Me gustaba pasar tiempo con mis amigos, sólo que últimamente pensaba mucho en el ruiseñor, me preocupaba demasiado, aún estaba delicado y aunque mi mamá estaba al pendiente de él y me informaba de todo, no era lo mismo a que yo estuviera cerca y pudiera cuidarlo aún más.
—¿Ya te vas? —preguntó Bastian mirándome
—Sí —me levanté y tomé mis cosas
—Te acompaño
Ambos nos despedimos de nuestros amigos y nos fuimos camino a casa pero, nos tocó la sorpresa de ver a Iker y su amiga esperando el bus. Teníamos que pasar frente a ellos para seguir nuestro camino y quería evitarme más especulaciones con él.
—Espera —lo detuve con una mano
—¿Qué pasa, estás bien? —Bastian se paró frente a mí
—S
Bastian estuvo conmigo todo el rato, el silencio no fue incómodo, al contrario pudo decir más de lo que yo esperaba.Fuimos a casa, sin decirnos nada. Bastian jugaba con el ruiseñor, me causaba ternura verlo.—Ojalá te hubiese conocido antes—penséAntes de llegar a casa, Bastian tuvo que detenerse dos cuadras antes para que mi papá no pudiese verlo y así evitarnos problemas para ambos. Se despidió de mí y se fue. En el poco trayecto que quedaba antes de llegar, pensé en Iker, en lo que había dicho y en cómo tratado, tenía ganas de tenerlo frente a mí y cachetearlo, luego balancearme sobre su amiga, agarrarla de los cabellos, darle un tirón y golpearla hasta que se fuera al hospital.Miré al frente y observé el auto de mi padre—¿Él está aquí?&mdash
Abrí los ojos.La nube negra se acercaba más a mí, traté de subir los escalones rápidamente pero había una cadena que me impedía avanzar. Mis pies estaban hinchados, sangraban, estaban fríos y un poco morados, la argolla que rodeaba mi tobillo tenía al rededor picos, lo cual hacía que se introdujeran en mi piel. Gritaba de dolor, me retorcía de lo insoportable que era.El ruiseñor se encontraba en la ventana, miré a él por unos segundos, luego mis ojos se desviaron a una araña gigante que bajaba por la pared, era una tarántula Goliat pero, era tres veces más grande que su tamaño normal.El miedo me atrapó, no podía moverme quería gritar pero tampoco podía hacerlo.—Alanna muévete—escuché una voz decir. No era
Pasaron los días y no había vuelto a ver a Derek pero saber que él se encontraba aquí me hacía sentir extraña pero, de alguna u otra forma, sabía que en él encontraría respuestas.No pude concentrarme en las clases nuevamente, los problemas que tenía no se despejaban de mi mente y no hacía otra cosa más que pensar cómo solucionarlo. Es más que estresante vivir así, es asfixiante, te falta el aire poco a poco y caes más rápido de lo que puedes imaginar. Mi vida se consumía en problemas y más problemas.—¿Te sientes bien?—Janne se preocupó—Sí—respondí con una sonrisa—¡Hey Alanna!—Thomas alzó un poco la voz. Miré a él—Hoy viene Bastian y no exactamente a v
Estaba sudando, fui directamente al baño y me eche agua en la cara, aún seguía en la universidad. Janne y Mia entraron unos segundos después de mí.—¿Qué te sucedió?Puse mis manos sobre el lavabo —Nada.—Pero estás un poco pálida, de un momento a otro te pusiste así—¿Segura que estás bien? —preguntó Janne, corroborando de que de verdad me encontrara bien—Tal vez se me bajó la presión —respondí—Ven —Mia tomo mi brazo y me jaló hasta salir del sanitario. Hizo un movimiento para poner su mochila al lado de ella y abrir una de las bolsas delantera, sacó una paleta y estiró su brazo hacia mí —TomaMis manos tomaron poco a poco la paleta—Siempre cargo dulces por cualquier situación —sonri&
Mi padre se fue, sin decir cuánto tiempo, ni a dónde. Mi madre tampoco quiso hacer un escándalo y cada que preguntaban por él, decíamos que estaba había ido fuera de la ciudad por asuntos del trabajo.Al principio estaba desconcertada, no podía creer lo que ocurría. Una noticia así no se digiere a la primera.Me encontraba en la biblioteca, tratando repasar el tema para los exámenes que se aproximaban, pero sólo tenía un libro abierto al lado de mi brazo izquierdo, mientras mi cuaderno estaba abierto con la hoja "amor o costumbre"—No lo entiendo —puse mi mano sobre mi cabeza —Bastian ahora tiene más votos que Iker. Esto no sirvió de nada. —puse mis brazos sobre el cuaderno tapándolo completamente y mi cabeza recargada en él.—Yo tampoco lo entiendo —escuché decirPegué un brinco —me
—¿Te acostaste con ella infeliz?—¡Cállate! —Bastian le soltó un puñetazoLos encargados de mantener el orden en la institución llegaron a separar a Bastian e Iker, ambos habían respondido ante los golpes que uno le daba. Los ojos de Bastian estaban llenos de furia y enojo, jamás había visto a Bastian actuar de esa manera y también me había sorprendido que esta ve el ruiseñor estuviera en esta situación.Los de seguridad se llevaron a ambos a la dirección.—¿Estás bien? —preguntó Thomas—Sí—Ese imbécil no debió ponerte una mano encima—¿Qué pasará con ellos? —no dejé de mirar por donde caminaban e intenté ir pero, Thomas tomó mi mano y me detuvo.—No puedes ir, mejor explícame qu&eac
Tal vez y en su momento sí fue amor verdadero que llegué a sentir por Iker, lo que él provocaba en mí y lo que soñé a llegar con él.Nadie sabe lo que pasará o lo que sucederá después. Cuando inicié mi relación con Iker, no imaginaba que llegaríamos a estos extremos, jamás imaginé que él sería capaz de golpearme e inclusive humillarme; la verdad es que pensé en otro tipo de relación con él, de esos que son inseparables, de los que sólo tiene ojos para ti, de esos que siempre te hacen sentir amada y deseada, de esas relaciones que duran toda una vida.El ruiseñor se acercó a mí.—Extraño a Tara —abracé mis piernas —Lo bueno es que tú estás aquí pequeño amigo —sonreí un poco. El ruiseñor trinó, por un moment
Estaba tan emocionada de que hoy sería el día en donde por fin hablaría con Bastian sobre lo que sentía.—Buen... —entré a la habitación de mi madre, pero ella no estaba. Había olvidado que tenía cita hoy con el licenciado, para ver lo del proceso de divorcio —. Creo que sólo somos tú y yo —sonreí al ruiseñor que se encontraba en mi hombro. Bajé las escaleras y me dirigí a la cocina. Tome un plato, un poco de leche y cereal —. Hoy será un gran día ¿no lo crees? —sonreí. El ruiseñor trinó.Pensaba que después de todo lo que había pasado, era tiempo de que las cosas comenzaran a marchar mejor. Estaba tan feliz, planee ir con Bastian y contarle todo lo que me hacía sentir.Tome mi celular y le mandé un mensaje a Bastian, le había comentado que lo verí