Cuatro meses después se casaron, primero en una boda civil en Caracas y luego celebraron dos bodas una en la Iglesia de San Rafael de Tabay, en Mérida, Venezuela, donde adornaron las calles y la plaza, era un gran acontecimiento porque Valeria y su familia eran muy queridas en el pueblo, su padre la entregó orgulloso al hombre de quien ella se enamoró un caluroso día de verano en Guayaquil.
Todos lloraron de la emoci&oacut
HISTORIA DE ANASTASIAAnastasia paseaba de un lado a otro esperando ser atendida por el abogado del consulado, tenía que hacer hasta lo imposible por ayudar a su amiga a que superara esa difícil situación, jamás se imaginaron que al salir de Venezuela la desgracia se cernería sobre ella. Valeria siempre había sido una chica alegre, a pesar de haber perdido a su madre a temprana edad, porque nunca le faltó amor, su abuela se lo dio de sobra y aunque era una mujer de carácter, también era cariñosa. Sin embargo, a partir de lo que le había sucedido tenía miedo que se llenara de odio.De repente sintió que su estómago comenzó a dolerle, intentó distraerse pensando en otra cosa, porque ya había esperado mucho tiempo para que la atendieran y no podía perder la oportunidad de entrevistarse y buscar ayuda para su amiga. Esperó diez minutos más, pero su dolor se intensificó tanto que debió salir corriendo a buscar un sanitario, en su carrera no se dio
Su primera impresión había sido darle un empujón y alejarlo, pero luego ese beso fue tan perturbador que decidió disfrutar un poco más hasta que separaron por falta de aire, sin darse cuenta él había caminado con ella hasta uno de los pasillos con pequeños kioscos que estaban desocupados.—¿Qué diablos piensas que está haciendo? ¿Cómo se le ocurre traerme hasta aquí y con cuál intención? ¿Con qué derecho se atreve a besarme? —Indagó la chica muy molesta.—¡Ay ya! Deja el escándalo, es cierto que yo tomé la iniciativa de besarte, pero no te vi desagradada ni apartándome, sino que gustosamente me respondiste —pronunció el hombre con una media sonrisa de suficiencia.Anastasia por un momento se quedó en blanco, inte
A Anastasia su rostro se le cubrió completamente de carmesí, pero para simular su vergüenza, esbozó una sonrisa y se disculpó con la mujer —Discúlpeme, Melissa, soy Anastasia la amiga de Valeria, no sabía que este era su asiento, pero ya se lo dejo libre — diciendo eso se levantó de la silla y comenzó a alejarse, pero en ese momento Cristóbal la tomó de la muñeca, llamándola.—Anastasia yo… —Ella lo interrumpió.—No se preocupe señor Cristóbal, siento mucho haberlo incordiado —pronunció con seriedad liberando su mano, cuando alzó la vista vio a un hombre que se acercaba a ella con una hermosa sonrisa, era un hombre bastante imponente, alto, cabellos tan oscuros como la noche, nariz romana, mandíbula cuadrada y los ojos de un hermoso a
Anastasia no tuvo dudas de que ese par se caerían a golpes si ella no hacía nada, por eso puso una mano en el pecho de Sebastián y con voz suplicante expresó —Por favor no Sebastián, no vayan a irse de las manos, déjame arreglar esto con Cristóbal—. Al ver que el rostro del hombre no se relajaba, volvió a decir— Por favor, no me pongan en una difícil situación.Sebastián se quedó observándola por un momento y luego con más tranquilidad manifestó —Si me necesitas solo llámame y estaré junto a ti.Esas palabras lograron cabrear a Cristóbal quien sin importarle que podía volver a despertar la furia en el otro hombre espetó —.Anastasia jamás te necesitará, para eso estaré yo y procura mantenerte alejado de ella, porque no confío en ti, l
Cristóbal se vistió con rapidez y salió corriendo a alcanzar a Anastasia, no quería que se fuera de esa manera, no lo había dejado hablar y se fue pensando lo peor, sin embargo, cuando llegó al frente del restaurante la vio montándose en un vehículo y comenzó a llamarla sin importar el bullicio que provocaba — ¡Anastasia! ¡Anastasia!Por más que insistió llamándola la joven lo ignoró totalmente, por eso exclamó molesto —¡Maldición! ¿Por qué tiene que ser tan orgullosa?Entró nuevamente al Restaurante, recorrió con la mirada el sitio y se dio cuenta de que no solo Anastasia había abandonado el lugar, sino que tampoco se encontraba Sebastián, sin embargo, lo que más aumentó su curiosidad, fue el hecho de que su acompañante Pamela aún se encon
Anastasia cuando salió de la habitación donde se había hospedado con sus amigas para asistir a la despedida de soltera de Valeria, esbozó una sonrisa dirigida a la pareja que salía de la habitación del frente, pero al observar en detalle que se trataba de Cristóbal y su prometida la sonrisa se le congeló en el rostro. Vio que el hombre sostenía a la mujer del brazo, eso provocó que la rabia bullera en su interior ante semejante descaro. Le dolía que solo la hubiese utilizado para follar y que enseguida volviera a los brazos de su prometida, lo miró con ganas de matarlo, lamentaba que con su mirada no lo pudiera fulminar en el acto, porque sin duda lo habría hecho.Fue inevitable escuchar la voz del hombre justificándose mientras la tomaba del brazo—Por favor Anastasia, no es lo que estás pensando déjame explicarteInmediatame
Después del momento de pasión que vivieron, cuando de nuevo pisaron tierra, Anastasia se sintió avergonzada y se preguntaba mentalmente «¿Qué estaba pensando para permitir que Cristóbal me tomará en el ascensor de este hotel? Estoy loca», sin embargo, no se atrevió a articular palabra, se comenzó a vestir en silencio, ambos lo hacían.Él puso a funcionar el ascensor, entretanto se quedaba pensativo, buscando unas palabras adecuadas para decirle, no quería que se volviera a alejar, no obstante se quedó sorprendido cuando el elevador llegó al piso para donde iban, ella salió disparada, corrió tras ella para atraparla.—Por favor Anastasia, no otra vez. Después de la boda, no volveré a ver a Melissa, ahora mismo me cambiaré de suite, pero tampoco puedo dejarla tirada independientemente que ya no
El hombre recorría la habitación del avión de un lugar a otro, no podía creer que se hubiese atrevido a sacarla de esa manera de la fiesta, para su buena suerte contó con la ayuda de sus amigas quienes se encargarían de justificar ante su familia su ausencia y de Lucca quien le había prestado su jet privado para llevar a cabo el plan que ellos diseñaron y que él aprobó sin poner ninguna objeción.Vio la chica moverse y segundos después sus ojos se fueron abriendo lentamente, comenzó a contar mentalmente, porque estaba seguro de que en pocos segundos allí ardería Troya. Y no se equivocó cuando Anastasia se terminó de despertar se levantó como si un resorte la hubiese impulsado y le brincó encima.—Eres un desgraciado, me drogaste y me secuestraste para traerme contigo ¿Cómo te atreves? &mdash