Al día siguiente: 31 de julioAbrir mis ojos y que lo primero que vea sea su mano apoyada sobre mi torso con ese precioso anillo que le di ayer, me hace sonreír y sentirme el hombre con más suerte del planeta. Me quedaría viéndola todo el día, y es que amo la forma en que su cabello rubio como el sol cae desordenadamente rozando mi piel y admito que me encantaría despertarla a besos, pero sé que tiene que descansar y por ende hago un esfuerzo para no moverme.A pesar de mi gran esfuerzo, veo que ella se mueve como si algo le ocurriera.—¿Alma mía, estás bien? —pregunto preocupado, pero ella ni siquiera dice una palabra cuando se levanta de la cama a toda prisa y sale corriendo hacia el baño.Soy yo quien ahora se levanta de la cama y voy tras ella, quien a pesar de intentarlo no pudo cerrar la puerta del baño. Apenas entro, la veo de rodillas frente al váter volviendo su estómago.—Sal, no tienes que ver esto —dice estirando su brazo para poder tomar un trozo de papel de baño.—No dig
No estaba en nuestros planes tener que estar listos tan temprano. Se suponía que desayunaríamos en calma y luego tomaríamos un baño juntos, pero aquí estamos vistiéndonos a toda prisa. Debo admitir que me distraigo de sobremanera viéndola, sobre todo cuando se coloca esa falda que dibuja sus perfectas curvas.—Te ves bellísima —pronuncio y me acerco a ella mientras que termino de abotonar mi camisa.—Tú también te ves muy bien, ese pantalón te hace justicia —habla y sonríe—. ¿Vamos? Esperemos a Miguel con un café, aunque sea, ¿no? —propone.—Claro —respondo, pero cuando estamos a punto de salir de la habitación, escuchamos el sonido del timbre.—Ve a abrirle, yo preparo el café —ofrece y me da un casto beso para que luego irse.Por mi parte, voy rápidamente a la entrada y al abrir la puerta, allí esta Miguel con un folder en su mano.—Buenos días —saludo abriendo un poco más la puerta para que él pase.—Buenas, disculpa que venga tan temprano, pero esto es urgente —me explica.—No te
Hace como media hora que Miguel se fue de la casa y yo todavía no consigo saber cómo reaccionar a todo lo que me he enterado. Simplemente estoy aquí sentado mirando a la nada misma y tratando de comprender porque Lorena estaría involucrada en algo tan grave como lo que paso en la empresa.Hay muchísimas preguntas que no dejan de dar vueltas en mi mente, pero la única persona que puede darme respuestas es ella. Sin embargo, ir, enfrentarla, no es una opción, eso simplemente estropearía todos los planes de la DEA y los nuestros propios. —Mi amor, ¿estas bien? —escucho a Haizea, y de repente sus manos se posicionan sobre mis hombros y comienza a darme masajes.—Si, alma mía, es solo que no dejo de pensar en todo lo que nos ha dicho Miguel —comento.—Yo sé amor, es difícil todo esto lo que esta sucediendo, pero por favor te pide, se fuerte ¿sí? —me pide.No sé como lo consigue, pero incluso en mis peores momentos ella es capaz de darme paz. Besa mi cuello con dulzura, y una sonrisa inmed
Concentrarme en mis reuniones y en lo que cada persona en la empresa necesita de mi es casi una misión imposible. Estoy agobiado y los empleados lo notan ya que me tienen un poco más de paciencia. Parecía que no terminaría más de reunirme con gente y firmar documentos, pero finalmente estoy solo en mi oficina.Me levanto de mi silla, camino hacia los ventanales y me quedo parado mirando el paisaje frente a mi como si esto me ayudara a encontrar la paz que necesito. Mi mente es una especie de montaña rusa donde por momentos todo pareciera ir bien y otros donde caigo en caída libre sintiendo esa extraña sensación de vacío en mi estómago.Mis impulsos me llevan a buscar mi celular y abrir esa aplicación que pocas veces utilizo llamada Instagram. No soy del tipo de personas que publica fotos allí, nunca sentí la necesidad de mostrarle al mundo cosas de mi vida, y sigue siendo así. Sin embargo, hoy utilizo esta herramienta para tratar de averiguar algo de ella.Observo sus fotos y como sie
El tiempo pareciera haber reducido su velocidad al mínimo. Cada minuto que pasa es uno lleno de incertidumbre. Sentía que moría en la ambulancia cuando los paramédicos trataban de que ella no volviera a sufrir un paro cardiorrespiratorio. Todavía no comprendo que sucedió, ¿Quién le disparo? ¿Por qué? ¿Cuándo?Los pasillos de este hospital son un tempano de hielo, hay ruido a mi alrededor, pero yo solo escucho silencio, uno donde la voz de mi consciencia me aturde. No debí hacer que ella regresara a mi lado, soy un peligro para ella y para nuestro hijo.«Nuestro hijo… ¿y si le paso algo al bebé?» me cuestiono sin dejar de caminar de un lado a otro.—Señor Danek, ¿Cómo esta su esposa? —me pregunta Carlos, el gerente de producción.—No lo sé, la están interviniendo para tratar de salvar su vida y la del bebé, pero ni siquiera entiendo que paso ¿tu viste algo? —averiguo tratando de mantener la calma.—La verdad es que solo vimos a un hombre a lo lejos, entro por el área de delivery y lueg
Al día siguiente: 1 de agostoTodavía no he podido ver a Haizea y esto ha hecho que fuera la noche más larga de mi vida. Aun no la han sacado de cuidados intensivos, y su pronostico sigue siendo reservado. Con solo pensar en que su vida y la de nuestro hijo están en peligro tiemblo. No sé cómo seguiría adelante sin ellos dos, me sentiría demasiado culpable por todo lo que esta pasando y es que en el fondo sé que todo esto esta ocurriendo por mi causa.—Amigo —escucho la voz de Lucas y al voltear lo veo junto a Alex.—Hola, pero ¿Qué hacen aquí? —averiguo confundido mientras que me pongo de pie y ellos se acercan a mí.—Fuimos a verte a la empresa y tu secretaria nos conto lo que estaba sucediendo, ¿Cómo esta ella? —explica Lucas.—Y tu amigo, ¿Cómo te sientes? —añade Alex.—Aun no me dan noticias, está en cuidados intensivos y todavía no ha pasado el peligro —les cuento y hago una pausa—. Esta embarazada —concluyo y es que hasta ahora no había podido decirlo.—¡¿Qué?! —exclaman ambos
Días después: 4 de agostoDespués de haber estado lejos de ella en aquellas semanas tan difíciles lejos de ella, estas han sido las horas más largas de mi vida. Pensé que jamás saldríamos del hospital, que todo podría empeorar de un momento a otro, pero afortunadamente me equivoque y finalmente estamos en la casa.A pesar de que ya estamos aquí en nuestro hogar, los dos sabemos que no podemos bajar la guardia, que ella debe hacer reposo absoluto y cuidarse para que nuestro hijo consiga llegar a este mundo.—¿Estás cómoda? ¿Quieres que busque otra almohada? —pregunto preocupado.—Me gustas mucho en este modo sobreprotector —me dice con una media sonrisa que aprecio mucho dada las circunstancias.Yo no sé si es que ella esta pretendiendo que todo esta bien para no preocuparme, o es que realmente esta así de animada. Sea cual sea el caso, ella siempre me parecerá la mujer más fuerte e increíble del mundo.—Siempre los voy a cuidar, aunque lamentablemente siento que fui yo quien los puso
Al día siguiente: 5 de agostoNo puedo decir que he dormido bien porque no es así. Me he pasado la noche mirándola como si estuviese asegurándome que ella se encontraba bien. Como si eso no hubiese sido suficiente, tampoco he podido dejar de pensar en el tipo que arrestaron.¿Quién será? ¿Por qué le disparo a Haizea? ¿Quién lo envió? Son muchas las preguntas que tengo, pero como siempre las respuestas no aparecen.—Amor, ¿estás bien? —escucho que me pregunta ella y al voltear la veo abrazándose a la almohada para acomodarse mejor.—Si, solo pensaba —miento, pero esta claro que ella no me cree ya que levanta su brazo para acariciar mi rostro con esa ternura que solo ella sabe hacerlo.—No te creo nada, pero hare de cuenta que si —bromea y no sé cómo lo hace, pero me hace sonreír tal y como si nada estuviese pasando a nuestro alrededor.—No pasa nada, créeme. Cuando tenga algo que contarte lo hare, por ahora debes saber que anoche me atreví a llamar a tus padres y les pedí si podían ade