"Nuestras acciones siempre vuelven, y tenemos dos opciones, permitirles causar daño, o enfrentarlas y corregirlas."
Nicole se mantiene dando vueltas por su cuarto, sus pensamientos giran en torno a la pequeña reprimenda que le dio a Thiago. No puede evitar sentirse mal por haberlo regañado tan severamente. Y el solo pensar en su carita llena de lágrimas, hacen que el peso de la culpa se haga más intenso por no haberlo dejado explicarse.Por un momento se detiene y fija su mirada en la repisa de fotos, y eso es lo que la hace tomar su decisión. Dejando salir un bajo y marcado suspiro, camina hacia la puerta de la habitación, necesita hablar con él, asegurarse de que sepa cuánto lo ama y que su intención en ningún momento fue lastimarlo o ser injusta.Al abrir la puerta se detiene en seco al ver que Alessandro se encuentra entrando a la habitación de Thiago. Cuando la figura del rubio se pierde totalmente dentro de la habitación tras entrecerrar la puerta, ella cierra la de su cuarto con su sumo cuidado de no hacer ruido y se acerca a la de su hijo. Colocando cerca de la puerta, intentando captar las
Nicole se mueve de forma automáticos mientras está en la cocina cortando las verduras y mezclando los ingredientes, preparando la cena para los tres, pero su mente está realmente ocupada en otro lugar. Las palabras de Thiago la siguen haciendo reflexionar.Mientras trabaja en cortar los vegetales, está tan absorta en sus pensamientos que no nota la presencia de Alessandro acercándose a ella. Solo cuando él habla, su voz baja y grave la sobresalta, dando un pequeño brinco por el susto.—¿Necesitas ayuda con algo? —pregunta, su tono tranquilo y considerado.Nicole se gira rápidamente hacia él, su rostro mostrando sorpresa y un leve rubor se asoma a sus mejillas al notar algo. Los ojos de Alessandro reflejan una mezcla de preocupación y afecto, que no tarda en reconocer y se maldice internamente. No espero volver a ver esa jodida mirada que fue la causa de que se enamorara de él tiempo atrás. Y por un momento, Nicole se siente expuesta, como si él pudiera leer todos sus pensamientos.—Oh
De la semana que tienen viviendo juntos, Alessandro puede decir que es la primera comida que hacen en silencio. Si bien el ambiente no es del todo pesado o tenso, la dinámica de conversación entre Nicole y Thiago, no está y eso es bastante raro, en esos días le ha quedado más que claro que ambos son capaces de hablar incluso del vuelo de una mosca. Por su parte, Nicole, a pesar de sus intentos por concentrarse en la comida, no puede evitar notar la tristeza en los ojos de su hijo, y eso es algo que la llena de culpa.Thiago, por su lado, siente la mirada de su mami, y con la inocencia propia de su edad, piensa que puede hacer para aliviarla. Tras unos largos minutos de silencio, el pequeño rubio se arma de valor y toma un trozo de su comida, haciéndolo balancear en su tenedor de forma exagerada antes de llevárselo a la boca, imitando los movimientos de un avión. Hace un sonido divertido al "aterrizar" el bocado en su boca, mirando a su madre con una sonrisa esperanzada.Nicole, al ve
Su corazón no debería estar latiendo de la forma en que lo hace. Nicole puede sentir como sus miradas se quedan perdidas entre ellas, su pulso se acelera y su cuerpo se tibia ante la cercanía de Alessandro. Cuando el rubio endereza su cuerpo y ella puede estar firme una vez más, entonces, ese debió ser el momento ideal para que ambos se separasen, pero eso simplemente no ocurre.El mundo fuera de ellos se detiene y no existe nada más. El agarre de Alessandro en su cintura se vuelve más firma, más fuerte, negado a permitir que ella se separe. Por su parte, Nicole coloca sus manos sobre el pecho del rubio, y mientras sigue perdiéndose en esa mirada sus manos se cierran y se aferran a Alessandro. Saben que, aunque lo quieran negar y ninguno se atreva a decirlo en voz alta, los sentimientos que permitieron que surgiera por el otro sigue allí, oculto, herido, pero más vivo y latente que nunca.—¿Mami? —llama Thiago.Y solo eso es lo que rompe la burbuja en la que se encuentran. Nicole es l
Mientras Alessandro y Thiago salen de la habitación, Nicole se queda allí, observándolos mientras se alejan. Una mezcla de emociones la embarga: una profunda ternura al ver a Alessandro interactuar con Thiago con más libertad y la felicidad en el rostro de su hijo, y una confusión abrumadora sobre el porqué cada parte de ella reaccionó de esa forma ante su cercanía, se supone que ella ya no siente nada hacia él. La imagen de Alessandro, con su chándal y ese tatuaje inesperado, sigue rondando su mente. ¿Quién es este nuevo Alessandro? Y más importante aún, ¿cómo se supone que debe manejar todo lo que está sintiendo? Toda esa incorrecta emoción que simplemente no debería de existirAntes de que pueda seguir sumida en sus pensamientos, Alessandro vuelve a aparecer en la puerta.—Volveremos para la cena —dice con una mirada que refleja algo más que simple cortesía—. Ten cuidado en tu viaje. Te veo luego.Y con eso, se marcha, dejando a Nicole sola con sus pensamientos y su agitado corazón
Mientras Alessandro se encuentra en su auto, estacionado a las afueras de la escuela de Thiago. La tarde avanza lentamente y él repasa el informe que Mateo le entregó a primera hora de la tarde. Cada palabra le genera una sensación de inquietud en el estómago, especialmente las secciones que detallan las amenazas recientes dirigidas a Nicole. Frunce el ceño mientras relee los párrafos de hace tres días, analizando cada detalle, buscando algún punto débil, alguna pista que le indique cómo proceder a continuación.El sonido del timbre de la escuela lo saca de sus pensamientos. Alessandro deja el informe a un lado y sale del auto, cerrando la puerta con un suave "click". Su imagen ha cambiado desde la mañana; ya no viste el traje formal que llevaba al dejar a Thiago. Ahora luce una camisa ligera y unos pantalones casuales, pero la calidad de la ropa y su porte dejan en claro que sigue siendo alguien con un evidente nivel de poder y dinero.Mientras se dirige a la entrada de la escuela, la
Nicole camina de un lado a otro en su habitación, los nervios haciéndose cada vez más evidente en sus pasos. Han pasado poco más de tres horas desde que le envió un mensaje a Alessandro, preguntando por Thiago, y la falta de respuesta la tiene al borde de la desesperación. Siente cómo la presión en su pecho aumenta con cada minuto que pasa. Se detiene frente a la ventana, observando el paisaje, pero su mente vuelve al querer saber cómo está su hijo. El primer día de convenció termino hace hora y media, y ella por fin pudo ir a su departamento en las residencias, ya desempacó para distraerse, pero está que se tira de los pelos. Otra parte de ella se recrimina el que no esté confiando en Alessandro para cuidar a Thiago. Caminando hasta la cama, se deja caer en ella, soltando un suspiro agotado mientras cierra los ojos, tratando de calmarse, de recordar que Thiago está en buenas manos y en un lugar seguro. Pero la ansiedad no cede.El sonido de una notificación la hace abrir los ojos rá
El fuerte sonido de un trueno rompe la tranquilidad de la noche, despertando de golpe a Thiago. Sus ojos se abren en la oscuridad, y al darse cuenta de que está en una habitación que no reconoce al instante, el miedo lo invade rápidamente. Sin la presencia cálida y reconfortante de su madre cerca, se siente muy pequeño y vulnerable. Las lágrimas comienzan a brotarle de los ojos, y con la voz temblorosa, comienza a gritar.—¡Mami! ¡Mami! —llama mientras llora desesperado, su voz quebrada por el pánico.En la habitación contigua, Alessandro se despierta al instante al escuchar los gritos desesperados de Thiago. Sin perder un segundo, se levanta de la cama y corre hacia la habitación de Nicole, donde dejó a Thiago durmiendo. Al abrir la puerta de golpe, un rayo ilumina momentáneamente la habitación, seguido por un trueno aún más fuerte que sacude las ventanas.Thiago, al ver la figura de Alessandro entrar en la habitación justo cuando el rayo ilumina todo, rompe en un llanto aún más fuer