PUNTO DE VISTA DE AMELIAMagnos limpió mis lágrimas. Ni siquiera me había dado cuenta de que estaba llorando. Acarició mi rostro y me dio un beso suave en los labios.—Tuviste una pesadilla. Me despertaron tus gritos. Estabas llamando a tus padres. ¿Quieres hablar de ello? —preguntó Magnos, mostrándose muy amable y comprensivo. No estaba acostumbrada a ver este lado suyo.—No fue una pesadilla. Vi y hablé con mis padres. Estaba en la casa de mis padres, en mi habitación. Ellos me despertaron. Me dijeron que no estaba soñando, sino proyectando mi conciencia al plano espiritual. Pero no creo en eso —le conté. Magnos se quedó pensativo.—En el mundo sobrenatural, la proyección astral es normal. Así es como algunos privilegiados pueden hablar con nuestra diosa Luna. Hay seres que usan magia y practican la proyección astral. Así que creo que realmente tuviste una experiencia astral —dijo Magnos. Miré alrededor y noté que ya había amanecido. No quería seguir hablando de ese tema ahora, a
PUNTO DE VISTA DE MAGNOSDesde que dormí con Amelia por primera vez, he dormido y descansado bien. Hacía años que no tenía una buena noche de sueño. Después de castigar a Amelia de manera placentera, me quedé dormido. Pero me despertaron los gritos de Amelia. Ella gritaba por sus padres. Intenté despertarla, pero Amelia no reaccionaba y seguía llamando a sus padres.Me angustié al no poder despertarla. Comencé a sacudirla hasta que finalmente despertó de su pesadilla. Amelia me abrazó buscando cariño. La estreché en mis brazos. Estaba llorando y verla así me inquietaba.La escuché contarme sobre su sueño, o mejor dicho, sobre su experiencia y me sorprendió oír sobre la proyección astral. ¿Quién era Amelia? Que ella tuviera una experiencia de proyección astral no era normal para una humana escéptica. Con cada cosa inusual que le sucedía a Amelia, tenía que darle la razón a Cosmo sobre que ella era especial.—Te dije que era especial —dijo Cosmo en mi mente.—Sí, lo dijiste, pero em
PUNTO DE VISTA DE MAGNOS—Ni pienses en mantenerme encerrado mientras tienes sexo con Amelia. Nunca me había interesado en participar en tus relaciones sexuales, hasta ahora que sentí la pasión de Amelia por nosotros. Y fue increíblemente placentero. Amelia es maravillosa y sabe satisfacernos muy bien —dijo Cosmo feliz.—¿Entonces ahora querrás participar en mis encuentros sexuales? —pregunté, sin que me gustara mucho esa idea.—No, solo cuando sea con Amelia. Y te gustó sentir lo que yo siento. Los lobos somos más intensos en lo que sentimos —dijo Cosmo convencido.—No puedo librarme de ti, y sé que me vas a molestar si no estoy de acuerdo, así que está bien. Pero tendremos que explicárselo a Amelia —comenté. Amelia podría asustarse cuando se dé cuenta de que estoy atrapado dentro de ella.—Perfecto, y ya que estamos hablando. ¿Cuándo vamos a cumplir nuestro acuerdo? —preguntó Cosmo.—¿Qué acuerdo? —pregunté confundido.—Hicimos una apuesta. Acordamos que yo me aparecería ante
PUNTO DE VISTA DE AMELIAMagnos fue muy implacable conmigo, me poseyó con fuerza y sin darme descanso. Quedé exhausta y me dormí tan pronto como tuve mi orgasmo, que fue uno de los mejores que he tenido en mi vida. El sexo con Magnos es maravilloso, esa es la única palabra que me viene a la mente. Cualquiera con quien haya tenido sexo antes no se puede comparar con el sexo que tengo con mi lobo alfa. Me dormí y soñé con Magnos, y fue un sueño muy excitante.Oí la voz de Magnos llamándome y abrí los ojos, me encontré con esas esmeraldas observándome. Magnos me estaba sonriendo, su sonrisa es hermosa, pero me incomoda. Aún no me acostumbro a esta versión amable y alegre de Magnos. Pero me gusta la manera en que me está tratando.—Despierta, mi animalito dormilón —dijo Magnos refiriéndose a mí. Me estiré y sentí que todo mi cuerpo dolía. Este lobo malo me dejó toda adolorida.—Buenos días —dije sonriéndole. Me senté en la cama envolviéndome en la sábana para ocultar mi desnudez.Noté
POV AMELIAMagnos me llevó hasta el auto, dos de sus soldados nos esperaban. Cecilia me enseñó cómo referirme a ellos. Los dos olfatearon el aire y me miraron, pero desviaron los ojos rápidamente. Magnos no permitió que ellos abrieran la puerta para mí. Él mismo lo hizo, este lobo es muy celoso. Entramos al auto y el conductor comenzó a manejar. Noté que los dos de adelante me miraban brevemente a veces. Y aquello me estaba incomodando. Magnos parece haber notado mi incomodidad.— ¿Estás bien? — Preguntó Magnos sosteniendo mi mano. Lo miré sin saber si debería hablar, pero si digo que estoy bien, él sabrá que estoy mintiendo e insistirá hasta que le cuente. Me acerqué a su oído y hablé bajo, aun sabiendo que los dos en el asiento delantero iban a escuchar.— Estoy un poco incómoda con la manera en que tus soldados me están mirando. Y, ¿por qué olfatearon el aire cuando llegué? — Pregunté y me alejé un poco. Magnos me miró y sonrió. Giró la cabeza en dirección a los dos soldados y lo
POV AMELIA.— Vamos a arrancar la sonrisa y los ojos de esa zorra. Se está ofreciendo a nuestro marido. — Habló Ravina, furiosa y celosa en mi cabeza.— Cálmate, Ravina, que esa criatura aún no ha hecho nada. Y el culpable es Magnos por ser delicioso y hermoso. Si ella se está ofreciendo de esa manera, es porque esos dos tienen historia. — Dije tratando de actuar como una dama. No puedo causar una pésima impresión en estos ancianos y si esta criatura está aquí, es porque ellos la invitaron y Magnos estuvo de acuerdo. Ravina gruñó y se calló. Mantuve mi calma y elegancia.— Alfa Magnos, hace mucho tiempo que no nos vemos. — Dijo ella toda sonriente.— Aurora. Bienvenida. Amelia, esta es la bruja Aurora. Y esta es Amelia, mi esposa y madre de mi cachorro. — Habló Magnos frío y serio.Así que esta es la tal bruja Aurora. El título de bruja le queda bien, pensé sonriendo. Noté que la sonrisa de Aurora desapareció de su rostro cuando escuchó quién era yo. Miré a los ancianos y estaban
PUNTO DE VISTA DE MAGNOS.Amelia, como siempre, tenía hambre y su estómago rugió, haciéndome reír a carcajadas, algo que no hacía desde hace años. Esta humana me está cambiando. Después de tomar nuestro desayuno en silencio, una cosa que tenemos en común: nos gusta comer y el silencio.Me irrité cuando estábamos bajando las escaleras. Amelia tenía que preguntar por ese infeliz de Jake para arruinar mi buen humor. Le conté que estaba con Cecilia y que los dos se llevaban muy bien. Aproveché para intentar mantenerla alejada de su amigo. No soportaba presenciar las demostraciones de cariño entre ellos.—Si quieres que los dos estén bien y se vuelvan compañeros, debes mantener la distancia y evitar abrazarlo y mostrar ciertas intimidades con tu amigo. Eso pone celosa e irritada a mi hermana. Las hembras son posesivas con sus compañeros. Y acaban atacando por celos. —Comenté con seriedad. Noté que Amelia se puso un poco triste.—¿No crees que exageraste un poco? Yo también tengo muchos
PUNTO DE VISTA DE MAGNOS.Aurora me saludó toda sonriente, yo me encargué de borrar esa sonrisa de su rostro, presentando a Amelia como mi esposa. Cuando oyó que Amelia era mi esposa y madre de mis cachorros, la sonrisa de Aurora desapareció de su cara.Aurora inmediatamente se puso seria, yo sabía que estaba tan sorprendida como los ancianos. Pero ninguno de ellos me preguntaría nada, pues sabían que serían reprendidos o escucharían una respuesta nada agradable. Yo no admito que me cuestionen, ni que se entrometan en mi vida. Amelia saludó a Aurora amablemente, sin demostrar su descontento, tal como lo haría una luna.—Nuestra Amelia ya tiene porte de una luna. —Comentó Cosmo encantado con cómo nuestra esposa estaba manejando la situación.Aurora, después del shock, se recuperó rápidamente y saludó a Amelia como si nada hubiera pasado. Presenté a los ancianos a Amelia y ella los saludó feliz y gentilmente. Petunia pareció haber simpatizado mucho con Amelia. Después de las presenta