Benjamín palideció, creyó que iba a desmayarse en cualquier momento, se sonrió y negó con la cabeza.—Creo que me estás confundiendo con alguien, porque tengo entendido que no vives en Villa Madera —respondió Benjamín, con seriedad.—No creo, nunca olvido una cara cuando la conozco, ni siquiera cuando las personas tratan de esconder su verdadero rostro —. Las palabras del hombre provocaron que un sudor frío recorriera la espina dorsal de Benjamín—. ¿Has estado en Wollemia los últimos días? —inquirió, se dio cuenta del nerviosismo de Benjamín, mas antes que él pudiera responder lo hizo Ana Sofía.—Si hermano, Benjamín, viajó porque tiene unos clientes, allá a quien logró salvarles unas orquídeas, creo que uno es el jardinero de los Grey, te aclaro, mi esposo a pesar de tener su mismo apellido, no tiene ningún parentesco con esa familia, ellos son millonarios e insoportables y mi esposo no tiene dinero aunque es un amor —pronunció ella orgullosa dándole un suave beso en los labios—. Amo
Benjamín apretó el teléfono con fuerza, al punto que con la fuerza ejercida el móvil hizo un pequeño ruido, miró hacia atrás, y respiró con alivio al ver a su cuñado moverse, sosteniendo al bebé. —¿Están bien? —preguntó. Enseguida, cuando Alejandro escuchó su voz, el llanto no se hizo esperar, lloraba con sentimiento—. Lo siento, pequeño, ya papá se baja y te sostiene —vio a su cuñado hacer un leve quejido y le preguntó —¿Estás bien Patricio? —Estoy bien —dijo Patricio, luego de breves segundos, sin embargo, cuando Benjamín abrió la puerta, vio herido su brazo, porque acunó a Alejandro para que no se lastimara. —No lo estás —dijo tomando a Alejandro, lo revisó y al ver que estaba bien respiró aliviado. Se dio cuenta de que Ana Sofía no bajaba y caminó a abrirle la puerta, al hacerlo, tenía los ojos anegados de lágrimas y en la frente un hilo de sangre que la recorría, no pudo evitar desesperarse, porque una cosa es lo que intentaran hacer contra él y otra muy distinta que atentaran
Benjamín se quedó pensativo, sin poder dejar de imaginarse las repercusiones que tendría el engaño de Estela de comprobarse.—Conociendo a tu padre, es capaz de matarla si descubre que por culpa de una mentira de ella perdió de estar mayor tiempo con la mujer a quien amaba.—Bueno, a decir verdad, yo realmente no sé si agradecerle o no a Estela, porque de no ser así, yo no existiría, tremenda contradicción, saber que actuó de forma miserable, pero al mismo tiempo agradecer de que las cosas sucedieran tal y como sucedieron—pronunció Patricio pensativo.—Y hay algo más, si compruebas que tus hermanos no son hijos de Genaro, no creo que es buena idea decirles a ellos… no confío en ellos, son capaces de todo ¿Sabías que pagaron a unos hombres para drogarme y llevarme a un hotel donde estaba esperando una mujer para fotografiarme? —Patricio abrió los ojos sorprendido—. Tenían la intención de mostrárselas a Ana Sofía para separarnos, solo que no me conocen lo suficiente para saber que no ib
Ana Sofía escuchó el susurro del hombre, como no entendió sus palabras, no dudó en preguntarle.—Señor Barton, ¿Puede repetirme? Disculpe, no lo escuché. Es que realmente desde ayer ha sido todo complicado —pronunció ella con un tono de tristeza. Por un par de segundos Barton no encontró qué decir, aún no salía de la sorpresa cuando vio a su nieto, no le cupo la menor duda de que ella era Ana Sofía Celedón, y aunque su deseo antes de conocerla era insultarla y exigirle que se divorciara de su hijo, ahora que sabía quién era, y las circunstancias como se conocieron, no le parecía una mala mujer, todo lo contrario, estaba seguro de que ella no tenía idea de que su esposo era su hijo BGrey el heredero de una de las familias a quien más odiaba. Ana Sofía vio la expresión ceñuda de su amigo y su rotundo silencio, y le pareció que quizás no debería quedarse porque al parecerá pesar de haberla invitado a visitarlo, en ese momento no se veía del todo agradado, y pensó que quizás se arrepin
Antes de Benjamín responder, su padre intervino, dejando sorprendido a su hijo, quien creía que todavía mantenía su aversión hacia su esposa, pero al parecer su odio en contra de la chica se disipó, porque ahora estaba más interesado que él, en mantenerlo encubierto.—Ana Sofía, por favor discúlpame, no te vayas a molestar conmigo, como quería complacerte, le pedí a mi hijo que te investigara, es solo que este muchacho hizo la tarea muy tarde y el chef ya tenía preparado el menú —justificó y la mirada de los tres se posaron en la joven para ver su reacción, porque incluso Alejandro se quedó viéndola.—Te agradezco esa atención, disculpa mi ataque —dijo la chica tomando asiento, con una expresión pensativa.—¿Qué te sucede Ann? Desde que llegaste te observo preocupada, sabes somos amigos y podemos apoyarnos, cuéntame ¿Qué te sucede? —interrogó Barton con curiosidad porque decidió que quería tener un mayor acercamiento a su nuera.—Alguien hizo anoche un atentado en nuestra contra —conf
Benjamín nunca había sentido tanto miedo en la vida, sin esperar que su padre regresara, tomó sus celulares y lo dejó en la mesa, agarró a Ana Sofía por el brazo, le quitó la cartera, y le habló a Alejandro.—Hijo, necesito que te quedes aquí sin llorar… es de vida o muerte —habló en voz baja y el pequeño colocó su rostro con una expresión seria, dando a entender que sabía lo que le pedía su padre.Se llevó a su esposa casi a rastras hacia el baño más cercano, sin embargo, le costó un poco que lo acompañara porque ella se negaba a seguir. —No me pongas tus maldit4s manos encima, ¡Pedazo de mentiroso! —expresó en un murmullo molesta, al mismo tiempo que él le pedía hacer silencio.—Por favor Ana, no puedes sentenciarme sin haberme escuchado y ahora necesito que te mantengas en silencio, esto no es juego, cuando digo que es de vida o muerte es porque es así, ¿Quieres ver a nuestro hijo morir? —susurró en un tono apenas audible para ellos.Esas palabras la hicieron abrir los ojos asust
El rostro de la joven palideció, sentía que las piernas le temblaban, apretó los ojos con fuerza, solo esperando ser descubierta, hasta que escuchó la voz de Benjamín susurrarle al oído.—¡Respóndele! Al mismo tiempo que apretaba su cuerpo de la puerta para evitar que la abrieran, ella empezó a hablar un poco nerviosa.—Señor Barton, aquí estoy, discúlpeme, me sentí mal, ya salgo —respondió aclarándose la garganta.—¿Has visto a mi hijo? —se escuchó la pregunta con un tono de preocupación.Benjamín, al verla dudar, movió la cabeza negativamente para que respondiera, ella respiró profundo con un poco de frustración porque odiaba mentir y terminó respondiéndole. —No lo he visto, él estaba allí afuera… cuando entré al baño —respondió tragando grueso, se sentía muy incómoda con esa situación.—Es un pasado ese muchacho, dejó al pequeño Alejandro solo y el bebé no deja de llorar, está asustado —. Ante sus palabras la pareja rodó los ojos y siguieron escuchando, sabían que se trataba de un
Benjamín la vio por unos segundos y luego pronunció con sinceridad.—Voy a decirte algo y espero que no te quede la menor duda… confío en ti. Eres la mujer a quien amo, y todo lo que he hecho hasta ahora ha sido para protegerlos, a ti y a nuestro hijo —mencionó tomando su mentón y mirándola al rostro sin un mínimo de titubeo—. Dime cualquier cosa que desees saber y te lo diré.—¿Por qué dices que tienes vínculo con los Amorín? Esa gente son más que miembros de la realeza, son semejante a los dioses, pocas veces se dejan ver, tienen casi todo el poder en sus manos, son sectarios, incluso hasta se casan entre primos de diferentes ramas, para no ligar su sangre… son medios enfermos —lo vio serio y se tapó la boca sonriendo—. Lo siento, sabes que no tengo ningún límite a la hora de decir la verdad.—Lo sé, mamá es una Amorín, su padre es el hijo mayor de una de las ramas de los Amorín —respondió Benjamín.—Tengo entendido que son tres ramas, ¿Cierto? ¿Y sabes quienes son los otros dos pr