Benjamín y Xiomara se quedaron en silencio viéndose uno al otro, el primero en hablar fue Benjamín. —Ya entiendo, ese es el motivo por el cual ustedes tienen más de veintidós años sin llevarse bien, viviendo en la misma casa, aunque sin tratarse. Él cree que le fuiste infiel con Genaro Celedón, por eso lo odia con toda su fuerza y por eso odia a Ana Sofía. ¿Por qué no le has dicho la verdad durante todo este tiempo? Te habrías evitado tanto pleito —expresó Benjamín sin dejar de observar a su madre.—Por varias razones, una de ellas es que no se trata de mi secreto, segundo, no voy a darle explicaciones a alguien que no se las merece… si realmente me amara y supiera quién soy yo, no dudaría ni un solo segundo de mi integridad, por mí morirá sin saber nada, porque de mi boca no saldrá ninguna explicación para tu padre y espero que de la tuya tampoco, lo que te he contado… jamás te lo hubiese contado de no haberme escuchado, o por lo menos no por ahora —enfatizó con firmeza.—Has sacrif
Ante la pregunta del detective, Benjamín se quedó un momento pensativo, tratando de responder lo más objetivo posible su pregunta.—Mi tío me ofendió respecto a un tema delicado para mí —expresó tratando de evadir la pregunta.—Benjamín, puedes confiar en mí… un policía es como una especie de sacerdote, lo que hablemos quedará entre nosotros —expuso el hombre.—Tengo una doble vida —respondió y el detective ni se inmutó.—¿Estás seguro de que es solo una doble vida? —Benjamín se quedó en silencio, con los ojos entrecerrados—. Sabes, soy el mejor investigador del país, tengo conexiones importantes, no todo en el país, sino en todas partes del mundo, no hay nadie aquí en Nobilis, que pueda compararse con mi capacidad… por eso confío en ti, lo investigué todo Benjamín, sé quién eres y no me refiero al papel de yerno humillado que desempeñas en Villa Madera, sino a todo lo demás… manejas una de las empresas proveedores de servicio de defensa más grande del mundo, sin embargo, aquí solo ti
Benjamín, a pesar de estar poniéndole el arma a Sirio en la cabeza, tenía sus sentidos concentrados en un punto detrás de él, entretanto el hombre no emitía ninguna expresión en su rostro, solo pronunció con tranquilidad.—Si en verdad me crees un traidor, no dudes en accionar esa arma, aunque solamente el hecho de que lo pienses me resulta bastante perturbador, creo que debería darte las nalgadas que no te di de pequeño —en el tono de su voz era evidente un rastro de dolor.Vio a Benjamín quitar el seguro del arma, cerró los ojos, preparándose para morir y esperando sentir el impacto, de pronto escuchó dos impactos ensordecedores que lo dejaron aturdido completamente, pero seguía vivo, abrió los ojos, vio a Benjamín con su mirada detrás de él, cuando se giró vio a dos hombres muertos.—Lo siento Sirio, necesitaba hacerles creer que tenía diferencias contigo —expresó con tranquilidad—. ¿No me digas que un hombre tan valiente como tú, terminó orinándose en los pantalones? —de repente h
El corazón de Ana Sofía estaba acelerado, tenía la sensación de que se le iba a salir por la boca del susto, cuando sintió que la sostuvieron se aferró a los brazos del hombre, aunque la impresión, el susto, el darse cuenta de que su madre no la auxilio y el dolor de los golpes que se hizo en el cuerpo antes de caer, la hizo estallar en lágrimas, ocultando su rostro en el cuello del hombre.—Tranquila señorita, no le pasó nada, está bien, todo quedó solo en un susto.Ana Sofía escuchó la voz del hombre y se avergonzó, al darse cuenta de que estaba en los brazos de un extraño y enseguida, hizo amago de bajarse, mas el hombre la sostenía con fuerza.—Gracias por atraparme, pero por favor, ya me puede liberar —pidió mortificada.—¿Y si no quiero? Dicen que lo que uno se consigue en el suelo es de uno y yo me la conseguí a punto de caer.Ana Sofía, por primera vez, giró su vista y fijo su atención en el hombre, era hermoso, alto, de buen cuerpo, de piel clara, nariz perfilada, sus ojos er
Benjamín estaba al borde del colapso producto de la rabia, se levantó y metió un golpe a la repisa donde tenía una gran cantidad de trofeos, premiaciones y estos cayeron al suelo.—¿Voy a dejar a ese… malparido ponerle las manos a mi mujer? —inquirió sintiendo la sangre agitarse en sus venas producto del enojo.—¡Escúchame bien! Debes confiar en Ana Sofía, ¿Acaso no sabes qué clase de mujer tienes a tu lado? —interrogó Sirio tratando de persuadirlo de no irse a Villa Madera aún.—Yo confío, ¿Pero ve esas imágenes? Una imagen vale más que mil palabras.—Escúchame lo que haremos, en primer lugar, vamos a llamar a los hombres que la están vigilando para que se acerquen y nos cuenten, segundo, la expresión corporal de la señora Ana Sofía es de desagrado, vea por sí mismo, no puede centrarse en lo que Estela quiere mostrarle —le pasó el celular nuevamente.Benjamín cerró los ojos, respiró profundo, cuando se sintió un poco más calmado, empezó a prestarle atención al entorno. Amplió la ima
Las palabras de Benjamín causaron de nuevo revuelo entre los presentes, cada uno veía al otro con desconfianza, como viendo a ver quién de todas las familias se atrevió a ir en contra de un amigo del mismísimo BGrey el hombre no solo con más poder influencia y riqueza del país, sino incluso del mundo, solo superado por el imperio económico de los Amorín y algunas otras familias importantes, ubicadas en el mismo nivel. Y a quien si en Nobilis existiera una monarquía, considerarían el príncipe heredero o incluso el mismo rey, porque para todos no era un secreto el empeño de su padre de dominarlo, aunque era obvio que no lograba hacerlo, así se valiera de cualquier artimaña, porque el joven gozaba de una capacidad, inteligencia y recursos inimaginables. —Hace un poco más de cinco años, una jovencita de diecisiete años, de una belleza extraordinaria, inigualable, perfecta, tanto que parecía hecha por las mismas manos del creador, y no conforme con eso, como si la naturaleza quisiera seg
Los presentes no encontraban en dónde fijar su atención, si en los dos hombres, porque Paolo tenía apuntando amenazando a BGrey o en la gran pantalla, donde se transmitía de manera clara el vídeo y se escuchaba claramente a Paolo Anderson en un restaurante comiendo conspirando en compañía de Melissa, en contra de Ana Sofía, para echarle ácido en el rostro.Una exhalación general, unísona y de indignación, se escuchó en el salón de todos los presentes, cuando vieron el rostro quemado de Ana Sofía era la única parte visible, porque la parte sana, fue cubierta para que no pudieran visualizar su rostro, de cómo ella lucía actualmente, pues Benjamín no la deseaba exponer. —Estás perdiendo tu tiempo Paolo, de hecho estás complicando las cosas para ti… si me disparas y me matas te espera mínimo, cadena perpetua… no termines de malgastar tu vida —expresó Benjamín con tanta tranquilidad como si estuviera hablando del tiempo.Entretanto, la actitud de Paolo era por completo opuesta a la suya,
Por segundos las miradas de su madre y Sirio se cruzaron ante su pregunta, era evidente la complicidad entre ellos, por breves segundos, una idea loca se le ocurrió y la rechazó, no podía pensar esas cosas, sin embargo, lo ponía nervioso la actitud de ellos y su silencio era demasiado molesto.—¡No sé qué carajos se traen ustedes entre manos! Pero podrían ya dejar el misterio y hablar de una vez… ¿Saben? Siempre me ha parecido demasiado extraño, esa excesiva confianza entre ustedes, a pesar de que es mi padre el jefe de Sirio, él siempre ha mantenido una lealtad impresionante hacia ti. Díganme ¿Acaso tienen una relación amorosa? ¿Es eso? ¿Te has mantenido como amante de Sirio por estos veintidós años que no has querido hablar de los problemas con mi padre?El rostro de su madre fue de absoluto enojo, al punto que se tiñó carmesí.—¡Eres un atrevido! Debería darte un par de bofetadas para que aprendas a respetar —. Levantó la mano con clara intención de golpearla, no obstante, antes de