#138

Layeska se encuentra sentada en la cama, abrazando sus piernas con tanta fuerza que sus rodillas presionan contra su pecho. Su pequeño cuerpo tiembla con ligeros espasmos. Con cada sollozo que trata de contener, muerde su labio inferior hasta hacerlo doler. No quiere hacer ruido. No quiere que la escuchen y molestar a esos señores.

El cuarto en el que está encerrada es frío y oscuro. La única luz proviene de una bombilla en el techo que parpadea a ratos, amenazándola con dejarla en la oscuridad mientras proyecta sombras inquietantes en las paredes desnudas. Huele a humedad, a encierro. Al miedo que la envuelve y la oprime.

Sus hombros se sacuden con cada lágrima que desciende silenciosa por sus mejillas. No para de repetirse a sí misma que todo va a estar bien, que pronto su papi vendrá por ella, que Inna también vendrá, la abrazará y le dirá que todo esto no fue más que una horrible pesadilla. Pero el pánico se aferra a su pecho con garras afiladas, negándose a soltarla y permitirse
Sigue leyendo en Buenovela
Escanea el código para descargar la APP

Capítulos relacionados

Último capítulo

Escanea el código para leer en la APP