Ana Sofía escuchó el susurro del hombre, como no entendió sus palabras, no dudó en preguntarle.—Señor Barton, ¿Puede repetirme? Disculpe, no lo escuché. Es que realmente desde ayer ha sido todo complicado —pronunció ella con un tono de tristeza. Por un par de segundos Barton no encontró qué decir, aún no salía de la sorpresa cuando vio a su nieto, no le cupo la menor duda de que ella era Ana Sofía Celedón, y aunque su deseo antes de conocerla era insultarla y exigirle que se divorciara de su hijo, ahora que sabía quién era, y las circunstancias como se conocieron, no le parecía una mala mujer, todo lo contrario, estaba seguro de que ella no tenía idea de que su esposo era su hijo BGrey el heredero de una de las familias a quien más odiaba. Ana Sofía vio la expresión ceñuda de su amigo y su rotundo silencio, y le pareció que quizás no debería quedarse porque al parecerá pesar de haberla invitado a visitarlo, en ese momento no se veía del todo agradado, y pensó que quizás se arrepin
Antes de Benjamín responder, su padre intervino, dejando sorprendido a su hijo, quien creía que todavía mantenía su aversión hacia su esposa, pero al parecer su odio en contra de la chica se disipó, porque ahora estaba más interesado que él, en mantenerlo encubierto.—Ana Sofía, por favor discúlpame, no te vayas a molestar conmigo, como quería complacerte, le pedí a mi hijo que te investigara, es solo que este muchacho hizo la tarea muy tarde y el chef ya tenía preparado el menú —justificó y la mirada de los tres se posaron en la joven para ver su reacción, porque incluso Alejandro se quedó viéndola.—Te agradezco esa atención, disculpa mi ataque —dijo la chica tomando asiento, con una expresión pensativa.—¿Qué te sucede Ann? Desde que llegaste te observo preocupada, sabes somos amigos y podemos apoyarnos, cuéntame ¿Qué te sucede? —interrogó Barton con curiosidad porque decidió que quería tener un mayor acercamiento a su nuera.—Alguien hizo anoche un atentado en nuestra contra —conf
Benjamín nunca había sentido tanto miedo en la vida, sin esperar que su padre regresara, tomó sus celulares y lo dejó en la mesa, agarró a Ana Sofía por el brazo, le quitó la cartera, y le habló a Alejandro.—Hijo, necesito que te quedes aquí sin llorar… es de vida o muerte —habló en voz baja y el pequeño colocó su rostro con una expresión seria, dando a entender que sabía lo que le pedía su padre.Se llevó a su esposa casi a rastras hacia el baño más cercano, sin embargo, le costó un poco que lo acompañara porque ella se negaba a seguir. —No me pongas tus maldit4s manos encima, ¡Pedazo de mentiroso! —expresó en un murmullo molesta, al mismo tiempo que él le pedía hacer silencio.—Por favor Ana, no puedes sentenciarme sin haberme escuchado y ahora necesito que te mantengas en silencio, esto no es juego, cuando digo que es de vida o muerte es porque es así, ¿Quieres ver a nuestro hijo morir? —susurró en un tono apenas audible para ellos.Esas palabras la hicieron abrir los ojos asust
El rostro de la joven palideció, sentía que las piernas le temblaban, apretó los ojos con fuerza, solo esperando ser descubierta, hasta que escuchó la voz de Benjamín susurrarle al oído.—¡Respóndele! Al mismo tiempo que apretaba su cuerpo de la puerta para evitar que la abrieran, ella empezó a hablar un poco nerviosa.—Señor Barton, aquí estoy, discúlpeme, me sentí mal, ya salgo —respondió aclarándose la garganta.—¿Has visto a mi hijo? —se escuchó la pregunta con un tono de preocupación.Benjamín, al verla dudar, movió la cabeza negativamente para que respondiera, ella respiró profundo con un poco de frustración porque odiaba mentir y terminó respondiéndole. —No lo he visto, él estaba allí afuera… cuando entré al baño —respondió tragando grueso, se sentía muy incómoda con esa situación.—Es un pasado ese muchacho, dejó al pequeño Alejandro solo y el bebé no deja de llorar, está asustado —. Ante sus palabras la pareja rodó los ojos y siguieron escuchando, sabían que se trataba de un
Benjamín la vio por unos segundos y luego pronunció con sinceridad.—Voy a decirte algo y espero que no te quede la menor duda… confío en ti. Eres la mujer a quien amo, y todo lo que he hecho hasta ahora ha sido para protegerlos, a ti y a nuestro hijo —mencionó tomando su mentón y mirándola al rostro sin un mínimo de titubeo—. Dime cualquier cosa que desees saber y te lo diré.—¿Por qué dices que tienes vínculo con los Amorín? Esa gente son más que miembros de la realeza, son semejante a los dioses, pocas veces se dejan ver, tienen casi todo el poder en sus manos, son sectarios, incluso hasta se casan entre primos de diferentes ramas, para no ligar su sangre… son medios enfermos —lo vio serio y se tapó la boca sonriendo—. Lo siento, sabes que no tengo ningún límite a la hora de decir la verdad.—Lo sé, mamá es una Amorín, su padre es el hijo mayor de una de las ramas de los Amorín —respondió Benjamín.—Tengo entendido que son tres ramas, ¿Cierto? ¿Y sabes quienes son los otros dos pr
Benjamín se vistió y salió a la sala donde estaba su padre, trató de contener la risa, pero no pudo evitarlo, al ver a su padre con una barba, lentillas de color grises y ropa más holgada y sencilla a la que acostumbraba a usar, con un estilo bohemio, parecía un pintor o un poeta, nada más lejos a su estilo original.—Papá ¿Qué haces aquí? Y con esos ojos grises, ¿Te das cuenta de que van a creer que soy un cuerno? ¿La gente se preguntará cómo de una mujer de ojos azules y de un hombre ojos grises, nació un hijo de ojos marrones? —inquirió con un tono de burla, Benjamín, a pesar de estar consciente de que esa teoría era posible, solo quería fastidiar a su padre, ya Patricio no estaba, se había retirado a su habitación.—Claro que se puede, ¿Acaso no escuchaste hablar de las leyes de Mendel? Tu abuelo los tenía marrones, ese es un gen dominante y los azules de tu madre y los míos grises, serían genes recesivos, no te preocupes, no pasarás por un cuerno. Y lo hice, porque quiero ser irr
Benjamín vio a su padre con pesar y hasta el mismo sintió temor de la actitud de su madre, agradeció en su interior tener una esposa tan racional y no tan fiera.—Mamá, es que Ana Sofía me preguntó ¿Por qué no venía también mi papá? Y allí fue cuando le dije que viniera, lo siento mucho —se justificó el hombre sin verla a la cara, sabía que si ella observaba su expresión se daría cuenta de su mentira, lo conocía demasiado bien.Mara miró a Barton con molestia y comenzó a discutir con él, en otra oportunidad él le habría respondido, pero ahora se sentía culpable por como la trató y estaba dispuesto a aguantar cada uno de sus desplantes.—Sinceramente, cada día estás más ridículo, tu bohemio, y con aire de artista, cuando eres un soberano snob… fui una estúpida por enamorarme de un hombre así, aunque ya se me pasó el período de locura. Quiero notificarte que hable con mis abogados y voy a presentar la demanda de divorcio —declaró enfática.El rostro de Barton fue una mezcla de miedo, do
Estela palideció, por un momento se descompuso y dio dos pasos atrás, después se armó de valor para enfrentar las acusaciones de la mujer, no podía dejar que la gente pensara que sus hijos no eran de Genaro, porque si eso llegaba a oídos de él lo perdería todo.—¿Acaso estás loca? ¿De dónde sacas semejante mentira? No tienes idea de quién soy yo y te atreves a acusarme —expuso molesta—¿Quién te has creído tú? Una insignificante… —no siguió hablando porque las carcajadas de Mara no la dejaron.—¡Estás fuera de foco! Mírate en un espejo y luego mírame a mí, no estamos en el mismo nivel y te aseguro que no es porque yo esté por debajo de tuyo, sino todo lo contrario estoy muy por encima. Y como estás tan segura de quién es el padre de tus hijos.Sorpresivamente, caminó hacia donde estaba Tulio, y le dio un fuerte jalón de cabello y después con una sonrisa expresó, mientras mostrabas las hebras con los folículos.—Ya tengo las muestras ¡Ya veremos los resultados! —exclamó triunfal, entret