Lili y Clara regresaron a la casa, la madre de Roger la señora Alma estaba en la sala disfrutando de la brisa de la ventana, Clara llegó hasta ella corriendo y le dio un fuerte abrazo, la mujer mayor sonrió acariciando el cabello de la niña, levantó la mirada hacia Lili. “Como les fue”. Clara le contó todo y después le dijo que fueron a la empresa pero que su mama no quiso quedarse, Clarissa bajo las escaleras con su teléfono en mano. “Roger no vendrá a quedarse hoy en la casa mamá… Ya sabes que tiene que cumplir con esa familia…” Dicho esto hizo una mueca, la señora Alma se entristeció, Lili no preguntó nada, pero se imaginaba de quien hablaba era de Bianca, Roger tenía que volver son su esposa. Lili se disculpó. “Iré a descansar”. Subió las escaleras mientras Clara la seguía. Clarissa y su madre se miraron entre sí, pensaban que Roger le había contado cómo vivía en la ciudad. Así que no notaron nada malo. Lili se dio un baño, se secaba su cabello pensando en Roger y Bianca,
Al día siguiente … Lili bajó con los niños al comedor, Clarissa y su madre ya los esperaban, Roger llegó entrando por la puerta de la entrada. “Buenos días”. Camino hasta su hermana y madre dándoles un beso en la cabeza, después se acercó a sus hijos haciendo lo mismo hasta llegar con Lili, se detuvo un momento mirando fijamente a la mujer. “Hola”. Lili contestó de la manera más tranquila. “Buenos días”. Roger se sentó en su lugar y conversó un rato con todos mientras disfrutaban de su desayuno. Casi al terminar dijo. “Hoy los llevaré a pasear a la ciudad, estén listos”. Los niños se miraron entre sí felices, Lili se quedó mirando al hombre que seguía comiendo, suspiró y terminó su comida. Roger los llevo a pasear por la ciudad, fueron a un centro comercial comprando algunos conjuntos de ropa para los niños y después a un parque de diversiones, Subieron juntos a muchos de los juegos mientras Lili los observaba interactuar entre ellos estaban felices y le dolía el corazón por todo
Lili confirmó y siguió acomodando las cosas en su maleta más tarde se dio una ducha y se arregló, fue a ver a los niños para darle las buenas noches, les informó que saldría con su tía Clarisa, ellos se despidieron de ella y se acostaron, la señora Alma se quedó con ellos para contarles un cuento. “No te preocupes yo los cuidare”. Lili sonrió y estuvo de acuerdo, salió de la habitación y bajó las escaleras, Clarisa no estaba por ningún lado, le preguntó al ama de llaves y le dijo que había salido, Lili no comprendía, su teléfono sonó al contestar se dio cuenta que era Clarisa. “Hola Lili, tuve que salir, pero te veré en el restaurante, el chofer te llevará al restaurante”. Antes de que Lili pronunciara alguna palabra ella le colgó. Lili algo incómoda salió de la casa, el chofer ya lo esperaba lo saludó y subió al auto la llevó a un hermoso restaurante en la ciudad, ella bajó del auto y el chofer le dijo que la estarían esperando adentro, ella asintió entrando lugar, dio su nombre y
José estaba tomando en un bar, mientras una mujer se abrazaba a él. Llegaron dos hombres de mala finta sentándose cerca. José alejó a la mujer. “Vete”. Ella obedeció retirándose. Uno de los hombres habló. “Hemos estado buscándote, pero tu mami dijo que estabas de viaje” José se burló, su madre siempre lo protegía. “He vuelto”. “¿Tienes nuestro dinero?”. El hombre estaba ansioso. José tomó un trago de lo más calmado. “No. Pero tengo un negocio en el que podemos sacar mucho dinero”. Los hombres se miraron entre sí y esperaron a que José les explicara. Al día siguiente, Roger llegó a la oficina junto con los niños. La recepcionista reconoció al instante a la niña, pero su mirada también se fue con el pequeño que era una copia idéntica de su jefe. “Buenos días señor Adams”. Clara al ver a la mujer sonrió y se alegró. “Ella es mi amiga”. La apuntó con su dedo. La recepcionista se quedó muda. Roger que llevaba a Clara en sus brazos preguntó. “¿Ella fue la que te atendió?”. Clara a
Ella se alejó y empezó a recuperar el aire, Roger sonrió sin soltarla. “Te veré mañana”. Lili asintió acomodando su ropa y carraspeando. Roger se despidió saliendo de la casa. Mientras Lili se fue a dormir. Al día siguiente muy temprano Roger llegó a la oficina pidiéndole a Pilar que entrara con él a la oficina. Ella llevaba la agenda y empezó a leer los pendientes. “Tienes tres juntas y dos reuniones con posibles inversionistas, tu agenda de hoy está muy llena por los días que no estuviste aquí”. Roger escuchó mientras encendía su computadora. Como el no objeto ella siguió. “Hay tres posibles nuevos artistas, ya el agente los ha entrevistado, pero vendrán aquí para que tú mismo des el visto bueno”. Roger confirmó diciendo. “Siéntate”. Ella frunció el ceño y se sentó frente a él mirándolo y esperando a que le dijera que pasaba. Roger se recargo en el escritorio. “¿Por qué no me dijiste que Lili y mi hija vinieron a la empresa?”. Pilar se quedó en silencio sin quitar la mirada
Roger llevó a Lili y Bruno a la casa, ya la señora Alma y Clarissa los esperaban, también estaban muy preocupados, una empleada le entregó un té a Lili para que se calmara, sus lágrimas corrían y estaba en silencio angustiada por su hija, los policías se instalaron en la casa, Roger no dejaba de caminar por la sala con el teléfono en mano, esperando una llamada de los secuestradores, por lo que dijo Lili iban directo por su pequeña hija. Bruno estaba cabizbajo pensando en su pequeña hermana y observaba a Roger que estaba impaciente. Minutos después su teléfono sonó, el policía asintió hacia el todo estaba listo para verificar de donde estaban llamando. “Hola”. “Señor Adams…” “Soy yo”. Dijo Roger calmado esperando a que hablaran. “Tenemos a su hija y la intercambiaremos por dinero”. Roger cerró sus ojos por un momento. “¿Cuánto?”. No le importaba qué cantidad solo quería a la pequeña de regreso. “10 millones”. Roger abrió sus ojos. Pensando. “¿10 millones? Es una cantidad alta, ne
La policía volvió a negar, los tipos no duraban en la llamada. El teléfono sonó de nuevo, era Pilar. “Roger… He puesto a tus hombres a buscar, pero no hay ninguna pista, seguiremos buscando ¿Tienes alguna noticia?”. Pilar también estaba preocupada, era solo una pequeña. Roger le contó lo que había pasado, hablaba muy tranquilo y con confianza, Lili notó eso, Pilar y Roger eran muy unidos, “Estaré al pendiente y te avisaré cualquier cosa”. Ella colgó el teléfono. Bianca había escuchado la conversación, cuando Pilar se fue, ella le preguntó a la secretaria. “¿Pasó algo?”. La secretaria hizo un puchero. “La hija del jefe está desaparecida, dicen que la secuestraron”. Bianca se quedó inmóvil recordando a la niña, salió de la empresa rumbo a su casa, al llegar noto que estaba vacía la sala, subió las escaleras y escucho como Johanna gritaba molesta a José. “¡¿Cómo se te ocurrió algo como eso?! ¿Qué pasa si se enteran que tú te la llevaste?”. Bianca se quedó de pie en las escaleras, aso
Roger verificó la hora y miró al policía quien asintió listo, bajo cargando la bolsa con el dinero, cada paso que daba hasta el basurero era eterno, se paró frente al lugar mirando a todos lados, cuando no había nadie mirando, hecho la bolsa rápidamente, pero se quedó ahí de pie por unos minutos. Su teléfono sonó. “¿Tienes el dinero?”. Le preguntaron desde el otro lado con ansiedad. Roger afirmó. “Si, lo he dejado donde quedamos, ahora entrégame a mi hija”. El hombre le advirtió. “La verá cuando tenga el dinero en mis manos, ahora, aléjate del lugar no quiero verte cerca, te llamaré para darte la ubicación de donde está tu hija”. Colgó inmediatamente. Roger volvió al auto, se subió al asiento trasero y el policía iba como su chofer, se miraron entre sí y Roger pronunció. “Dice que me llamará cuando tenga el dinero en sus manos, después me dirá dónde está mi hija”. El policía asintió encendió el auto para salir del lugar, los minutos pasaron, los policías encubiertos vigilaban la z