Para un mafioso con el carácter de Nathan, era demasiado para tolerarlo, por menos que eso había matado a muchosEl entrajado hombre cambió la expresión a una que solo tenía cuando iba a ajustar cuentas— ¡Ustedes son unos ordinarios, quiero que los echen como perros!El señor Prameto no supo en que momento le comenzaron a llover puñetazos, pero duros puñetazos, cada uno llevaba una fuerza impresionanteNathan lo golpeó en el estómago sacándole el aire, Prameto se dobló pero el mafioso de un rodillazo le rompió la nariz, le rompió la boca, le abrió una ceja, lo arrastró a patadas, estaba lavando su honra, no le iba a pasar esa gran ofensaDe pronto en la sala se escuchó— !Dale, papá, que sepa que con un Castrioli no debe meterse, defiende nuestro honor! — el pequeño Eleazar lejos de asustarse, azuzaba a su padre para que le diera duro a ese hombre que le había faltado al respeto a su apellido, era un niño muy valienteAl terminar, el mafioso se acomodó el cabello con la mano, se acer
En la escuela de idiomas, una maestra de cincuenta años muy bien conservada era quien daba clases a Romina, le emocionaba aprender a hablar ruso, era algo que le ayudaría a ampliar su currículum, ese día habían comenzado con la pronunciación del abecedarioDespués de la clase, Romi salió para tomar un taxi e ir a casa, ella no sabía que los pequeños ya habían llegado, pero Nathaniel, sí— Papi, ¿dónde está mamá? ella ni está en casa y no me responde el celular, ¿creés que venga a comer con nosotros? — Daniela llamó a su padre para preguntar por su mami— Mamá no se perderá la hora del almuerzo con ustedes por nada, voy a llamarla, cuelga el teléfono, cariño... espero que mi esposita esté tomando un café con la esposa de Nathan, por qué si no es así, no sé dónde demonios pueda estarNathaniel, llamó a su esposa, pero ella debido a la clase había apagado su celular, lo que si pasó fue que Romina ya estaba llegando a la mansión Diamantis— ¡Mamá...! ¿a dónde fuiste? llegamos y no estabas
Romina estaba ya sentada a la mesa con sus hijos, ellos estaban preguntando por su padre cuando el CEO llegó con maletín en mano y les dió un beso a cada uno— Papá, siéntate, tenemos que contarte cómo el señor Castrioli, le dió una paliza al padre del compañero con el que Eleazar se peleó— ¿Por qué Nathan golpeó a ese hombre? — preguntó el CEO, bastante intrigado, no imaginó que las cosas se fueran a salir tanto de control, pero sabia que su amigo iba de muy mal humor— No lo sé, pudo haber sido por qué le gritó que era un ordinario y que quería que los echaran a él y a Eleazar como dos perros — Darriel ponía en contexto a su padre— Carajo, tuvo suerte de que Nathan no lo mandara al otro mundo, ese Castrioli es cosa muy seria, ¿a ustedes no les pasó nada? — No, dónde se atreva ese Eliot a intentar quitarme la comida que mamá me pone para el recreo, le pongo una desconocida— ¿Una que...? — preguntó Nathanael— Una que no conoce, papá, es obvio — Pequeño Diablillo... por cierto es
En la mansión Castrioli, Nathan había salido a dar una vuelta para tomar aire, Eleanor no había salido de la habitación, su hijo tampoco, necesitaba calmarse, entendía que no había hecho bien en hablarle así a su mujer, se le había pasado la mano, y conociendo a Eleanor, sabía que no se lo iba a pasar por altoEleanor escuchó el auto de su esposo salir de casa, él nunca iba solo, eso quería decir que los guardaespaldas estaban con él, ella no lo dudó por un momento, tomó los pasaportes y visas de ella y de su hijo y pidió un taxi, no llevaba nada, ninguna maleta, solo su bolso con una cantidad decente de dólares— Eleazar, cariño, vamos a hacer un viaje para ver a los abuelos en los Estados Unidos, vamos, solo ponte los zapatos, el taxi ya nos está esperando — Eleanor no iba a dejar a su hijo en Grecia, pero después de recibir una amenaza de muerte de su esposo, ella tampoco se quedaría, no era estúpida, ella era una mujer preparada para combatir a los hombres como Nathan Castrioli, s
Nathaniel, llegó al exclusivo bar, el CEO Lucien Black tercero ya estaba en una de las mesas del fondo sirviéndose un vaso de la botella del costoso whisky que pidió para él y para su amigo— Toma, creo que tu lo necesitas mucho más que yo — El CEO Black, le entregó el vaso mientras que lo observó beberselo todo— Ahhh... lo necesitaba— Ahora sí, cuentame que hicieron ahora tú y el psicópata de Nathan, espero que no sea lo que estoy pensando, ¿qué le hicieron a sus esposas? — Lucien enarcó una ceja— La esposa de Nathan se desapareció por la mañana, seguro te contó tu hijo que el pequeño Eleazar se peleó con un compañero que le quería quitar su comida, la Miss llamó pero Eleanor no respondió, Nathan fue al colegio y le dió buena paliza al padre de ese niño matón— Si, eso ya lo sé, continúa— Bueno, pues nuestro amigo estaba celoso hasta los huesos, creyó que su esposa tal vez se había visto con alguien, le pareció muy sospechoso que su mujer no le respondiera las llamadas ni de la e
Vestido en un pijama y pantuflas, el hombre que era un excelente negociador, buscó por todas las habitaciones a su mujercita hasta que encontró una puerta cerrada con seguro, ella seguramente estaba ahí dentro y había asegurado la puerta para que no entrara— Abreme la puerta, Romina, soy yo, tu marido — la voz del hombre era fuerte pero sin levantar demasiado la voz para que los niños no lo escucharan, con los nudillos de su mano tocó suavementeRomina quien ya se encontraba dormida lo escuchó se levantó a abrir solo porque no quería despertar a los niños con ese escándalo— ¿Qué es lo que quieres, Nathaniel? uff... ¿bebiste? ¡hasta acá me llega el olor a alcohol, osea te vas a la calle a beber, a hacer dios sabe que cosas, pero en tu caso el diablo, regresas de madrugada y todavía tienes cara para venir a molestarme! qué cara dura la tuya, vete a tu habitación, no son horas de estar jodiendo— ¿Me estás echando? ¿me gustaría saber que te da ese valor, mujercita? yo puedo ir a dónde
El ambiente estaba tenso, las miradas acusatorias estaban sobre el joven mafioso, Vanessa abrazó a Eleanor para darle su apoyo, la joven esposa en verdad estaba mal, de otra manera no habría hecho lo que hizo, huir de Nathan con su hijo le pareció que era la mejor solución, no podía quedarse a esperar que su esposo la matara, ¿cierto?— Nathan, acompáñame al despacho — se escuchó la voz de Nathanael Castrioli, seca y molestaEl hijo asintió y en silencio lo siguió al amplio despacho de la casa en el que su padre había pasado horas y horas trabajando— Puedo explicarlo, se que no tengo justificación, se que fuí un hijo de puta y que me dejé llevar por los celos, pero jamás le haría daño a Eleanor, a menos que me sea infiel, si lo hace si la mataría sin que me tiemble la mano— Nathan, soy consciente del ambiente en el que has crecido, tu educación no fue normal, ni igual al resto, fue dura y agotadora, que eres un mafioso cruel, frío, por qué tienes que serlo así, de lo contrario tus e
Nathanael se sirvió un trago de su costoso whisky y le sirvió otro a su hijo, por supuesto que la situación de su matrimonio no le gustaba nada, conocía muy bien tanto a Nathan como a Nathaniel, sabía que nunca le harían daño a sus esposas, pero eso no pareció demostrar su gemelo y ahora le tocaba enfrentar las consecuencias— Siento mucho todo esto, mamá debe estar muy decepcionada de mi, ahora las dos mujeres más importantes de mi vida me aborrecen— No te voy a mentir, tu madre está horrorizada, ella es diferente a nosotros, en su mente no concibe tanta maldad que venga de ti, eres su hijo, te ama, piensa que todo lo que te inculcó no sirvió de nada, siente que falló como madre contigo— Eso no es así, ella no tiene la culpa de que yo sea un desgraciado, gracias a ella todavía conservo un poco de humanidad, fuí yo quien le falle a ella y a mi esposa, dejé que el mafioso que vive en mí traspasara las puertas de mi casa y mi alcoba, aconsejame, papá, estoy perdidoHacía ya algunos añ