Intente abrir los ojos, pero casi no podía me pesaban mucho los párpados, hasta que las dichosas náuseas hicieron su aparición y como pude me levanté de aquella cama en la que me encontraba tumbada y que no conocía y cogiendome a todo aquello que estaba a mi paso para no caerme pude llegar hasta la puerta donde me parecia que habia un cuarto de baño, entre en él, subí a tiempo de no vomitar encima de la tapadera del inodoro vomitando después todo aquello que mi estómago rechazo, una vez que termine, volvi a lo que parecía un dormitorio viendo a mi verdugo y secuestrador en la puerta del dormitorio teniendo en su boca aquella sonrisa ladina.— ¿Qué hago aquí? — le pregunté a Kevin— Veo que el estupido de Aaron no ha perdido el tiempo contigo, ¿estás embarazada? — me preguntó— A ti que te importa, contesta a mi pregunta ¿dónde me has traído? — le pregunté muy enfadada— Ven conmigo, te lo demostrare — me dijo estirando su brazo ofreciéndome su manoComo no podía andar sin ayuda, no tu
La muchacha agacho la cabeza y mirando al suelo como si temiera algo desapareció del salón quedándonos solos Kevin y yo con nuestra hija.— Pobre muchacha, no tienes porque hablarle así — le dije— Alice cariño, soy yo quien le paga y puedo hablarme como a mi me de la gana — me respondioDespués de comer, me senté en uno de los sillones que había afuera en el cenador con mi pequeña, puse los pies en la mesita que allí se encontraba doblando mis rodillas, poniendo a mi hija en mis piernas sentada haciéndole varias pedorretas en su barriguita, riéndome con ella ya que risa era tan contagiosa, que tenía sí o sí que reírme con mi pequeña cuando le hacía las pedorretas.— Señora, el señor Kevin me ha dicho que luego ustedes dos darán un paseo con la pequeña Cintia — me dijo Amelia—- Amelia ¿dónde está el señor, en este momento? — pregunté— Trabajando en su despacho señora— me respondió— Entonces ven, sientate un ratito conmigo, — le dije— No puedo señora, si me ve el señor hablando c
Amelia y sus familia se quedaron con mi pequeña mientras yo me marchaba a la calle para buscar la cabina que la señora me había indicado, cuando la encontré y con las manos temblorosas, saque de mi bolso mi monedero para poder coger alguna monedas y poder llamar Aaron por teléfono, acordandome en ese momento que no me dijeron donde exactamente me encontraba. Introduje las monedas en el el teléfono público, escuchando la voz de una señorita— Buenas noches, soy la centralita a que numero de telefono quiere que le ponga en contacto por favor — me dijo— Por favor señorita, me podria decir donde me encuentro, es que me perdí y no sé regresar — le dije muy nerviosa— Señora se encuentra en Venezuela, ¿desea que le contacte con algun telefono para que la ayuden? — me dijoLe dije que si, dandole el numero de telefono de Aaron, pero la señorita me dijo que no tenía bastantes monedas para llamar a Londres, asi que decidi decirle que fuera a cobro revertido, diciendome la telefonista que espe
Cuando las dos terminamos de desayunar, me di cuenta de que la muchacha más joven no estaba en la casa, aunque estaba tranquila ya que Amelia me dijo que eran su familia no quise pensar que a lo mejor me iban a traicionar— ¿Y la muchacha que anoche vi aquí contigo? — pregunté— Se marchó temprano a la casa de José para ayudar a Amelia con tu hija — me dijo haciendo yo que estuviera mucho más tranquila, no creo que tarden mucho en llegar con el coche — me dijo— Será un poco peligros que vengan aquí con el vehículo, ya que Kevin abra mandado a sus sicarios para vigilar esta casa — respondí— Como tienes el tobillo, no llegaríamos a la casa de José, será un riesgo necesario, pero no te preocupes, ese hombre no conoce a José ni a su coche, cuando escuchemos tocar a la puerta, no te muevas de aquí hasta que yo te lo diga — me dijo como cuando una madre riñe a su hija, haciéndome sentir querida por esa mujer que no me conocía de nada, pero que sin embargo me estaba ayudando muchoCuando
Arturo el abogado se volvió a sentar en el sillón que había detrás de su mesa, poniendo los brazos encima cruzando sus dedos.— Amelia me ha comentado un poco de su problema con el señor Kevin Taylor, pero necesito escuchar de su voz lo que realmente le pasa señora Duncan — me dijo el abogadoEstuvimos en el despacho del abogado Jose y yo más de dos horas, contándole a Arturo casi toda la historia de mi vida con Kevin, fijándome como el abogado cogía anotaciones y movía de vez en cuando la cabeza, poniéndome más nerviosa cuando sentía de vez en cuando su mirada fija en mi. Cuando ya terminaba de hablar, le tocó al abogado hablar sin dejar de mirarme fijamente.— Alice, ¿te puedo tutear verdad? –me pregunto– Podemos intentar meter en la cárcel al señor Kevin Taylor, por llamarlo de alguna manera, sé que él también tiene muchos contactos y tiene mucho dinero, pero la ley es para todos igual, intentaré por los medios que tengo de localizar a tu marido para que sepa donde te encuentras y
Bajamos del vehículo de Arturo con mi ramos de rosas en mis manos, le dimos las gracias a Arturo entrando seguidamente al Hall del hotel, sorprendiendome mi marido ya que no fuimos a recepción a registrarnos, me llevo cogida de mi mano hacia la zona donde se encontraban los ascensores, subimos al primero que estaba disponible, apretando mi marido el botón de la planta donde teniamos nuestra habitación, nada más que paró el ascensor, salimos de él acercándonos a una de las puertas, abriendo mi marido. Al entrar Aaron me bloqueo el paso entre su cuerpo y la puerta, juntando nuestros labios, besándonos con deseo y pasión, Levantó la falda de mi vestido arrancandome las bragas, escuchando poco después como se bajaba la cremallera de su pantalón sintiendo como los dejaba caer hasta sus tobillos. Puso sus manos en mis nalgas subiendo un poco mi cuerpo haciendo que me sintiera completamente suya cuando me embistió con su miembro introduciendo en mi interior, rodeando yo sus caderas con mis p
No sé qué tiempo pasé sola hasta que volví a escuchar el ruido de la puerta, sentándose alguien a mi lado, levantó un poco la bolsa que me pusieron esos hombres en la cabeza, rozando mis labios unos dedos que para mi eran inconfundibles.— Kevin ¿eres tú? — pregunté, sin obtener respuesta, lo único que me hizo sentir fueron unos labios calientes en mis labios, lamiendolos con su lengua, volviendo a taparme con la bolsa negra la cabeza— Patron, el medico ya está aquí y me pregunta donde le pone el microchip a la chava — escuche a un sicario— ¿A quién? ¿qué ha dicho? — pregunté esperando que alguien me respondiera, pero lo que escuche, fue otra vez la puerta imaginándome que la acababan de cerrar.Me tumbé en lo que me parecía una cama blanda, escuchando cuando me estaba quedando medio dormida el ruido de la puerta cuando la abrieron, enseguida y como pude me senté en la cama, ya que seguía con las manos esposadas en mi espalda. De pronto me quitarón el saco negro de mi cabeza, y aunq
Un mes después, Kevin me dijo que iba a celebrar una fiesta en la casa y quería que yo asistiera, Nora la única mujer que había en la casa aparte de mi y servía en la casa, abrió la puerta del dormitorio donde yo me encontraba con un vestido de color rojo en sus manos. Cansada de estar encerrada, le di un empujón e intenté correr hacia ningún lado, ya que nada más poner un pie fuera de la casa, dos sicarios me apuntaron con sus armas, haciendo que me arrepintiera de mi intento de fuga y volviera al dormitorio donde estaba. Cuando entré, me disculpe con la mujer, aunque no sirvió de nada, ya que su mirada de odio hacia a mi me dejó sin saber que decirle.Casi a la hora que se iba a celebrar la fiesta, entre en el cuarto de baño, me quite la ropa, entrando en la ducha para darme una ducha, cuando terminé, cogi una de las toallas que había colgadas volviendo al dormitorio, me seque bien el cuerpo, poniéndome a continuación el vestido que me trajo Nora, entrando Kevin al dormitorio cuando