Me estaba incendiando, el fuego se extendió por todo mi interior, el calor era insoportable. Dejé que mi mano descendiera siguiendo la línea de mi cuerpo, mi piel se encendió bajo mi propio toque. Mi respiración se volvió más rápida, cada inhalación era un suspiro de anticipación. Joder, era la primera vez que hacía algo así y la verdad me encantó. —¿Sientes cómo te deseo? Continuó él, no podía retenerlo más, se me escapó un gemido.»Quiero que toques tus pechos, acarícialos lentamente. Imagínate mis manos ahí, apretándote suavemente.Mis dedos siguieron sus órdenes, parecía una muñeca manejada por unos hilos invisibles. Acaricié mis pechos con lentitud. Cada movimiento enviaba olas de placer, un gemido más fuerte se escapó de mis labios.—Eso es, Sirena —dijo con la voz más ronca —. Quiero que sigas bajando tu mano, muy despacio hasta llegar a donde más me necesitas.Obedecí perdida en su voz, su respiración y la música de fondo. Mi mano se deslizó por mi abdomen acercándose
¿Cómo es que se respira? Me pregunté mientras seguía leyendo. "Sirena" es un apodo que evoca misterio, belleza y atracción, perfecto para ti con esos bellos ojos azules hipnóticos que me hechizaron. En la mitología, las sirenas eran criaturas que atraían a los navegantes con su canto irresistible, y tú tienes un poder de atracción especial sobre mí. Aspiré frenéticamente como una loca desquiciada. Me senté de golpe, incluso podría jurar que por poco me salen corazones por los ojos. Sonreí, esa sonrisa se ensanchó tanto que casi me tocaba las orejas. Decidí guardar su número como “mi Golondrina” Esa misma semana… Estaba en la sala cuando se acercó mamá.—Ale, invita a tu novio o tu amigo o lo que sea a la cena de Navidad. Elevé una ceja.»No pienso aceptar un no como respuesta, ¿o es qué ya no se ven? Es hora de conocerlo más y si no es así tú no lo traes a la casa. Aspiré muy despacio. —Mamá, no es como si fuera a casarme… —alegué.—No tiene nada de malo querer conocer más a
Esa semana pedí cita con el ginecólogo y empecé a cuidarme, no podía arriesgarme. Nochebuena…Como ya era costumbre le ayudé a mamá con lo que podía. Estaba un poco nerviosa, mamá me agobiaba con una cantidad de preguntas, incluso planes de boda. Me quedé mirándola con una risita en los labios mientras pensé; por supuesto que quiero casarme, pero con tu yerno. Mamá siguió preguntando cosas sobre Josh, estaba demasiado curiosa, insistía en que debíamos formalizar. Cuando se acercaba la hora me fui a mi habitación, necesitaba una ducha de agua bien fría para que me refrescara la mente. Después de media hora frente al espejo me decidí por un vestido vinotinto de terciopelo suave y ceñido, abrazaba mis curvas de manera perfecta sin ser demasiado revelador. La parte superior tenía un escote en forma de corazón que resaltaba mi figura, mientras que las mangas largas le daban un toque de elegancia. La falda del vestido caía justo por encima de mis rodillas, permitiéndome un movimiento na
Empezaron a comer, al parecer ni Alan ni Ale tenían apetito. Josh, se inclinó hacia Ale con una sonrisa sirviéndole un poco de ensalada. Alan, que estaba sentado frente a ellos pasó la bandeja de carne sin realmente mirar a nadie, sus dedos rozaron los de Ale de manera fugaz, pero intensa. El contacto envió un escalofrío por la espalda de Ale, ella trató de ocultar su reacción. Un leve ardor subió a sus mejillas, esa manera en la que él intentaba marcar territorio la volvía loca y eso a él le encantaba. Hicieron conexión visual unos segundos, Ale mordió su labio inferior y Alan la desnudo con la mirada. El ambiente en la mesa era tenso solo para ellos tres, los demás parecían no darse cuenta de nada. Alan fingía estar concentrado en su comida, pero sus ojos se desviaban hacia Ale más de lo que debía. Entonces, el fuego se fue expandiendo cuando Vanessa con una sonrisa radiante y ajena a la tensión, preguntó:—¿Y para cuándo los planes de boda?La pregunta cayó como una bomba en la m
Cuando Ale llegó al balcón de su habitación soltó todo el aire que contenía, se pasó las manos por el cabello, caminó de un lado al otro. Josh la observó en silencio. Con delicadeza la tomó del brazo obligándola a mirarlo y a detenerse. —¿Vas a poder con esto? —Sí —susurró ella. Josh soltó una risita, esa donde se dejaban ver sus lindos hoyuelos. —Alan no va a poder apagar el fuego que lo está consumiendo. Ale ladeó la cabeza y lo miró con curiosidad.—¿De qué hablas?—Sus ojos han dicho más de una vez lo que sus labios no han podido —Josh se acercó para susurrarle al oído—. Conozco la mirada de un hombre enamorado. Así que no fue sexo, lo que él siente por ti es tan grande que hasta él siente miedo. Ale lo miró un poco desconcertada, aunque su corazón reaccionó a esas palabras. —¿Será que sí…? — era como si se lo preguntara a ella misma. Josh volvió a susurrar cerca de su oreja. —Estoy seguro. Solo falta que lo admita. A veces solo necesitamos un pequeño empujón. Soltó u
»No pretendo cambiarla; ella es perfecta tal cual es. Quién dice que uno se tiene que enamorar de sus virtudes y no de sus defectos —Josh hizo una pausa, dejando que sus palabras llegaran a todos —: Ale es una persona increíble y si hay algo que quiero hacer, es apoyarla en todo lo que desee. La libertad de ser uno mismo es lo más valioso que podemos tener, nunca le pediría que renuncie a eso. Quiero que siempre sepa que a mi lado tiene un compañero, no un carcelero. Jamás ataría sus alas; todo lo contrario, la impulsaría a volar. Todos se quedaron impactados por esas palabras, Vanessa separó los labios por la sorpresa. Alan se tomó otra copa, como si con eso pudiera apagar las llamas que ardían en su pecho, pero el trago fue tan amargo que empezó a toser. Ale lo miró, pudo descifrar la tormenta interna con la que intentaba luchar. —Llegando el caso de que se le pasen las copas, está conmigo; yo la cuido —finalizó Josh soltando una risita malvada.Cada palabra que dijo con sarcas
—Lo primero que hacen es deshacerse de tu ropa, luego te imagino a ti y a mí en los lugares más locos y las poses más intensas —susurró ella con lujuria. Alan pasó saliva imaginándose cada cosa que ella decía. Ale rozó su mejilla con los labios hasta que llegó a su oído, Alan la agarró de la cintura con fuerza sintiendo el deseo apoderarse de él. —¿Te imaginas en este momento arrancándome el vestido y lo que llevo debajo? —continuó ella en un susurro que encendía cada fibra de su ser. Ale bajó la mano hasta el borde de sus pantalones, deslizó dos de sus dedos acariciando su piel, ese roce lo hizo estremecer. »Nos escapamos al jardín y tú me tomas sin siquiera desnudarme, solo lo levantas, lamo y muerdo tus dedos los cuales luego…La frase quedó incompleta, Alan la miró como si quisiera devorarla ahí mismo. Alan no pudo contenerse más la agarró con fuerza y la besó, sus labios se encontraron en una disputa de pasión y necesidad. El beso era feroz como si de esa manera sacara t
Ese tenemos que hablar me quedó resonando en la cabeza, tenía infinidad de preguntas que no tendrían una respuesta hasta que no habláramos. Odiaba sentirme así, perdida. No me quedaba más remedio que esperar. Esa misma semana recibí una llamada de él, estaba tan frío que por poco me congela. Mis pensamientos; algo pasó. —Sí. —¿Tienes planes para el viernes? —El viernes —repetí—. No. —Perfecto. El viernes nos vemos, yo te envío un mensaje con la dirección del lugar donde te recojo. —Está bien… —susurré. Luego escuché el pitido de la llamada al colgar. Me quedé mirando a un punto fijo durante unos segundos mientras pensé; qué carajos fue eso. Me senté en mi escritorio y de repente caí en cuenta. Ese viernes era 31 de diciembre. Pero luego pensé; no tiene nada de malo, nos veremos en algún momento del día. De todas formas ya estaba pensando en la excusa perfecta para no pasar con ellos, supuestamente me iba con la familia de Josh, le advertí a mamá con suficiente tiempo