Isabella Holmes Entro a mi apartamento, preparo un emparedado para cenar y jugo de frutas, enciendo el televisor busco la serie amigos, ya la he visto no sé cuantas veces, pero me encanta. A las siete de la noche tocan a mi puerta, no estoy para nada arreglada, tengo el cabello hecho una maraña y
—No tengo, pero él es un pretendiente que vale mucho la pena.— Le respondo. —¿Ya cogiste con él?.— Me pregunta inmediatamente le volteo la cara de una cachetada —Eres un cerdo.— Chillo, el sujeta mi mano con fuerza. —Estás jugando con fuego, no debiste hacer eso.— Me advierte con una sonrisa maqu
Isabella Holmes Despierto como siempre a las cinco de la mañana y me voy a correr un rato antes de arreglarme para ir a la universidad. —Buenos días pequeña, te extraño mucho.— Me escribe Valente. —No más que yo, me dejaste en manos de un tirano, ese hombre está loco.— Le respondo —¿Te hizo algo
Con ese título mis ingresos aumentaran al menos diez veces y podre darles a mis padres la vejez tranquila que se merecen, sin tener que casarme con nadie, ser una esposa trofeo nunca ha sido mi sueño, ese siempre h sido el sueño de mi prima Cristina, nunca lo comente con mi madre pero hubieron vari
Andrew Cole Todos tenemos problemas, pero algunos son peores que otros, no soy quien para juzgar a Rio mi mejor amigo, está sediento de venganza en contra de la mujer que le hizo daño cuando era un adolescente. Somos amigos desde que era un flacucho que no podía defenderse de nadie, y al igual qu
—No sé porque tu cara de felicidad, igual tienes que laborar pero no con el doctor, sino como asistente de la doctora Petrovic. — Me dice ella, no conozco a la doctora bien, pero no puede ser peor que Andrew ¿o sí? —Bien. — Respondo feliz. Me lleva a la oficina sale una chica tímida de lentes de
Sé que no soy nada de Valente pero él me preocupa es mi amigo, pienso frustrada, estoy harta de la actitud como todo el mundo, no importa que tan bien te veas si dentro de ti no hay nada bueno, es como una cascara vacía sin sentimientos. — ¿Todo bien? —Pregunta Andrew al notarla tensa y silenciosa
Isabella Holmes —¡Isabella, detente! no es seguro que ande sola por la ciudad a estas horas, Víctor la va a llevar — El ama de llaves, detuvo su carrera y se derrumbó en sus brazos que se ofrecieron a consolarla —¡Llore! ¡Llore! ¡Desahóguese! —la invitó con pena Dalila de ver cómo su tembloroso s