BREENDías después…Ya casi se cumple una semana de no ver a Kellen, ¿de verdad no está casado? No me quedó ninguna duda cuando Acosta me lo aclaro, sin embargo, ahora lo dudo mucho. Quizá no está casado, pero considero que novia, por lo menos, sí debe de tener.Creo que es en lo último que tengo que pensar, no quiero que Randy se vuelva a aparecer frente a mí y me reclame por lo que estoy haciendo o pensando. ¿Qué se encontrará haciendo justo ahora? ¿Será que me está buscando? Tal vez ya perdió la esperanza de volverme a ver.No, dudo que Randy deje de buscarme algún día. Y si él no me encuentra, estoy segura de que Adam no descansará hasta encontrarme y… ¡Oh por Dios!, me agarré la cabeza y comencé a negar, mi corazón latía como loco y un sudor frío recorrió mi cuerpo.No puede ser lo que estoy pensando, ¡no!, ¡mierda, no! Adam no puede estar involucrado en todo este asunto. Me niego a creer que se encuentra ayudando a Kellen, quien además de todo es su jefe y… no, no, no, no, simpl
ADAMEsperé a que Kellen llegara a la empresa, no entiendo por qué tarda tanto en llegar. Siempre ha sido muy puntual, seguramente debe encontrarse con la zorra de Tatyana.Aunque en lo que no podía dejar de pensar era en las palabras de mi madre, que en realidad son ciertas, me ponen a pensar que Montgomery los tiene comiendo de la palma de su mano. Sobre todo, a mi madre, quien me culpó por todo.No comprendo cómo es que pueden creer más en ese bastado que en su propio hijo. Si supieran su verdadera vocación y con quién está relacionado, estoy más que seguro de que no lo idolatrarían tanto. Únicamente no he abierto la boca, porque lo necesitamos para arruinar a los bastardos, pero si por mí fuera, no volvería a poner un pie dentro de la casa de mis padres ni una sola vez más.No sé por qué sospecha de mí y me encuentro casi seguro de que quien le metió esa idea en la cabeza fue ese pendejo. Podría averiguarlo; sin embargo, lo que tengo pensado hacer no sé si resulte.Supongo que pri
ADAMQuizá no debí haber aceptado esa invitación a casa de la madre de Kellen, o quizá ese era mi destino. De cualquier forma, ya mi destino se encontraba escrito. Amina, la hermana de Kellen, la única mujer a la que no puedo follar, es más ni siquiera puedo pensar, es la que más se encuentra en mis pensamientos.Y después de lo ocurrido, fue aún más frustrante para mí. Sin embargo, creo que jamás debí acercarme a ella. La terminaré lastimando de la peor forma y Kellen, me terminará matando a mí.A la siguiente mañana, llamé a Madison. La noche anterior, cuando nos encontrábamos en la llamada, tuve que cortar. Pero este día, nada me impedía el poder hablar bien con ella, sobre todo, porque necesitaba su opinión.—Adam, mi clase está por terminar, te llamo en cinco —colgó. Los modales de esta chica son extraordinarios.Me estacioné y esperé a que llamara, seguro no tarda. Esperé cómo dijo, los cinco minutos ya habían pasado, entonces sonó mi móvil.—Listo Adam, mi clase ya termino, as
ADAMEn cuanto llegue a mi oficina, después del espectáculo y la charla con Kellen, por más que quise concentrarme en el trabajo no pude y sé que no lo haría. Y como de todas maneras me iría temprano, decidí adelantarme a la universidad de Amina. No tenía la menor idea de que Ashton se encontraba estudiando ahí mismo.Me despedí de Kellen, anunciándole que ya no regresaría por la tarde. Él asintió y me dirigí directo a mi auto. Conduje aproximadamente por dos horas, hasta que divisé el campus. Le mandé un mensaje a Amina avisándole que me encontraba en la entrada y la esperaría hasta que sus clases terminaran.Bajé del auto para fumar un cigarrillo, en cuanto lo hice, todas las miradas de las chicas cayeron sobre mi persona. A algunas chicas les sonreí y a otras cuantas les guiñé el ojo, pero en cuanto hacía eso solamente una mujer llegaba a mi mente, por supuesto que nada más y nada menos que Amina Brennan.Fue entonces cuando un chico se me hizo demasiado conocido, me acerque a él y
KELLENNo había día que no mirara el portátil o computador para saber lo que se encontraba haciendo Breen. Supongo que al darle todos esos aparatos ya no se encuentra aburrida o sin hacer nada que no le guste. Varias noches la observé leyendo, o pasando simplemente el rato.Obviamente, la dejé andar a sus anchas, solo que con algunas restricciones. Necesito que cuando yo llegue tenga más confianza en mí. Sé que será algo difícil ganármela, es por ello por lo que Acosta se encuentra trabajando en mi nombre.Además, aún no he podido sacarme de la cabeza aquella escena de la piscina. No hay noche que no piense en ella y en lo que yo puedo hacer para hacerle perder la razón; sin embargo, soy consciente de lo que implica meterme con ella y considero que el resultado no me gustará.Sobre todo, porque no me he sacado de la cabeza una frase que, se supone, no debí haber escuchado; no obstante, lo hice y no me avergüenzo por ello. “Con Kellen es todo lo contrario”, cada una de sus palabras cal
KELLENLe pedí a Amina que me diera un momento, para poder atender la llamada. Como no sabía de quién se trataba, pude hablar libremente.—Montgomery —respondió mi saludo de la misma forma—. Sí, mi abogado y yo ya lo revisamos, aunque he de decirte que con esa cantidad que pides, es imposible. ¿Tienes la noche libre? De acuerdo, sí, te veré en mi oficina a las cinco y te explicaré cada detalle. Bien, nos vemos en un rato.—Al parecer estarás ocupado por la tarde —asentí. Si Amina supiera que el primero de sus perpetradores está por caer, seguro que no se encontraría tan tranquila, o quizá sí, al saber que una mierda como esas no existiría más, ni causaría más daño a nadie.El último en pagar será Wilton Adams, quien fue el primero en aprovecharse de su inocencia. Él, sufrirá el doble o triple que los demás; a Adam le dará gusto que finalmente el primero de ellos se encuentre a nada de caer en su propia tumba.—Sí, negocios. Ya sabes —sin decir nada más, le pedí que siguiéramos con la
KELLENYa me encontraba en el hangar, a punto de tomar el avión de regreso a Portland. Con las evidencias que necesito para que Breen empiece a confiar en mí, en mi poder. Antes de subir al avión, llamé a Acosta.—Estoy a punto de tomar el vuelo de regreso, ¿cómo se encuentra? —No hay necesidad de decir a quién me refiero.—Al parecer, lo extraña —hablo casi en susurro y a mí me dejo en silencio—no hace más que preguntar cuándo va a volver y se encuentra a punto de…—Pero… ¿Has preguntado el porqué de su interés? —No es que no le creyera, pero me parecía demasiado surreal para ser verdad.—Por supuesto que lo he hecho señor, sin embargo, siempre esquiva mi pregunta, nunca responde —una sonrisa descarada se dibujó en mi rostro.—Bien, entonces no le digas que voy de regreso, la tomaré por sorpresa —colgué y subí al avión, sé que pronto estaría más que feliz de verme, al igual que yo a ella.El tiempo de vuelo pasó rápidamente, debido a que me concentre en el trabajo. Una vez que el avi
KELLENColoqué sus manos en mi pecho y la incité a tocarme. Necesita perder el miedo o quizá conmigo jamás lo haya tenido. Movió sus manos alrededor de mi cuerpo sin prisa y con calma, ante cada toque mi piel se erizaba más y más y mi polla resurgía como nunca lo había hecho.—Eres tan hermosa, Breen —volví a besarla, pero esta ocasión con más urgencia. Recorrí cada parte de su excelso ser. Cada toque y cada caricia, quería que le borrara lo vivido a lado de esos malnacidos. Quiero que los olvide, que los borre de su mente y que de ahora en adelante el único hombre que llegue a su mente ante estos recuerdos, sea exclusivamente yo.De pronto su mano llegó hasta mi falo, lo recorrió desde la punta hasta la base, por varias ocasiones. Hasta que expresó algo que me dejó helado.—¡Hazme el amor, por favor! —su elección de palabras quizá no fue la mejor, pero eso ahora no importaba demasiado.Ahora fue ella quien poseía mi boca con un ansia desmesurada. Quien, con cada toque, me pedía hacer