Sentadas en el sofá principal de la casa, Nicole y Camie se encuentran cada una con una lata de cerveza en la mano y las piernas colocadas sobre el sofá. Visto desde afuera, la atmósfera entre ellas se muestra relajada, pero cualquiera que se acerque puede percibir la tensión en el ambiente. Camie sostiene en sus manos el acuerdo que Alessandro le entregó a Nicole, revisando cada palabra con atención.—Él está hablando en serio cuando dice que quiere entrar en la vida de Thiago —comenta Camie, levantando la vista del documento para mirar a su amiga. Hay una mezcla de sorpresa y análisis en su expresión, como si no pudiera creer lo que está leyendo.Nicole toma un sorbo de su cerveza y luego deja escapar un suspiro exasperado.—Es solo un capricho, Camie. Creo que ambas sabemos cómo es él. Cuando algo no le sale como quiere, insiste hasta que lo consigue. Esto no es diferente.Camie observa a su mejor amiga y, volviendo a dar un vistazo rápido a los documentos, termina moviendo la cabez
La risa de los niños llena el patio de la escuela mientras los pequeños corren de un lado hacia otro con la emoción de rencontrarse con sus compañeros después de una larga semana de descanso. Nicole baja de su auto, ayudando a Thiago a salir. El pequeño lleva su mochila colgada a la espalda, sus ojos brillan de emoción mientras mira a sus compañeros.—Pórtate bien, cariño —son sus palabras, agachándose para quedar a su altura y plantando un suave beso en su frente.Thiago le sonríe con esa alegría que siempre ilumina su rostro y asiente con energía. Tomando las correas de su mochila mientras da pequeños saltitos emocionado, pero sin moverse de su lugar mientras escucha a su madre.—¡Sí, mami! —responde con entusiasmo. Una vez que está seguro de que su madre no dirá nada más, no duda en correr hacia la entrada del edificio.Nicole lo observa irse, y no puede evitar que su corazón se encoja un poco al verlo desaparecer entre los demás niños. Colocándose de pie, observa a todas las perso
Sentada frente a su escritorio, y con varias carpetas de documentos dispersas frente a ella. La oficina está casi en silencio, los únicos sonidos dentro del espacio son el tenue zumbido de la computadora y el ocasional rasgueo de su pluma sobre el papel. Aunque ese día, su carga de trabajo es bastante abrumadora, Nicole agradece que esta le ofrezca el respiro necesario de los nervios que la han estado asfixiando en los últimos días. En este pequeño espacio, puede enfocar su mente en algo más que las amenazas y los miedos que la han estado acosando.El aroma del café que dejó enfriar junto a su mano se mezcla con el olor de las carpetas de cuero, creando una atmósfera casi reconfortante. Su mirada se desplaza rápidamente por el papel en su mano, sumida en la lectura de un informe cuando un suave toque en la puerta la saca de su concentración.—Adelante —responde sin levantar demasiado la voz, esperando que sea su asistente con los documentos que había solicitado para la reunión que ten
El aire y el ambiente dentro del restaurante se vuelve denso mientras Alessandro se planta firme al lado de la mesa, mirando a George con una furia contenida. La tensión es palpable, y los pocos murmullos que se escuchan a su alrededor sólo intensifican el ambiente. George, aunque sorprendido por la repentina aparición de Alessandro, no se deja amedrentar por esta. Por el contrario, se levanta lentamente de su asiento, manteniendo su mirada fija en los ojos de Alessandro.—¿Qué es lo que crees que estás haciendo? —George suelta las palabras con un tono controlado, pero la amenaza es clara en su voz.—Debería ser yo quien pregunte eso—dice mientras aprieta su puño con fuerza dentro de sus bolsillos—. Sé que eres alguien con valores…peculiares, pero no crees que querer tomar un papel que no te toca es excesivo, incluso para ti.George escucha las palabras de Alessandro y no puede evitar dejar salir una sonrisa burlona. Esas palabras confirman lo que a sospechaba, y Alessandro está tan f
Nicole siente como el pánico termina de apodera de su cuerpo al escuchar a la maestra decir que Thiago no está por ningún lado. Su mente corre a mil por hora, imaginando todos los escenarios posibles de lo que ha pasado, todos igual de aterradores. Las maestras, notando su estado, la llevan dentro de la escuela para intentar calmarla mientras llaman a la policía y reportan la desaparición del pequeño.—Tranquila, señora Nicole, lo vamos a encontrar —le dice una de las maestras, tratando de mantener la calma en la situación.Nicole apenas escucha las palabras, sus manos tiemblan mientras intenta no perder el control. El mundo a su alrededor parece desmoronarse. Pero de repente, un leve sonido, una risita suave, proveniente de uno de los armarios bajos en el salón, rompe levemente la tensión en el ambiente. Las tres mujeres se miran confundidas y sorprendidas.Nicole no duda en levantarse rápidamente, aun con pasos tambaleantes se acerca al armario casi sin respirar, y con el corazón en
Alessandro no sabe porque razón se mantiene en la oficina, si igualmente su mente está completamente desconectada de los papeles que tiene frente a él. Hace horas que no puede concentrarse en el trabajo, la imagen de George y sus palabras sigue rondando en su cabeza. La rabia aún está presente, mezclada con una creciente preocupación. Ha intentado llamar a Nicole varias veces, pero todas sus llamadas han sido enviadas al buzón.Finalmente, harto de la situación, Alessandro se pone de pie y toma su chaqueta. Sabe que tiene que hablar con Nicole, cara a cara. Necesita dejarle claro que no permitirá que George se acerque a Thiago, y es que ella tiene que saber la verdad sobre ese hombre. Hay algo que sabe George no va a confesarle, pero, aunque ella no quiera escucharlo no va a quedarse de brazos cruzados mientras alguien más trata de arrebatarle lo que siempre ha sido suyo.Con el ceño fruncido y la mandíbula apretada, Alessandro sale de su oficina y le hace una señal a su chofer para q
El avión privado de Alessandro aterriza suavemente en la pista, pero el alivio de estar de regreso en Italia no borra el cansancio evidente en su rostro. A medida que desciende por la escalerilla, su semblante refleja el agotamiento de las últimas tres semanas, un periodo que ha sido una interminable prueba de paciencia y resistencia. Cada día en Suiza había sido una lucha constante para mantener su compostura, rodeado de la familia de Rosangela, quienes no cesaban de hablar sobre la inminente "boda", una palabra que hacía que la ira de Alessandro ardiera con más fuerza.Intenta pensar en algo más, pero no encuentra nada que logre distraerlo de sus pensamientos. Los tratos de negocios habían sido pesados, pero soportar las sonrisas falsas, las conversaciones forzadas y la interminable charlatanería sobre planes matrimoniales había sido una tortura mucho peor. Donatella había jugado sus cartas de manera brillante, dejándolo sin opciones más que cumplir con el viaje, pero el resentimien
Thiago y George tomaron la decisión de jugar un rato en el parque, mientras esperan a que Nicole termine de hablar con la maestra y los observa desde la distancia. Thiago tiene en sus brazos el peluche que se volvió su mejor amigo y juguete favorito mientras corre por el patio y juega a las atrapadas. Las risas del niño llenan el aire, pero una pequeña pregunta de George capta la atención del pequeño.—Thiago, — comienza George con voz suave, inclinándose un poco hacia el niño, una vez que este se detiene—. Dime, ¿te gustaría tener un papá?"Thiago se queda totalmente quieto al escuchar las palabras del hombre, su pequeña cabeza inclinándose mientras procesa la pregunta. No está seguro de cómo debe responder. Siempre ve la emoción de sus amigos cuando llegan sus papás, y él mismo ha soñado con tener uno, incluso usó su deseo de cumpleaños en ello. Su mami le dijo que su papá serpa un superhéroe, y esa idea le ha llenado de esperanza. Pero ahora, la pregunta de George lo toma por sorpr