Ana Sofía se quedó mirándolo con los ojos entrecerrados, mientras pensaba en sus palabras, y en lo sucedido con BGrey.—Bueno… —titubeó para responder—. Solo BGrey y fue un abusivo, no me cae bien… probablemente si acepto pueda verlo el sábado, su padre me invitó pasado mañana a un almuerzo, aunque no quiere que te invite a ti, aunque si puedo llevar al bebé.—¿Quieres ir? —interrogó observando su reacción.—Si no tienes problemas iré —dijo levantando su barbilla.—Entonces anda, no te pondré ninguna objeción, debo hacer ese día varias cosas.Su respuesta confundió a Ana Sofía, porque ella, estando en su lugar, no dejaría que su pareja fuera a casa del padre de la persona que la besó y eso hizo fortalecer una idea que se estaba formando.—Cuando te hablé de tu admirador, no hablaba de BGrey, se me olvidó él, sino de NPresley, está obsesionado contigo y prohibió a todos que te ayudaran para que terminaras pidiéndole ayuda a él. ¿Ahora qué tienes que decir a eso? —inquirió viéndola.—Tú
La sorpresa reflejada en los presentes era tanto que hasta resultaba cómica, por varios minutos que parecieron eternos ninguno dijo nada, entretanto Benjamín los miraba por primera vez con una expresión de suficiencia en su rostro; en el caso de Ana Sofía se cubrió la boca mientras las lágrimas empezaron a correr por su rostro y en un susurro dirigido solo a él pronunció en una sola palabra «Gracias», eso fue suficiente para Benjamín, que sintió la calidez en su corazón por el afecto y la consideración que le demostraba su esposa, porque después de todo ella era lo único que importaba y la razón por la cual hacía todo eso y a pesar de que en circunstancias normales, hace mucho tiempo que hubiese arruinado a los Celedón y dado su merecido, si aún los mantenía protegidos era por el amor que le tenía a su esposa y nunca haría nada que la afectara o la hiciera sufrir, porque al parecer a pesar de lo desgraciados y mala gente que era su familia, ella los amaba y seguía protegiéndolos, aun
Cuando Genaro escuchó las palabras de su hija, su rostro palideció, fijó su mirada en ella y vio una determinación nunca antes vista y eso lo preocupó.—Ana Sofía, no puedes renunciar… no puedes dejarme solo en este momento —señaló con un suspiro tratando de decir las palabras adecuadas para convencer a su hija de que no dejara la empresa y sobre todo que no lo dejara solo, porque se sentía que no sería capaz de sobrevivir sin ella.Estaba claro de lo valiosa que era la joven, la empresa había tenido un repunte desde que ella comenzó a trabajar allí, pues tenía una capacidad nata para el trabajo, y esa inyección de dinero era la oportunidad para volver a florecer y convertirse en una de las más importante de la región, pero si no estaba Ana Sofía a cargo, no creía que pudiera lograrse, no confiaba en sus hijos.—Lo siento padre, mi decisión es firme e irrevocable —manifestó con seriedad, su rostro parecía tallado en granito, no tenía ninguna expresión y eso era extraño en la joven.Cu
—Benjamín, no puedes sacar a Ana Sofía de su casa… no estoy de acuerdo, mi hija debe estar con su familia y… —no continuó hablando porque Benjamín lo interrumpió.—¿Familia? Llamas familia a ese nido de víboras que tienes por mujer e hijos y sin contar a las dos nueras que tenías hasta ahora. Durante todo este tiempo acepté todas tus propuestas y órdenes para este matrimonio, me acoplé como quien dice a su voluntad y hasta me convertí en el yerno marioneta, pero ya me cansé, no quiero seguir siendo alguien que no soy —enfatizó Benjamín tuteando por primera vez a su suegro.Las palabras de Benjamín sorprendieron a todos, quienes miraron diferente su actitud y otra vez sintieron la duda sobre el origen del hombre, porque esa postura y la forma en que hablaba eran de autoridad, se observaron unos a otros con confusión, pensando de nuevo que había algo más en Benjamín.—Todas las familias tienen sus altibajos, siempre hay problemas, discusiones —justificó Genaro.—Es cierto, de pronto pued
Ante las palabras de su madre Benjamín se sintió muy nervioso, tenía la impresión de que las mentiras cada día se complicaban más e iban envolviéndolo, temía que Ana Sofía no lo perdonara cuando la verdad terminara explotando.—Mi amor, espérame un momento, por favor, permíteme atender esta llamada, que la cobertura no es muy buena —le dio un suave beso en los labios y salió al pasillo.—¿Qué estás diciendo mamá? ¿Por qué de pronto quieres venir a Villa Madera? ¿Y por qué con tantas propiedades de los Grey quieres venir a mi casa? —refutó Benjamín.«—Bueno, es sencillo, tu casa es también una propiedad de los Grey ¿O no es ese tu apellido? —fingió no entender».—Mamá, no te hagas la tonta conmigo, sabes que aquí no soy tu hijo BGrey, sino Benjamín Grey.«—Entonces, yo seré la madre de Benjamín Grey, me compraré unos trajes sencillos para entrar en el personaje ¿Cómo que traje me tendría que comprar?»—Será el de una calavera o él de la sayona —respondió Benjamín con un resoplido moles
Benjamín se apretó la nariz con fuerza, expresión que provocó que Ana Sofía entrecerrara los ojos, porque le recordó a otra persona que vio haciendo una expresión similar, pese a intentarlo, en ese momento no pudo recordar exactamente de quién se trataba.—Benjamín, dime ¿Cómo es eso que viene tu madre? ¿Tuviste un lapso o tienes el don de resucitar a los muertos? —inquirió con evidente molestia.Ante sus preguntas, Benjamín casi se da un par de cachetadas, pues sin darse cuenta tuvo un lapso y terminó explicando las cosas como no eran y creando más sospecha en Ana Sofía. —En realidad no es… mi madre, es la esposa de mi padre… aunque… —Ana Sofía lo interrumpió.—Si es como Estela, no debes estar muy feliz de que vengas y te aseguro que yo tampoco estaré feliz de conocerla, dime algo ¿Cuánto tiempo tiene tu papá casado con ella? ¿Tu padre dejó a tu madre por esa mujer? ¿No me digas que ella se interpuso entre tu madre y tu padre y es la tercera en discordia?Las preguntas salieron a b
Benjamín palideció, creyó que iba a desmayarse en cualquier momento, se sonrió y negó con la cabeza.—Creo que me estás confundiendo con alguien, porque tengo entendido que no vives en Villa Madera —respondió Benjamín, con seriedad.—No creo, nunca olvido una cara cuando la conozco, ni siquiera cuando las personas tratan de esconder su verdadero rostro —. Las palabras del hombre provocaron que un sudor frío recorriera la espina dorsal de Benjamín—. ¿Has estado en Wollemia los últimos días? —inquirió, se dio cuenta del nerviosismo de Benjamín, mas antes que él pudiera responder lo hizo Ana Sofía.—Si hermano, Benjamín, viajó porque tiene unos clientes, allá a quien logró salvarles unas orquídeas, creo que uno es el jardinero de los Grey, te aclaro, mi esposo a pesar de tener su mismo apellido, no tiene ningún parentesco con esa familia, ellos son millonarios e insoportables y mi esposo no tiene dinero aunque es un amor —pronunció ella orgullosa dándole un suave beso en los labios—. Amo
Benjamín apretó el teléfono con fuerza, al punto que con la fuerza ejercida el móvil hizo un pequeño ruido, miró hacia atrás, y respiró con alivio al ver a su cuñado moverse, sosteniendo al bebé. —¿Están bien? —preguntó. Enseguida, cuando Alejandro escuchó su voz, el llanto no se hizo esperar, lloraba con sentimiento—. Lo siento, pequeño, ya papá se baja y te sostiene —vio a su cuñado hacer un leve quejido y le preguntó —¿Estás bien Patricio? —Estoy bien —dijo Patricio, luego de breves segundos, sin embargo, cuando Benjamín abrió la puerta, vio herido su brazo, porque acunó a Alejandro para que no se lastimara. —No lo estás —dijo tomando a Alejandro, lo revisó y al ver que estaba bien respiró aliviado. Se dio cuenta de que Ana Sofía no bajaba y caminó a abrirle la puerta, al hacerlo, tenía los ojos anegados de lágrimas y en la frente un hilo de sangre que la recorría, no pudo evitar desesperarse, porque una cosa es lo que intentaran hacer contra él y otra muy distinta que atentaran