Roger trataba de mirar la cara del chico, pero no fue posible hasta que se levantó a dar las gracias haciendo una reverencia, Omar se acercó a él, abrazándolo del hombro, fue cuando Roger observó al niño detenidamente por un momento pensó en el mismo cuando era pequeño, Pilar por su parte también estaba asombrada con el parecido del niño y Roger Lili se fue después de la interpretación de su hijo, tenía que supervisar las mesas donde los invitados comerían, estuvo muy ocupada verificando hasta el último detalle, cuando terminó el evento musical se les informó por el micrófono que pasarán a las mesas, toda la gente se unió en el gran patio, Pilar buscaba entre la gente a Lili, cuando al fin la encontró notó que ellos pasarían junto a ella, empezó a temblar, no quería caminar hasta ella. Roger la miro. “¿Te sigues sintiendo mal?”. Ella asintió. “¿Podemos irnos?”. Roger nunca antes la había visto en ese estado. “Si, vamos”. Caminaron a la salida, Roger tenía la intención de buscar a
Lili se acercó al micrófono. “Buenas tardes a todos, estamos muy agradecidos de que nos acompañen el día de hoy, la isla se engalana con su presencia, hoy mi hijo y yo dedicamos estas piezas a todos los presentes… Disfrútenlas”. Ella miraba al frente y no vio a Roger que estaba a la derecha, caminó hasta donde estaba el violín y lo tomó entre sus manos acomodándose y Bruno se apoderó del piano, ambos hicieron un asentimiento tácito y empezaron a tocar. Roger no dejaba de verlos a ambos, esta vez el niño mostraba su cara y él estaba más cerca para poder mirarlo, era alto y de tez clara, su cabello era castaño, Pilar también notó al niño, miraba entre Roger, Bruno y Lili. Clara llegó hasta él y estiró su ropa, Roger giró encontrándose con la gran sonrisa de la niña. “¡Viniste!”. Roger no sabía qué hacer si seguía mirando a Lili o a la pequeña. Clara le dijo apuntando a Lili. “Mamá está ahí… ¿La recuerdas?”. Ella quería que su padre se acordara de su mamá y así podrían volver a estar
El señor Arturo se acercó a Roger. “Es bueno verte muchacho… Solo escúchala”. Roger estaba feliz de ver de nuevo al hombre, ya era más viejo y tenía su cabello lleno de canas. Al quedar solo Lili miraba detenidamente a Roger quien caminaba por la habitación desesperado. “¿Por qué Lili? ¿Por qué no me dijiste de ellos?”. Lili trató de calmarse. “Son solo mis hijos, siempre ha sido así”. Él se acercó molesto. “¡Son míos! ¡Tenía derecho de saber de ellos! de estar a su lado, de verlos crecer”. Lili dejó caer sus lágrimas negando. “¿Qué querías? Qué te buscara y dijera, estoy embarazada”. Ella se burló. “Después de verte con cuanta mujer se te acercaba en televisión, me di cuenta que no habías cambiado nada”. Roger se sentó a su lado tomándola de los hombros. “Lili, te lo dije, solo son noticias falsas, te he buscado por tanto tiempo, no puedo olvidarte, día con día te recuerdo, cuando duermo, cuando trabajo… siempre”. Él estaba exaltado. Lili lo miraba fijamente sin aceptar sus pal
Lili caminaba por la entrada de la casa esperando a Roger. “Ya es tarde”. Omar la detuvo tomándola de las manos. “Estarán aquí en un rato, no estés nerviosa”. Lili se alejó de él. Minutos después… Roger llegó a la entrada. Clara se asomó por la ventana del coche. “Hola señor José”. El hombre con la escopeta escuchó la voz de la pequeña, le habló amablemente. “Hola señorita Clara”. Observo a Roger, ya Lili le había avisado que vendría a dejarlos, era el chisme del momento, el papá de los gemelos había aparecido. “Puede estacionarse en la orilla”. Roger esperó a que abriera el gran portón, al estacionarse Bruno salió del auto rápidamente, Roger observó a Omar abrazando a Lili de la cintura en la puerta de entrada. Clara golpeó el hombro de su padre. “El novio de mamá vive aquí, pero ellos no duermen juntos”. Roger acarició la mejilla de su hija. “Gracias por decirme”. Clara salió del auto tomando la mano de su padre mientras Roger admiraba la gran hacienda. Caminaron hasta la gent
El señor Arturo suspiró. “A veces la respuesta la tienes enfrente pero no quieres verla… cuando uno ama hace hasta lo imposible porque esa persona sea feliz, aunque no estén juntos…” Omar escuchó atento. “Eres un buen hombre Omar, todavía no pierdes la batalla”. Se fue dejándolo perdido en sus pensamientos, para el señor ambos hombres eran dignos de su hija, pero Lili tenía la última palabra sobre esto. Omar se quedó un rato más en el comedor sólo, las palabras del hombre mayor le dolían, era cierto que Lili amaba a Roger, pero sentía que tenía una pequeña oportunidad y se aferraba a ello. Al día siguiente Roger llegó muy temprano, Lili los arreglaba para la escuela, Clara esperaba que su madre terminara de peinarla, se escuchó un auto llegar, Clara corrió a la ventana. “¡Es papá!”. Ella salió corriendo de la habitación, Lili se fue detrás de ella. “¡Espera!”. El ama de llaves dejó entrar a Roger, miraba la sala de estar era enorme, al parecer Lili y sus hijos habían vivido bien e
Tocaron a la puerta Roger abrió, había un mensajero que llevaba comestibles y comida. “Gracias”. Recogió las bolsas y las llevó a la cocina. Lili lo siguió. Roger se rasco la nariz. “¿Puedes ayudarme a preparar comida? Salí muy temprano en la mañana y no tuve tiempo de desayunar”. Lili quería negarse, pero al notar su mirada suplicante, aceptó, ya lo había hecho antes en el pasado para él. Sacaron las cosas y las colocaron en su lugar, Lili le preparó huevos revueltos con tocino y pan tostado. Roger estaba feliz de verla cocinar de nuevo para él como en aquellos años cuando eran jóvenes, él nunca usaba su pequeña cocina, solo Lili lo hacía cuando se quedaba a estudiar o simplemente se quedaba juntos en el departamento, Lili sirvió la comida en la mesa, él engullo todo rápidamente disfrutando de la comida. Una pequeña sonrisa se formó en los labios de Lili al verlo hambriento y devorar el almuerzo mientras tomaba una taza de café, ya había desayunado ligero en la hacienda. Al termi
Omar estaba en el pasillo esperando a Lili, al verla salir de la habitación de los chicos caminó hasta ella. “Tenemos que hablar” Lili accedió y juntos se fueron al despacho, entraron y se sentaron en el sillón, Omar tomó la mano de Lili, pero ella se alejó incómoda. Omar sonrió tristemente ante el gesto de Lili. “Tengo que irme, he retrasado mucho la gira”. Era algo que no podía esperar más. Lili fue directa con él. “Roger nos pidió que lo acompañemos a la ciudad a conocer a su madre y hermana, los niños están de acuerdo”. Omar hizo una pequeña mueca. “Está bien”. Sabía que Roger aprovecharía cualquier oportunidad que se le presentara para estar con Lili y los niños. “Omar… yo”. Ella quería dejar las cosas claras con él, entre ellos no estaba resultando como Omar lo esperaba mucho menos ahora que Roger estaba cerca, tampoco deseaba que ellos tuvieran conflictos, eran amigos, aunque Lili no tenía la intención de volver con Roger, estaba cansada de malentendidos, mucho menos lastima
Todos caminaron por la estancia siguiendo a Clarissa y pasaron por una gran sala hasta llegar a la escaleras, siguieron a Roger y Clarissa al piso de arriba se detuvieron en una habitación, tocaron y entraron, Lili iba detrás de ellos, al entrar vio una habitación muy iluminada por la luz de las ventanas, una cama donde había una mujer recargada en unas almohadas mirando a la gente entrar, ella llevaba en su cabeza una gran pañoleta y se veía pálida, al ver a todos entrar ella sonrió alzando los brazos. Roger rápidamente llegó y la abrazó besando su frente, observó su rostro detenidamente mientras sonreía. “Mamá he vuelto”. La mujer feliz sonrió a su hijo. “Es bueno verte, hace tantos días que te fuiste”. Acercó a su hija. “Te presento a mis hijos, ella es Clara”. Clara se soltó de los brazos de su padre para subir a la cama, miraba a la mujer con mucha inquietud. “¿Eres mi abuela?”. La mujer asintió admirando a la pequeña y esos hermosos ojos iguales a los de su hijo. Clara ab