KIERAN:
Guardé silencio ante la pregunta de Claris; no quería mentirle, pero sentía que aún no era el momento de revelarle esa verdad. La escuché mientras me narraba todo lo que había sucedido en el mercado con lujo de detalles. Necesitaba hablar con mi primo Gael; no había querido advertirle que Sarah, su pareja destinada, solo lo estaba utilizando y que planeaba traicionarme. Era un omega muy fiel, mi única familia, y lo quería como el hermano que nunca tuve. Aunque se suponía que no debía cambiar nada del pasado, no soportaba la idea de que ella siguiera manipulándolo; era un excelente doctor.
—Claris, en este mundo existen muchos seres que desconocemos. No tengo derecho a desmentirte; no sería capaz de hacer algo así —hablé con toda la suavidad que pude mientras nos desplazábamos por el camino de piedra, tratando de que los cachorros no se cayerKIERAN:Fuimos directos hasta la pequeña pista detrás de mi casa en la manada; no podíamos correr el riesgo de aterrizar en la ciudad con todos esos niños con poderes sobrenaturales. Al abrir la puerta, la añoranza me llenó el corazón: mi territorio, mi manada, mi bosque. Bajé despacio, entregando a los cachorros a mi gamma, Rafe. Corrí con todas mis fuerzas, adentrándome en la vegetación hasta llegar a la colina de la luna. Me convertí en Atka y lancé mi aullido de alfa, uno que retumbó en el amanecer de mi territorio y fue respondido por aquellos que estaban cerca y por todos los demás lobos de las manadas a mi alrededor. Pude escuchar el aullido de bienvenida de los alfas. Estaba en casa, había vuelto.El aire fresco de la mañana revoloteaba a mi alrededor, impregnado del aroma de los pinos y la tierra húmeda, susurrándome pr
CLARIS:No sabía cómo comportarme por primera vez en mi vida. Desde pequeña siempre fui la correcta, la que no hacía locuras. Mamá me educaba de manera estricta y me hacía estudiar todo lo que se le ocurría. Conocía a la perfección unas cuantas enciclopedias que me había hecho memorizar desde que aprendí a leer, además de varios idiomas arcaicos que nadie utiliza.Ahora, aquí estaba, frente a una nueva etapa en mi vida profesional, aceptando trabajar para una familia que, aunque misteriosa, parecía encarnar todos los valores que había admirado. Había algo peculiar en ellos, una especie de magnetismo inexplicable, pero decidí dejar esos pensamientos a un lado y centrarme en mi tarea como abogada.La casa donde habían decidido que viviría era la de Kieran. Aunque ya la había visitado antes, al observarla con más atenci&oacu
KIERAN:Me quedé en silencio mientras escuchaba con claridad cómo latía el corazón de Claris, lleno de curiosidad. Sonrió sutilmente al enterarse de que no había un pasado romántico entre Sarah y yo, aunque eso no hizo que su inquietud desapareciera por completo. Detrás de sus ojos perspicaces, sentí que quería preguntar más.Claris continuó trabajando, pero podía percibir que haberle dicho que no saliera sola había sembrado un poco de miedo en su pecho. Aunque lo hice por costumbre antes de que se adaptara por completo a este mundo, debía comenzar a cumplir con las leyes de la manada.Los lobos guardianes silenciosos de este lugar la cuidaban como había ordenado, pero Sarah era otra cosa, una amenaza viviente. Podría hacer cualquier cosa para que los demás viesen a Claris como una intrusa y atacarla. La manada entera susurraba que ten&
KIERANY ahí estaba, mi pasado-futuro regresando de nuevo. Me senté con la mayor lentitud posible después de indicar a Claris que lo hiciera a mi lado, acercando una silla. Ella se sentó mirándome preocupada. Era una abogada inteligente y sabía lo que había dicho Chandra.—Entonces, déjenme ver si entendí bien. La urgencia que tienen es que vinieron a proponerme matrimonio. ¿Con quién es esta vez, si se puede saber? —pregunté intencionadamente—. Porque ya dejé claro la primera vez que no me interesaba Chandra. ¿A quién eligieron esta vez para que sea mi esposa y a qué… “familia” pertenece? Porque déjenme aclarar algo: por el momento, no me interesa casarme.La figura majestuosa del Alfa Aleh se erguía frente a mí mientras trataba de medir sus próximas palabras. Se removió incómo
CLARIS:Aunque la conversación en el despacho parecía normal, yo podía sentir que había algo más detrás de las palabras que se cruzaban entre ellos. Cuando llegó la propuesta de matrimonio, mi corazón dio un vuelco. Por un lado, me decía que lo que Vikra había mencionado, al no dejar de buscar mi mirada, era mentira: Kieran Theron no estaba casado con Sarah; en realidad, ellos lo deseaban para su hermana Chandra. Por otro lado, el miedo se apoderó de mí ante la posibilidad de que él aceptara y yo quedara fuera de su vida. Para mi alivio, lo había rechazado, a pesar de todos los extraños rumores de desaprobación que habían llegado a mis oídos acerca de nuestra relación, rumores cuyo motivo no entendía.Era cierto que era una extranjera recién llegada a su vida y, quizás, mudarme con él fue algo precipitado.
CLARIS:El bosque a mi alrededor parecía estar conectado conmigo mientras observaba al impresionante lobo negro como la noche, con ojos dorados que me miraban fijamente, como si esperara que hiciera el primer movimiento. Era tan enorme que mi mente buscaba desesperadamente una comparación con los lobos de los documentales, sin encontrar ninguno de esas dimensiones. Kieran no estaba por ningún lado; me había guiado hasta este claro, donde el aroma a tierra y el sonido de un arroyo cercano llenaban el aire. Los ojos del lobo, fijos en mí, brillaban de una manera inusual; estaba allí, mirándome sin acercarse. Se echó con la cabeza apoyada sobre sus patas y miró a lo lejos, hacia el hermoso paisaje.—Kieran —llamé quedamente, viendo cómo el lobo movía las orejas y volvía a mirarme, arrastrándose lentamente hacia donde estaba yo, sentada en la hierba. Rozó su n
KIERAN:Me puse de pie lentamente, incapaz de apartar la mirada de ella. La luna llena se elevaba en lo alto mientras inhalaba el aire fresco de la noche, que movía el hermoso cabello dorado de Claris, brillando bajo la luz plateada y trayendo a mi memoria a mi Luna. Este lugar era su preferido, donde solíamos amarnos hasta el cansancio.La pregunta de Claris, lo que había dicho antes sobre no hacer que se enamorara de mí, resonaba en mi mente. Un sentimiento de culpa me invadía; sabía que debía decirle la verdad si quería mantenerla a mi lado, no podía seguir engañándola. Estaba rodeado de lobos y debía saber a qué atenerse. Le daría la opción de decidir si deseaba estar conmigo o no; ella debía elegir.—Claris… —comencé, pero antes de poder continuar, un aullido cortó el aire nocturno.Mi cuerpo se
ALFA KIERAN THERON:El olor me golpeó como una descarga eléctrica, enviando escalofríos por mi columna vertebral. Mi piel se erizó al reconocerlo: era mi propia esencia, pero más dulce, más intensa, entrelazada con algo más que no podía identificar. Imposible. Esto solo ocurría cuando... ¡No! Después de cientos de años esperando, ¿por qué ahora? Mis músculos se tensaron por instinto y, antes de poder procesarlo conscientemente, ya estaba corriendo. El aroma me guió más allá de los límites de la manada, hacia una vieja casa de piedra y madera en las afueras del pueblo. El edificio, rodeado de pinos centenarios, había sido ocupado recientemente por tres humanas. Podía oler sus esencias entremezcladas con el aroma a pintura fresca y cajas de cartón. Mi lobo Atka se agitaba en mi interior, desesperado por irrumpir en la casa, pero tres siglos de control me mantuvieron anclado al suelo. No podía simplemente entrar y asustar a los humanos. ¿Cómo era posible que mi esencia estuviera allí?