La madre de Ana Sofía lo miró de arriba abajo de manera despectiva, mientras sonreía con una expresión guasónica.—Si ¿Con quién me estoy metiendo? No eres más que un bueno para nada, qué debes darte con una piedra en los dientes, porque mi marido te hizo casar con mi hija, porqué quién sabe dónde estarías ahora, no eres nadie.—Benjamín, ¡Espérame afuera! —exigió con voz firme Ana Sofía. El hombre dudó, no quería dejarla sola con su madre porque desconfiaba de ella, temía que fuera capaz de golpearla o hacerle más daño.—Ana Sofía… —pronunció su nombre con dudas, se negaba a irse.Ella lo miró con determinación y le hizo un gesto con el rostro, al mismo tiempo que repetía las palabras.—Por favor, espérame afuera —suspiró tratando de calmarse—. Esto debo arreglarlo sola.Benjamín no insistió, salió con su hijo y la esperó en el pasillo.—¿Por qué sientes placer en vejarme, maltratarme, humillarme? ¿Qué mal te he hecho? ¿Por qué no pierdes oportunidad de tratar mal a mi esposo?—Un e
Benjamín dudó por un momento, observó a Ana Sofía y sabía que si no le mostraba el celular eso crearía un abismo entre ellos más grande que el anterior, respiró profundo y se lo pasó, sin perder detalle de la expresión de su rostro. Ella lo tomó y por varios segundos que al hombre le parecieron eternos, lo sostuvo en su mano y ella se lo regresó.—¿No lo vas a ver? —interrogó sin poder creer que ella no fuera a revisar. Mientras lo tomaba de nuevo.—No, voy a creer en lo que me cuentes —esperó viéndolo.—No te va a gustar lo que hice, fue necsario hacerlo, me cansé de verte humillada por tu familia, yo puedo soportar cualquier situación, pero tú y mi hijo no, el hecho de ver a los demás vociferando en su contra o despreciándolos, provoca que mi sangre hierba de la ira, vi el vídeo del restaurante cuando te golpeó. El mensaje es del gerente del restaurante, el Palace, me lo envió porque le pedí el favor de que alegara que el pase fue robado y escondiera los instrumentos financieros de
Benjamín soltó a Erasmo como si se tratara de un muñeco de trapo y lo dejó caer de golpe en el suelo, lastimándolo, se pasó la mano por la cabeza en un gesto mezcla de desesperación, frustración, al mismo tiempo que con la otra mano aguantaba el celular en su oreja, sintiendo demasiadas emociones encontradas, miró a un lado a su esposa sosteniendo a su hijo con un semblante de preocupación, la gente a su alrededor sumidas en un tenso silencio, temiendo que él arremetiera en su contra.—Señor, su padre quiere hablar con usted, se lo paso —habló Sirio, mientras colocaba al hombre al teléfono.—¡Está bien! ¡Póngalo!—¿Escuchaste a Sirio? No puedes seguir retrasando tu vuelta a casa, la muerte de tu abuelo nos hace vulnerable, sobre todo estando yo en mi condición, van a venir todos los Grey como moscas a la mierd4 y van a intentar arrebatarnos el poder. Ahora mismo te vienes, te traes a tu hijo y luego nos encargamos de disolver el vínculo matrimonial con esa mujer. No tiene nada que ofr
Ana Sofía se quedó viendo al hombre que le pidió hablar a solas y cuando le iba a dar entrada, aparecieron otro grupo de hombres y le interrumpieron el avance. —Ustedes no van a ninguna parte con ella, dan un paso más y van a quedarse sin movilidad en sus piernas. Los abogados se quedaron viendo sin entender, sin embargo, eso no aplacó su soberbia, la cual era mayor a su sentido común, uno de ellos se acercó y con ese aire de suficiencia que caracteriza a los mediocres cuando están en una posición de poder, expresó. —¿Sabes quién soy yo? Soy abogado y no cualquiera, somos del bufete especial que representa a… —no concluyó sus palabras porque el guardaespaldas que guiaba a los otros lo interrumpió, levantando una mano con expresión de fastidio. —Bla, bla, bla, son puras tonterías, lo que chorrea de esa boca, dejen a la señora y su hijo porque de lo contrario vuelvo y les repito, las órdenes son de romperles las piernas si se atreven a dar un solo paso en su contra —luego se dirigió
Benjamín no se caracterizaba por perder el control, de hecho su capacidad de soportar era extremadamente alta, quizás por eso soportaba los abusos y humillaciones de los Celedón y por su amor hacia Ana Sofía, durante esos dos años se apegó a ella y el día anterior cuando ella le contó sobre sus sentimientos, sus inseguridades, sintió emociones que nunca imaginó ser capaz de experimentar, por esa mujer era capaz de bajar la cabeza, ceder ante cualquiera, porque junto con su hijo lo eran todo para él, sin embargo, en ese momento su paciencia se fue a paseo, como siempre le pasaba cuando tenía una conversación con su padre, porque siempre quería manipularlo, a pesar de saber que eran en vano todos sus intentos de hacerlo.—¿No encontraste ninguna objeción? Por lo menos debiste preguntármelo a mí… no me gusta ser un títere en las manos de las personas, a menos que sea por propia voluntad. Voy a dejarle a ambos algo claro, se los dije con anterioridad, pero al parecer necesitan les sea rea
Enseguida sus primos, cuando vieron a su padre rodar por el suelo acudieron a auxiliarlo mientras un par de ellos le obstruían el paso a Benjamin. —¿Cómo te atreves a golpear a mi padre? ¿Acaso te crees el jefe de esta familia? Pues estás equivocado, si piensas eso porque para nuestro alivio, mi abuelo por lo menos antes de morir tuvo un poco de cordura y… —¡Ya basta! ¿Quiénes diablos se creen para venir a hacer del sepelio de mi abuelo un circo? Les advierto o se mantienen en silencio dándole sus respetos o los saco de aquí —expresó con firmeza. —¿Con quién nos mandarás a sacar? —se burló otro de sus primos. —¿Crees que necesito a alguien para sacarlos? No soy de quienes se valen de otros para hacer algo si puedo hacerlo por mí mismo, si quieres te lo puedo demostrar. Cuando vieron la determinación en el rostro de Benjamín, le temieron y se alejaron, mientras él se quedó a un lado del ataúd, no supo cuántas horas estuvo allí, sumergido en los dolorosos recuerdos, sin importarle q
Benjamín aún no había tomado asiento detrás del escritorio, por eso cuando escuchó las palabras del médico se dejó caer, al mismo tiempo que se pasaba una mano por el cabello, queriendo halárselo, solo que sus hebras ya estaban demasiado cortas para hacerlo.—No entiendo, ¿Por qué no me informó desde el mismo momento cuando supo de los resultados? —interrogó frunciendo un poco el ceño, sin perder ni un solo detalle del rostro del médico.—Usted no estaba al momento de hacerle la autopsia y los principales sospechosos son su círculo cercano, la policía me dio órdenes de no informar hasta que no apareciera usted, pero no quise molestarlo durante el sepelio, porque ese momento era íntimo con su abuelo para despedirlo.—¿Qué le suministraron? ¿Fue un medicamento, sustancia química? Dígame ¿Cómo lo envenenaron?—La autopsia reveló que le dieron a consumir El etilenglicol, un químico incoloro, inodoro y con sabor a dulce, que ingerido, es venenoso. Se lo dieron a tomar en un licor, no puedo
Mientras su madre le hacía la pregunta, sintió aplacarse su enojo.—Lo siento mamá, tienes razón, no tengo autoridad moral para juzgarte por haberme mentido cuando es lo mismo que estoy haciendo con Ana Sofía.Suspiró ahora sintiéndose un poco culpable por haber expresado indignación momentos antes, a la vez que surgía en su interior un sentimiento de preocupación al pensar en la reacción de Ana Sofía cuando conociera la verdad ¿Sería capaz ella de perdonarlo? Aun cuando le había dicho que si le descubría una mentira se divorciaría, mientras estaba sumergido en esos pensamientos, su madre lo observaba con interés.—Hijo, mi intención no era hacerte sentir mal con eso, yo tengo mis razones para ocultarte la verdad y aún no me siento preparada para hacerlo… en su oportunidad voy a decírtelo, yo sabré el momento… y en cuanto a lo de tu esposa, lo traje a colación para que reflexionaras, por eso te pregunto de nuevo ¿Por qué la engañas? —repitió.—Sabes que es para protegerla, por eso lo