Narrador.Matías salió a montar a caballo mientras el arrebol del amanecer le daba un toque hermoso al día combinado con el petricor que produjo la lluvia al caer en la madrugada, creando que de la tierra mojada saliera un aroma relajante, pero nada de estas agradables cosas que le brindaba la naturaleza la podía disfrutar, encasillado en su problema. A pesar de haber dormido abrazado a su esposa, no estaba conforme con cada cosa que pasaba y todo por culpa de ese hombre malviviente que no hace nada más que no sea dañar.«Ahhh, Ignacia…, Ignacia, eres mi único mal, uno que sin importar lo perverso y oscuro que sea me cuesta arrancar de mi vida»Una hora después llegó igual de mal como había salido, de nada le sirvió aquel paseo etéreo lleno de tranquilidad donde podía escuchar sus propios pensamientos, relajar su alma. Sin embargo, nada le daba paz solo ella, la mujer en la que le cuesta confiar, con la que siente en este momento mucho enfado, no ha sido ni siquiera capaz de besar sus
Narrador.Tras encontrarse solo en la cama, Tobías percibió una sensación de vacío, y no sabe por qué anheló encontrarse a Luisa entre sus brazos, pero era lo que en realidad deseaba más que nada que haya querido en la vida. Esta era la primera vez que ansiaba que una mujer con la que había follado amaneciera junto a él, si, por el contrario, no se acostaba hasta que su compañera sexual no se iba, y con Luisa fue tan distinto, se quedó dormido aferrado a ella, sin saber por qué la abrazó solo hizo lo que le nació en ese momento hacer.—¿En qué momento me dormí?— se preguntó así mismo aún lleno de incredulidad. —Luisa, ya te veré llorando por volver a mi cama, morrita deliciosa— chilló de felicidad levantándose con más energía que nunca. Tanta era su emoción que no se dio cuenta de que ya no temblaba incluso las ganas de consumir en ese momento no la sentía, todo lo que quería con fervor era verla a la cara y que corriera hacía él para plantarle un beso de buenos días.Entusiasmado a
Narrador.No importó cuanto Sebastián huyera de Claudia fue totalmente un fracaso, esa mujer es insistente hasta cansar; él huía para no tener que escuchar sus gritos y reclamaciones. Lo esperó parado frente a la puerta en la habitación en la que duerme él lejos de ella por el hecho de que no ha querido tocarla más y a pesar de que ella supone que su falta de interés se debe a que Ignacia se interpuso entre ellos, y la realidad es otra. Sebastián la evita todo lo que puede para que ella no esté insistiendo en tener un hijo.Él en sí, aunque no lo deje ver a otros está mal, nunca fue su prioridad ser padre, de hecho, ni le gustan los niños, pero eso a saber que nunca podrá tener hijos propios lo deprimió por completo.«No tengo por qué preocuparme, de todos modos, para todos ya tengo a dos mocosos» Pensó prometiéndose a sí mismo que ese hecho nunca debe cambiar porque el mundo debe seguir creyendo que es un hombre capaz, así se muera internamente; sin embargo, eso evitará que carg
Narrador.—Como si tuvieras una, — Iván torció la boca en un gesto de incredulidad, y se quedó viendo fijamente a Tobías quién asentía con rapidez— ¡anja cómo no! — se mofó, diciéndole a su manera que era un completo mentiroso.—Matías tiene varias avionetas y yo he manejado una recientemente.Tobías hablaba libremente, ya que no es de estar guardando sus secretos y Matías se pasó la mano por la cara a medida que se aclaraba la garganta para atraer la atención de su empleado, en cambio, él seguía muy absorto en su diálogo con Iván, puesto que le estaba gustando mucho la actitud de ese niño.—Tobías como quieres perder la jeta—le amenazó a su manera y Tobías en cuanto entendió que se había dejado manejar por la intensidad del momento paró abruptamente de hablar. «¡Mierda!, me va a asesinar don John» quiso pegarse a sí mismo en la boca. Con esa amonestación que le hizo Matías Luisa comprendió correctamente que Matías parece ser el líder de una banda de malhechores o algo parecido, ya
Narra Ignacia.En realidad, quiero estar segura antes de decirle que Iván es su hijo a pesar de que no soy tonta y sé que la prueba que me espera es grande y dolorosa. Ya que desconfía de mí sin tener conocimiento de esa verdad y sin importar cuán sincera será con no sé y temo a imaginarme que va a pasar cuando le confiese que le oculte la existencia de nuestro hijo y no obstante eso, sino que le elegí cómo padre a un hombre que él odia con mucha intensidad.—Y si yo saliera embarazada, ¿lo apartarías de mí?— Mis lágrimas salieron sin que me lo propusiera, la sola idea me duele. Soy una madre muy dedicada y entregada, tal vez soy de este modo porque ansiaba que mi madre fuera la mitad de buena de lo que soy yo, pero eso era demasiado pedir, a pesar de que tarde lo comprendí. Su falta de amor se debía a que no era en realidad la madre que me dio la vida y por más de 29 años justifique su manera de ser, puesto que suponía que ella era una persona fría y tan superficial con nosotras de
Narrador.—Debes correr más despacio— le aconsejó y ella asintió muy obediente— venías muy rápido, mira que te ha tropezado.—No he tropezado, creo que resbale, — la nena le restó importancia y volvió a decir— papito me permites que le diga abuelito a tu papacito, Iván dice que hay que pedir permiso, pero él me dice que es mi abuelito— ella se quejaba y Matías sonrió; sin embargo, antes de responder volteó a ver a Ignacia como quien le pregunta con la mirada "¿te molesta?"—Que lindo mi amor, — respondió ella a la niña para dejarle ver a él que nada de eso le afectaba, lo único que sí la tenía a punto de orinarse es el hecho del parecido tan grande, pero entonces se enfocó en Camil dándose cuenta de que la niña por igual posee rasgos parecidos.«Puede ser casualidad» se tranquilizó a sí misma, soltando un largo suspiro.—¡¿Lo puedes creer mamita?!, tengo otro abuelito más— la emoción de la niña provocó que todos sonrieran escuchando atentamente esa vocecita tierna que causaba una sens
Narra Ignacia.No tenía razón para estar enfadada, pues es solo una ex, y quizás él tuvo muchas antes de esta boda conmigo, pero aun así me siento incómoda.—Señora Ignacia vaya con los demás, aquí hay personal suficiente para hacer estos tipos de cosas— me pidió India cuando me vio enfocada en exprimir naranjas, y aunque es con una máquina igual quería encontrar la forma de ocupar mi mente.—Créame señora India, me siento mejor aquí con ustedes— la miré a ella y a Daniel que estaba sentado en el comedor de los empleados disfrutando de una taza de café y me limité para no empezar a preguntar sobre todas las dudas que me cargo.Estaba tan ensimismada que no me di cuenta en el momento que me habían dejado completamente sola, y salí de mi aturdimiento cuando unos brazos me rodearon desde atrás, haciéndome sentir un pecho duro y firme a mi espalda y por el aroma que me embriagó no tenía que girarme para saber qué se trata de Matías, y en serio que me sorprende esta actitud cuando no hace
Narrador.Entre la nueva preocupación de Matías por la visita poco deseada de su primo el intruso y por los sosiegos del negocio que ahora estaba siendo un punto para las dudas de las autoridades, se concentró en poner todo en orden, mientras que Ignacia quedó sin habla cuando se le dijo que tenía visita, no podía creer que eso fuera cierto y salió hacia afuera, ya que pidió a los guardias que custodian la entrada que no la dejaran pasar.—¿De esta manera recibes a una persona?, ¡qué falta de educación!— le objetó Claudia con una sonrisa irónica en los labios, aparentando que no le humillaba esa forma tan indigna en la que Ignacia la trataba.«Maldita si no te necesitara te habría dicho unas cuantas verdades» refunfuñó internamente hirviendo de ira.—¡Qué cinismo! — Ignacia sonrió incrédula y sin una pizca de emoción, aún le costaba creer que esa mujer tan canalla estuviera frente a ella— dime que quieres o te vas largando ya, no dejo que animales ponzoñosos entren a mi casa.Claudia