Al ver irse a Olegda Ferry, Walter Cameron se sintió un poco decepcionado. Se levantó del sofá, levantó una copa hacia Mervin Maxwell y dijo con una sonrisa: "Señor Maxwell, ha encontrado una buena secretaria. Es hermosa y ambiciosa. ¡Deseo que nuestra cooperación sea feliz en el futuro!". "No tenemos ninguna cooperación". Mervin dijo con indiferencia y sin piedad. El señor Cameron se avergonzó y sonrió de mala gana: "Pero su secretaria acaba de firmar un contrato con Diva". Mervin se burló y caminó opresivamente hacia el Sr. Cameron, diciéndole al oído: "No solo MR, Seven Lusts Company también terminará toda cooperación con Diva, para siempre". "Por cierto, Olegda, es mujer mía, sólo yo puedo tocarla. ¡Quien más la toque, muere!" Después de decir esto, Mervin se fue. El señor Cameron sintió un pequeño trance como si hubiera escuchado a un loco....Olegda se había estado agarrando frente a Walter, y cuando llegó al baño, se arrodilló en el inodoro y vomitó severamente. Después
La ciudad resplandecía bajo el sol radiante cuando Katy, la hermana gemela de Olegda, comenzó su nueva vida en el lujoso apartamento que su hermano Felix le había proporcionado. Las vistas panorámicas desde las ventanas dejaban ver un horizonte lleno de posibilidades, reflejando la nueva realidad que estaba por desplegarse.El apartamento, decorado con elegancia y comodidades modernas, era un testimonio del deseo de Felix de ofrecer a Katy un espacio donde pudiera comenzar de nuevo. Katy, sintiéndose abrumada por la generosidad de su hermano, exploraba cada rincón con ojos brillantes.En la sala de estar, un ramo de flores frescas esperaba en una mesa elegante. Felix, observando la reacción de su hermana, sonrió con satisfacción. La conexión entre los hermanos, forjada a través de la búsqueda de la verdad, se fortalecía con cada gesto de amor y cuidado.─ Felix, no puedo creer lo que has hecho por mí. Este lugar es increíble. ─ dijo Katy, su voz llena de gratitud.Felix se sentó a su
El sol se despedía lentamente en el horizonte, pintando el cielo con tonos de naranja y púrpura, cuando la tragedia golpeó nuevamente la vida de Olegda Ferry. El teléfono sonó con una urgencia inesperada, y la voz del oficial de policía al otro lado de la línea la sumió en un abismo de dolor y desconcierto.─ Señorita Ferry, lamentamos informarle que sucedió algo terrible. Encontramos al bebé de Ariadna sin vida, y en su mano sostenía un pedazo de suéter que parece ser suyo. Necesitamos que venga a la comisaría para hacer algunas declaraciones. ─ dijo el oficial, su voz cuidadosamente medida.Olegda, con el corazón en la garganta y las manos temblorosas, se aferró al teléfono como si pudiera encontrar consuelo en el frío metal. La noticia la dejó paralizada, incapaz de asimilar la tragedia que se cernía sobre su vida.La comisaría, con sus luces tenues y la sensación de solemnidad, recibió a Olegda cuando llegó. La presión en el ambiente era palpable, y las miradas de los oficiales la
El sol se sumergía en el horizonte, tiñendo el cielo de tonos cálidos mientras la mansión Maxwell se sumía en una quietud momentánea. Mervin Maxwell, decidido a recuperar el corazón de Olegda, ideó un plan audaz para acercarse a ella. La mansión, con sus pasillos elegantes y sus habitaciones impregnadas de historia, se convirtió en el escenario de una intrincada danza entre el pasado compartido de Mervin y Olegda.En el amplio jardín, Mervin, con el torso semidesnudo, realizaba ejercicios vigorosos bajo la suave luz del atardecer. Cada movimiento estaba calculado para atraer la atención de Olegda, quien observaba de reojo mientras intentaba mantener su compostura.Olegda, decidida a no ceder a las provocaciones, caminaba con paso firme, aparentando indiferencia. Sin embargo, la chispa de deseo se encendía en sus ojos, aunque ella luchaba por ocultarlo.La estrategia de Mervin continuaba cuando, con astucia, se dirigió hacia el área de las duchas. Con un gesto audaz, abrió la puerta, i
El asunto del bebé de Ariadna fue resuelto, pues la criada que ella misma había pagado, abrió la boca y delató a Ariadna La tarde caía sobre la mansión, envolviéndola en tonos cálidos y sombras alargadas. Olegda se encontraba en el salón principal, hojeando un antiguo álbum de fotos familiares. Las imágenes de su infancia se desplegaban ante sus ojos, evocando recuerdos perdidos. La ausencia de su hermana Katy siempre había dejado un vacío en su corazón, y la búsqueda de respuestas parecía interminable.Mientras Olegda se sumía en sus pensamientos, la puerta se abrió suavemente, revelando la figura de Katy. La hermana perdida, separada por circunstancias desconocidas, ahora estaba frente a ella. La sorpresa y la alegría se reflejaron en los ojos de Olegda al ver a Katy.Katy se acercó a su hermana con una sonrisa radiante, cruzando la habitación para abrazarla. La conexión entre ellas era evidente, a pesar de los años de separación.—"Olegda, hermana", dijo Katy con una sonrisa radian
El cielo de la ciudad estaba teñido con los últimos tonos cálidos del atardecer cuando Ethan, vestido impecablemente con un traje oscuro, llegó a recoger a Katy. La luz de las luminarias resaltaba la elegancia del restaurante, un lugar emblemático de la ciudad con su fachada de mármol y luces suaves que creaban una atmósfera íntima.Al entrar, el murmullo de la charla elegante y la música suave les dieron la bienvenida. Mesas finamente vestidas con mantelería blanca y velas titilantes ofrecían un ambiente de romance y refinamiento. El camarero, con un porte impecable, los guió hacia su reservado, estratégicamente ubicado para disfrutar de la vista panorámica de la ciudad.Katy, envuelta en un vestido que resaltaba su belleza, se sentía cautivada por la atmósfera del lugar. Las luces parpadeantes reflejaban destellos en sus ojos, mientras Ethan, con una sonrisa caballerosa, le ayudaba a tomar asiento. Los menús, delicadamente encuadernados en cuero, prometían una experiencia culinaria
Ethan acostumbraba a usar sustancias alucinógenas con frecuencia. Katy también las había probado. Juntos, pasaban noches de amor con mucha pasión. Esa noche fue sensacional, se subió a la cama de rodillas. Sus manos salieron para juntar los labios de su c... y observó como algo de su jugo salía de lubricar su clítoris.Su boca se secó. Ni siquiera podía describir con palabras cuánta hambre tenía por ella. Cuánto deseaba meter la boca en el agujero de su c... y chupar todo su jugo.—Es tuyo, mi monstruo—. Katy susurró las palabras. —Mi c... es todo tuyo para cogerlo, besarlo y tocarlo. Toma todo lo que quieras—.Ethan alineó su entrepierna con los labios de su c..., pero antes de empujarla dentro de ella, tomó su dura entrepierna en su mano y comenzó a frotar la coronilla, la cabeza de su entrepierna en su c..., lubricando su c... y su clítoris.—cógeme—. Katy gimió en voz alta: —Pon tu entrepierna dura dentro de mí, Ethan. Hazme tuya.—No podía esperar más. Con un fuerte empujón, Etha
Mervin aprovechó la oportunidad única que se presentaba: la mansión estaba desierta, y Olegda se encontraba sumida en sus pensamientos en la habitación. La tenue luz de la tarde se filtraba a través de la ventana entreabierta, iluminando la estancia con tonos dorados.Con pasos sigilosos, Mervin se acercó a la puerta entreabierta, su corazón latiendo con la anticipación de lo que estaba a punto de hacer. Olegda, ajena a su presencia, estaba absorta en la contemplación de la ciudad que se extendía más allá de la ventana.Empujó la puerta suavemente con la mano, creando apenas un susurro que apenas rompía el silencio de la habitación. Se detuvo por un momento, observando a Olegda con admiración antes de avanzar con determinación hacia ella.El suelo de madera crujía bajo sus pies, pero Olegda no parecía percatarse de su llegada. Mervin se detuvo a pocos pasos de ella, admirando la elegancia con la que la luz acariciaba sus rasgos y resaltaba la melancolía en sus ojos.Sin previo aviso,