergüenza!— le recrimin