Bianca entra en la habitación con una bandeja, la cual coloca en el escritorio. Sirviendo una taza a Nicole, se la entrega. Por su parte, esta sigue sentada en la cama, abrazándose a sí misma como si intentara contener el miedo que la consume. Camie está a su lado, tomando su mano, transmitiéndole un apoyo silencioso pero conciliador. Por su parte, Thalia se encuentra de pie cerca a la ventana, observa a Nicole con preocupación, sintiendo la angustia de la situación.—Bebe un poco, te ayudará a calmarte —son las palabras de Camie cuando Bianca acerca la taza de té frente a Nicole.Nicole la mira con ojos vidriosos y, con manos temblorosas, toma la taza para beber un poco.—Trate de calmarse un poco señora—Todo estará bien Nikky. No vamos a dejar que te pase nada, ni a ti ni a Thiago —susurra Camie, su voz suave busca de calmar a su mejor amiga, pero conoce a Thalia lo suficiente como para saber que eso no será fácil. Cuando Nicole se enfrasca en sus miedos, necesita un choque fuerte
Una vez que todos se han retirado Alessandro entra en la sala. La vista que lo recibe es agridulce: Thiago está sentado en el suelo, rodeado de sus legos, construyendo algo con total concentración. Nicole, a su lado en el sofá, trata de mantener una expresión tranquila, pero Alessandro nota el leve temblor que sigue presente en sus manos mientras observa al niño. Es un gesto sutil, pero suficiente para que él se dé cuenta de que, a pesar de sus intentos, el miedo sigue presente en ella.Aprovechando el momento de soledad, Alessandro camina hacia ellos con una sonrisa que intenta aliviar el ambiente. Al pasar junto a Thiago, se agacha un poco y lo despeina, gesto al cual Thiago suelta una queja divertida.—¡Alessandro, no! —protesta entre risas, apartando sus manos y volviendo a su construcción en construir un castillo.Alessandro le dedica una suave sonrisa, y luego se deja caer en el sofá junto a Nicole, sus cuerpos apenas rozándose. Al estar junto a ella, la tensión que se desprende
En la habitación de Nicole, la tenue luz del computador y de la lámpara de mesa baña su rostro, mientras el resto de la habitación permanece en sombras. El silencio es interrumpido únicamente por el suave sonido de las teclas de su computador y Thiago respirando profundamente en su cama, envuelto en sus mantas y completamente ajeno de todo.El sonido de la puerta abriéndose suavemente rompe el frágil silencio. Nicole levanta la vista y ve a Alessandro entrar con pasos medidos. En sus manos, sostiene dos tazas de chocolate caliente, y su presencia en la habitación trae consigo alivio.—Pensé que tal vez esto te ayudaría —dice, su voz baja para no despertar a Thiago, pero lo suficientemente clara como para que se entienda.Nicole cierra la laptop lentamente y le mira mientras él toma una silla y se sienta junto a ella, extendiéndole una de las tazas. El aroma del chocolate invade el espacio, y no puede sino agradecer ese pequeño gesto de normalidad. Aceptando, toma la taza con una peque
A esas primeras horas de sábado, los pasillos de NOVA, están desiertos. Las luces automáticas del pasillo se prenden a su paso lo cual permite que George se mueva con confianza hacia el interior de las oficinas. Ese fin de semana no habrá nadie cubriendo las guardias además de él, así que esa es la oportunidad perfecta.Al llegar a la puerta de la oficina de Nicole, se detiene un segundo para cerciorarse de que no hay nadie cerca. El silencio es absoluto. Con un movimiento rápido, introduce la tarjeta que robó del sistema de acceso de seguridad y la puerta se desbloquea con un suave clic.A estado en esa oficina cientos de veces en los últimos tres años, y aunque ella ha estado fuera los últimos días, todo se encuentra ordenado de una forma que se siente como si ella estuviera allí. Por un momento se maldice de que ella esté relacionada con Alessandro y con el trato que llevó a su familia a la quiebra, realmente le hubiera gustado que su interés por ella tuviera un futuro real.Sin per
El sol brilla intensamente sobre la piscina, reflejando destellos en el agua cristalina. Alessandro está dentro de la piscina sujetando con cuidado a Thiago, quien chapotea con entusiasmo mientras intenta aprender a nadar bajo la atenta supervisión de su padre. Alessandro le sostiene con firmeza, dándole indicaciones sobre cómo mover sus piernas y manos entre risas y palabras de ánimo al escucharlo decir que es cansado.—¡Vamos, Thiago! —le dice, sonriendo—. ¡Tú puedes!Thiago se muestra lleno de energía mientras patalea fuerte, emocionado por estar en el agua. Su risa resuena por el patio, haciendo que Alessandro se sienta más relajado de lo que ha estado nunca.Mientras tanto, en la cocina, Nicole y Thalia pueden escuchar las risas de Thiago y la voz de Alessandro mientras preparan el jugo para todos. El aroma fresco de los cítricos se mezcla con la brisa cálida que entra por la ventana.—Alessandro parece estar disfrutando mucho con la compañía de Thiago — Thalia deja salir su come
En ese punto de la tarde, Alessandro, Nicole y Thiago aún siguen en la piscina. Thiago, aferrado al cuello de Alessandro, ríe sin parar, salpicando agua a su alrededor. Alessandro sonríe con gran felicidad, como si el mundo entero fuera suyo en este preciso momento. —¡Vamos, campeón! Sigue moviendo los pies, lo estás haciendo genial, — dice con una sonrisa amplia. Thiago, emocionado por la atención de Alessandro, patalea con más fuerza, levantando más agua de lo necesario. La risa genuina del niño llena el espacio, como una melodía que envuelve a todos los adultos. —¡Mira, mamá! ¡Estoy nadando como tú! — Thiago grita, volteándose hacia Nicole con orgullo. —Lo estás haciendo muy bien, mi amor, —responde con voz suave y cariñosa. Nadando hacia él, se acerca lo suficiente como para besar a Thiago en la frente. Mientras tanto, en una de las tumbonas cerca de la piscina, Thalia está recostada, con unas gafas oscuras. Su mirada se desvía hacia la piscina de vez en cuando, observando a
Para el momento que Alessandro y Nicole bajan del auto, el sol ya está comenzando a esconderse en el horizonte, tiñendo el cielo con tonos cálidos de naranja y rosa, mientras, la brisa suave de la tarde acaricia sus rostros mientras comienzan a caminar hacia la pequeña tienda. La atmósfera tiene algo mágico en ese momento.Nicole lleva una pequeña sonrisa en el rostro, disfrutando del momento de tranquilidad al lado de Alessandro. Ambos caminan con un ritmo más bien pausado, sin mostrar ningún tipo de prisa, como si cada segundo que pueden pasar junto al otro fuera lo más valioso. Las calles están tranquilas, a esa hora no hay mucha locura de personas como en horas tempranas. Alessandro, con las manos en los bolsillos, se inclina hacia ella de vez en cuando para rozar sus dedos con los suyos, un gesto pequeño pero lleno de cariño.En un momento, termina de sacar su mano totalmente de su bolsillo, y esta finalmente se entrelaza con la de Nicole, como si aquello fuera lo más natural del
El sonido de las risas suaves de Thiago y Enzo llena la sala, ambos se ven realmente felices mientras juegan con los legos esparcidos por el suelo. Enzo, con su habitual paciencia, ayuda a Thiago a ensamblar una torre que ya casi alcanza su altura.—Mira, Tía, lo hicimos altísimo —dice Thiago con los ojos brillando de emoción, mostrándole la construcción de bloques de colores a Thalia quien está sentada frente a ellos.—¡Felicidades Thiago! — dice mientras lo mira con dulzura—. Es la torre más alta de todas.En la cocina, Leonardo termina de lavar los últimos platos de la cena. Se seca las manos con una toalla y luego mira hacia Thalia quien se encuentra tomando fotos a la torre que hace Thiago. Por un momento duda que es lo siguiente que debe hacer, pero al recordar el momento de la piscina, el como ella se abrazó a él para celebrar que ganaron, sus manos tomando su cintura con fuerza, el verla bajar toda su defensa y solo ser de nuevo esa Thalia dulce e infantil que lo enamoró, lo ha