KELLEN

Creí que no bajaría después de que la dejé a solas en la habitación. Consideré esa opción y estaba pensando en una manera de convencerla, cuando la llamada de mi madre, me saco de mis pensamientos.

—Madre —respondí con una sonrisa, me da bastante alegría platicar con ella, sobre todo porque no sé cuánto tiempo tarde en volver— ¿Cómo te encuentras?

—Hola, hijo —su voz se percibía un poco decaída—. Estoy bien, es solo que… lo que estoy a punto de hablar contigo, es para que lo tomes con calma, ¿de acuerdo? —No sé lo que sea, pero presiento que no me gustará.

—Solo habla —me pellizqué el puente de la nariz y esperé a que dijera lo que sea que me tenía por decir—. Espero que no sea Ashton nuevamente —ese jodido cabrón, si volvió a hacer una de las suyas, esta vez no me quedaré de brazos cruzados.

—La verdad es que se trata de él —respire profundo y espere a que continuara— al parecer le rompió la nariz a un profesor y ya no tiene permitido el acceso. ¿Qué pasará ahora? —cerré los o