Andrew cole
Una visita inesperada en la tarde después de mi consulta me deja sin palabras
— ¿Padre que te trae acá?— Cuestiono
Mi padre que entra con una sonrisa socarrona, no aparenta los sesenta y tantos que ya tiene.
—Si Mahoma no va a la montaña, la montaña va a Mahoma, tienes abandonada a tu familia. — Responde sentándose y dándole la mano a mi Isabella que nos mira de forma alternativa a ambos somos copias exactas solo que él es mayor.
Trato de no ir seguido a casa, porque mi padre quiere que me case y tenga hijos, no estoy interesado, pero siempre me presentan chicas con la esperanza de que les haga caso.
Discretamente ella está escuchando la conversación que tengo con mi padre, haciéndome sentir incomodo, mi padre la mira en un momento y cuando ella sale a buscar un informe me dice que le parece linda mi nueva enfermera.
—Pensé que tenías mejor gusto, pronto dejara de trabajar acá—Le aclaro y ella entra nuevamente a la oficina entregándome los informes, mi padre se queda viéndola y eso me molesta ¡mucho!
—Isaura, tráeme una pastilla para el dolor de cabeza. — Le ordenó a la mujer que acaba de escuchar parte de mi vida privada desde su diminuto espacio, claro que sé que su nombre es Isabella pero me encanta verla molesta
—Sí señor. — Responde, mirándome con rabia mal disimulada, ella está acá para seguir mis órdenes si no le gusta que renuncie.
—Cuando me entrega la pastilla, nuestras manos se rozan por un instante, siento que una corriente eléctrica recorre mi cuerpo, pero me hago el loco, sin embargo me doy cuenta que ella sintió lo mismo que yo.
— ¿Te pongo nerviosa?— Me burlo de su reacción, suelo tener a la mujer que quiero a mis pies, pero no creo en ninguna de ellas, todo por culpa de una sola, mi primera novia.
—En realidad, me da alergia. — Responde la muy lengua larga, es la primera vez que una mujer me desafía y eso me atrae muchísimo, me encanta jugar, aunque carece de todos los atributos fisicos que me gustan en una mujer.
—Insolente, no creas que no me fije como te quedaste viendo a mi padre. —Le digo para molestar, mi padre no disimulo al mirarla y eso me asqueó.
— ¡Usted, está loco!, no hice tal cosa. —Niega todo antes de salir echando humo por la cabeza.
Me siento satisfecho al verla molesta, sin embargo lo que dije no es algo tan descabellado, al parecer le encanta seducir hombres mayores.
Cuando termina la jornada de trabajo, salgo de la clínica a las ocho de la noche, la veo abrazar a un hombre de manera afectuosa, es una descarada, por lo que me acerco a donde ella está antes de irme
–No esperas nada para engañar a mi amigo ¿verdad?—Cuestiono viéndola de arriba abajo
Ella me mira con la boca abierta antes de responder—Primero que nada, ¡soy soltera y sin compromiso! y segundo él es Antoni, el esposo de mi amiga Carol. — Me responde ella con la barbilla alzada.
— ¿Cómo eres capaz de ligarte al marido de tu amiga?— Cuestiono dejándola con la boca abierta, me siento satisfecho.
— ¡Me tiene harta!— Chilla con las manos hechas puño.
—Pues puedes renunciar cuando quieras. —Respondo, sabiendo que es una muerta de hambre y no lo hará.
—No le daré ese placer. — Me dice entre dientes subiendo al auto, junto con Carol que acaba de llegar y su esposo
—Hasta mañana bruja. — Le digo con una sonrisa, ella como respuesta, me voltea los ojos, ¡o me lo imagino!
Isabella Holmes
¡No entiendo que tiene en contra de mí, no le he hecho nada!— Me quejo con mi amiga después del infernal día de trabajo, los tres vamos en el mismo auto.
—Parece celoso. — Dice el esposo de Carol, manejando, eso me parece del todo descabellado ¡celoso de que!.
— ¡Estás loco! nunca se fijaría en alguien como yo. — Le digo con un chillido.
—Estas buenísima, tantas horas en el gimnasio han dado resultados, pero tú vives escondida en esa ropa horrible. — Responde mi amiga.
—Él cree que tengo algo con Valente—Le respondo
— ¿Puedes culparlo? yo también lo creí. —Manifiesta dejándome con la boca abierta
— ¿Por qué todos creen eso?— Le pregunto asqueada, nunca veria a mi ex jefe de esa forma.
—Por eso—Asegura Carol, cuando me llegan unos mensajes de mi ex jefe.
— ¿Cómo te fue hoy?— Me pregunta Valente por medio del mensaje, hablar con él me alivia el estres.
—Este ha sido uno de los peores días de mi vida. — Le respondo, bajo la mirada atenta de mi amiga
— ¿Por qué?— Cuestionó él
—¡Me dejaste en manos de un tirano!, no tienes idea de todas las cosas que me hizo hacer hoy no entiendo porque me detesta tanto, te juro que he hech lo mejor.. — Me quejo
—Debes perdonarlo, no es tan malo, despues que te conozca cambiará —Lo defiende, lo que no entiendo es como ellos dos son los mejores amigos, primero tienen mucha diferencia de edad y segundo el doctor Cole es un amargado.
—Definitivamente ¡está loco! no entiendo como puedes ser tu amigo. — Le respondo. tengo muchas mas cosas por decir de el, pero me contengo, despues de todo yo soy una empleada y él tirano es su mejor amigo.
—Lo siento cariño, hablaré con él, para que modere su caracter contigo. —Promete pero eso no tiene caso.
—Mejor no hagas nada, él cree que estoy allí, porque soy tu amante, solo empeorara las cosas. — Le chismeo y mi amiga a mi lado ve todo lo que nos escribimos, no me importa, en realidad no tengo nada que ocultar, nos despedimos cuando el auto se detiene.
Bueno Isa, ha llegado la hora de tu transformación — Declara Carol apenas bajamos del taxi, frente a un salón de belleza
— ¿Estás segura que necesito arréglame tanto, solo será una noche como cualquier otra?—Cuestiono agotada, la semana ha sido muy difícil
— Primero te arreglarán el cabello y el maquillaje, ese tiempo voy a aprovecharlo para buscar nuestro vestidos, nos, arreglaremos en tu departamento, a fin de cuentas iremos juntas al club —Me dice Carol, su esposo ya está allí, ya que es uno de los socios del local
—No estoy segura de todo esto— Susurro mirando todo con desconfianza
—No empecemos de nuevo, Isabella, ya aceptaste ¡no puedes echarte para atrás!—Me dice empujándome hacia la puerta del salón, sin que pueda evitarlo, siento que voy a ser sacrificada o algo así.
—Reservé esta cita con la estilista sería muy malo de nuestra parte dejar colgada Diana tú sabes que necesita el dinero — Me dice Carol, frunciendo el ceño.
—¡No hagas eso te vas a arrugar!—Critico
—¡Me vas a sacar canas verdes! Asi nunca te vas a casar—Se queja como si, tuviese algun interes en el matrimonio, soy joven para eso.
—De acuerdo, entremos de una vez —Suelto frente a la puerta del salón.
Me dan la bienvenida, y la vuelta para que no vea lo que me están haciendo, pasa al menos dos horas sobre mí ¡cambian hasta mi color de pelo!,
Estoy que me como las uñas, de la ansiedad, me extiende unos lentes de contacto ¡que detesto!, pero cuando me veo frente al espejo, ni yo misma puedo reconocerme,
Mi amiga entra, y mira en todas direcciones buscándome y su boca se abre de forma exagerada cuando me reconoce.
— ¡Wow! ¡Qué guapa has quedado, Isa! Y eso que todavía no te pones tu vestido. —Estoy conmocionada con el resultado.
— Bueno, ahora sigo yo, a ver qué puedes hacer por mí. —Bromea Carol feliz de ayudar, ella es mi mejor amiga de toda la vida.
Después de enfundarme en el vestido ajustado y corto plateado ¡No podre doblarme esta noche!, porque me verán todo, me siento como si fuese poseída por otra mujer, el cabellos con reflejos dorados me hace lucir diferente, detesto los tacones me gusta la comodidad pero esta noche me veo genial.
Además me llevo unos tacones tan altos que no se si podre caminar con ellos, reconozco que me veo muy bien, y muy diferente.
—Seré la envidia de todos esta noche, están preciosas, casi no puedo reconocerlas. — Confiesa el esposo de Carol, apenas nos ve, haciéndome enrojecer.
Llegamos al bar y está abarrotado de personas como todos los viernes, mis amigos comienzan a bailar y yo me dirijo a la barra, yo necesito alcohol.
No sé cómo no me volví loca esta semana, ese hombre lo que tiene de lindo ¡lo tiene de insoportable, idiota, ogro, engreído, narcisista, imbécil, descarado, bocón!…
En un abrir y cerrar de ojos, me he tomado como cinco tequilas, después me voy a la pista a bailar como si no hubiese mañana, con un vaso lleno de licor en la mano, bailo hasta que no puedo más, ¡hasta que me duelen los pies!
Me rio de todo, cuando tomo, todo me da risa.
—Un brandy. — Pido arrastrando las palabras, mis amigos también están bebidos, Antoni siempre nos protege pero en este momento, los tres estamos dando dos pasos adelante y tres hacia atrás.
—Diablos Antoni, ¡no sabía que tenías un gemelo!— Exclamo viéndolo triple, sosteniéndome de la barra ¡Estoy bien borracha!
—Estas borracha, hip, tienes que ir a casa hip. —Sugiere él y yo suelto la carcajada, está tan borracho como lo estamos Carol y yo.
—Sí, pero primero, es lo primero ¡hay que bailar!— Gritó girando en un tubo de stripper, la falda se sube y todos ven mi ropa interior pero no tengo pudor lo perdí en el cuarto tequila, o en el quinto la verdad no lo recuerdo bien, lo único que sé, es que a pesar de todo las desgracias que me pasan, sigo siendo el alma de la fiesta hoy.
Mis problemas se ven más pequeños, por un momento hasta los olvido, esta salida era justo lo que necesitaba. — Por Andrew ¡que te den por el trasero!—
Levanto mi vaso de licor, en un brindis solitario en honor de mi jefe, esta noche se la dedico toda a él, por atormentarme toda la semana.
— ¡Por Andrew que te den por atrás!— Brindo de nuevo por mi jefe y me continuó bebiendo todo lo que me da el barman como si fuese agua.
Y como una invocacion se detiene frente a mí sonriendo como nunca lo he visto sonreir, supongo que es una alucinación.
—Hola—Saludo y el me da un beso que nos deja sin respiración no sé si esto que estoy viviendo es real, o otra de mis estupidas fantasias, siempre he soñado con los besos del doctor Cole ¿quien podria culparme? ese hombre fisicamente es un Dios griego ¡perfecto!
Supongo que es un sueño, por lo que me dejo llevar y me atrevo a ser osada, aprovecho para meterle mano por donde quiera ¡esto se siente muy real!
Sus besos son demasiado deliciosos, no se porque pero me saben mas rico que en mis otros sueños inconfesables con él.