Aquella sonrisa cínica con la que me observaba mientras bailábamos en la fiesta de mi prima se me viene a la mente, seguida del odio que se reflejaba en sus ojos y parecía querer estallar hacia afuera cuando me miraba apoyado en el marco de la puerta de su casa, viendo como yo lloraba contando los segundos para que las puertas del ascensor se cerraran y se llevaran esa imagen de él, reemplazándola por una textura oscura y gris, que no generaba nada más que apatía.
Recordar esa escena y observar la expresión actual de su rostro hace que me cuestione sobre si acaso estoy viendo a la misma persona. ¿Quién es el real? ¿El Rafael superado que mostraba desinterés por mi llanto o aquel que me mira ahora con los ojos llenos de lágrimas al confesar que sus actitudes pasadas habían sido solo actuación? No tengo idea y lo que más duele es que s&e
- Te pregunté dónde estabas.Emily: En el bar con los chicos, ¿dónde voy a estar?Tomás: Ah, ¿sí? ¿Y por qué no viniste con el chofer?Emily: ME TRAJO FABIÁN PAPÁ.Exclamo elevando el tono de voz, harta de la forma en la que me trata. Pero al parecer mis palabras no lo convencen del todo, porque su expresión no cambia en absoluto y sigue observándome como un sheriff que tiene delante al sospechoso más buscado del barrio, pero no sabe cómo desenmascararlo.Emily: Llamalo y preguntale si no me crees.Digo para finalizar y subir, sabiendo que basta con enviarle solo un mensaje a Fabián para que finja haberme traído.…El lunes, mi celular suena antes de lo habitual y eso se explica con que no es la alarma lo que provoca el ruido, sino algo totalmente diferente.CHATS – Rafael."Emily".-
La vista que tengo ante mis ojos logra dejarme completamente muda y atontada, de modo que lo único que puedo hacer es mirar. Haber pronunciado mi nombre varias veces y no haber obtenido reacción alguna de mi parte, hace que él suelte una pequeña risa, gesto que me obliga a acomodar un par de palabras y formar una oración, aunque esta no sea de mucho aporte.Emily: No...no sé qué decir.Rafael (vuelve a reír): No te pedí que dijeras algo, dije que vengas.Frunzo el ceño, aun algo perdida en la situación y lo sigo. Tras dar varios pasos confirmo lo que sospechaba haber visto: un lago abandonado. Se me hace extraño ver un lugar así, de un entorno tan "salvaje" y descuidado, estando solo a unos minutos de la ciudad. Los ruidos de bocinas, autos acelerando sobre el asfalto seco y gritos humanos, ese mundo urbano y artificial parece ni conocerse en el espacio cuyos suelos blando
- ¡Hey, hola!Exclama emocionada saliendo de la cabina del ascensor, para luego darme un beso en la mejilla como saludo.Emily: ¿Cómo estás?- Bien (entrecierra los ojos)...no sabía que tenías algo con...Levanta las cejas como haciéndome entender algo y deja su oración sin terminar.Emily: ¿Quién? (Frunzo el ceño).- Mi primo.Aun sabiendo que tranquilamente podría decirle la verdad, por alguna razón se me da por ocultarla.Emily (río): No, no. Solo somos amigos, nada más.Analía: Ay, ¿en serio? No sabía.Emily: Si. Le vine a cocinar (invento como excusa, que ni yo misma me creo ya que todo el mundo sabe que cerca de la cocina soy una amenaza mortal).Analía: Ah, sí. Ahora que me fui debe costarle mantenerse solo, porque bueno..."hombres" (dice haciendo señas con
Rafael: ¿Quién?Pregunta entrecerrando los ojos, como queriendo ocultar su reacción tan obvia.Emily: Valentina.Rafael: No sé de quién me hablás (levanta los hombros).Emily: ¿Alguna vez te dijeron que no servís para mentir?Se muerde el labio, despeinando su pelo con la mano derecha.Emily: Bueno, si no vas a hablar me voy por donde vine.Rafael: Esperá, no flasheés. No es para tanto.Emily (lo interrumpo): "¿No es para tanto?" (Río). Ah, o sea que es verdad.Rafael: Pará, no es tan así. Yo cuando estaba con ella apenas había empezado a trabajar para tu viejo y (suspira)...en serio Emily, estás buscando problema donde no lo hay.Emily (me cruzo de brazos): Está bien, no me voy a perseguir.Habiendo escuchado esas palabras de mi parte, él suelta el aire acumulado, como si se le caye
No puedo mentir diciendo que esas pocas palabras enviadas por un simple mensaje insignificante no me afectan, hecho está que en verdad me duele leer aquello. Ya que, a pesar de que tenga un enojo inmedible hacia su persona, si su objetivo con ese breve comunicado fue hacerme sentir culpable o aunque sea un poco mal, lo logró.Pero, de todas formas, trato de no torturarme tanto y disfrutar el día que tengo por delante una vez habiendo abandonado la cama a la mañana siguiente. Al salir de la ducha, veo la notificación de una llamada perdida en la pantalla del celular y revisándola, logro saber que había sido emitida por un número desconocido, detalle que hace que ignore tal hecho y me dirija a la facultad sin dar más vueltas.Del resto del día conviene ni dar detalles, mi rutina me deprime hasta a mí misma. Una mañana de cuatro horas de anatomía con un profesor que duerme hasta al
Al comienzo no asimilo la información, no logro entender nada. Lo siguiente que mi mente se niega a hacer es aceptar que aquella noticia tiene relación alguna conmigo, más específicamente sobre el hecho de si el Rafael cuyo nombre resuena en mi cabeza es el mismo al que le decía "te amo" repetidas veces tan solo un par de días atrás. Cuando finalmente caigo en la realidad dura en la que me encuentro parada, noto que estoy muda y mis manos tiemblan de inseguridad.- Tengo que ir al hospital.Samira: Si, tranquila. Mañana vas, yo voy con vos, no te preocupes.Emily: ¿Mañana? Vos estás loca, ya mismo (anuncio para luego ponerme de pie y correr hasta el placard).Samira: Pará Emily, no te precipites. No podemos.Ignorándola por completo, saco una campera negra poco abrigada y un gorrito de lana gris.Samira: Emily.Emily: ¿Qué?
Me encuentro en una mini sala de espera, aguardando que la empleada que me acompaña termine de entregar su papelerío. A mis cuatro lados se abren pasillos, cada uno luce exactamente igual que el anterior, detalle que logra confundirme. Me toco la frente, pensativa, viéndome obligada a seguir esperando. Tardo bastante (seguramente debido a mi estado nervioso, cuyo funcionamiento ni siquiera sé si se realiza con normalidad en este momento) en notar acerca de la existencia de letreros colgados del techo, donde esos cuatro pasillos inician su recorrido. "Cardiología". "Neurología". "Psiquiatría". "TERAPIA INTENSIVA". Un escalofrío ingobernable recorre mi cuerpo con tan solo leer aquellas palabras, y mi reacción no solo se debe al miedo que me genera estar consciente de la seriedad de las mismas sino también al...quizás insignificante, pero a su vez inconfundible detalle de que lo que ahora estoy leyendo est&aac
Emily: ¿Qué noticias?- Bueno...está inconsciente. El impacto fue muy fuerte, tiene varias lastimaduras, pero lo más grave fue el golpe en la cabeza.Analía: ¿Grave en qué sentido? ¿Eso va a traer consecuencias?- No, no sabemos eso. Hasta que él no despierte, abra los ojos y hable no vamos a saber si eso le ocasionó algo o no.Analía: ¿Y qué es lo peor que podría pasar?- Alguna enfermedad cerebral crónica, pérdida de memoria...Emily: Ay dios.Interrumpo sin ser capaz de escuchar el resto de esa terrorífica enumeración. Imaginar a un Rafael que ni siquiera recuerde quién soy para él me rompe el alma y eso, sumado a que se convierta en un inválido me termina de destrozar.Retrocedo hasta tropezarme con el asiento y aflojar mis piernas, sentándome, para luego tomar mi cabeza c