Narra Matías.Ella se quedó viéndome como si esperase más de mí, al parecer quería que dijera algo más que solo esa palabra que a su entender no le daba sentido a nada, simplemente una sola impresión de mi parte y una risa cargada de ironía, pero no tenía nada más para decir.—De todo lo que he dicho, ¿qué te causó gracia? — preguntó con seriedad mientras negaba con la cabeza y vi como mi falta de palabras la estaba consumiendo.—¡Todo!, como el hecho que supongas que por montar este numerito no seguiré adelante con mi propósito. — Acepté la bofetada, esta vez no me enfadé ni le expliqué con tono agresivo, qué tanto me molesta que me golpeen en el rostro, solo la dejé sacarlo todo, su respiración pasó a estar acelerada y se colocó ambas manos en la cintura, dio media vuelta y luego me señaló con su dedo índice.—Hay una diferencia entre una acción deliberada y otra malintencionada, ¿no crees? —, se agachó nuevamente acercando su rostro hacia mí: — Bien te concedo razón de ser este ogr
Narra Matías.Había una mirada decidida en sus ojos y unos provocadores movimientos de sus caderas sobre mis piernas. Yo la había fastidiado en vano porque al parecer ella quería un poco de venganza. Algunas parejas se castigan el uno al otro con dolor y aislamiento, pero nosotros no parecemos entrar en esa categoría, sino que lo hacemos al contrario "con el placer"Empezó a bajarme la cremallera sin perder la conexión visual conmigo, luego metió la mano debajo la pretina de mi bóxer y con sus finos dedos rodeo mi hombría, obligándome a cerrar los ojos. —No creas que tener tu boca sobre mi verga cambiará nada.Claro que lo haría, ¿a quién demonio le quería mentir?, había soñado infinidades de veces con un momento como este, Ignacia se había entregado a mí, pero nunca fue capaz de regalarme una caricia por ansias propia, y eso, aunque finja que no causa una ignición en mí. Yo nunca habría sabido lo mucho que me gustaba esa sensación de no ser por ella. Su sonrisa era pura malicia.
Narra Matías.Contuve la respiración, atormentado por la sensación de los labios calientes que subían y bajaban por mi polla embravecida. Se estaba esmerando, ahora, excitándome con los fuertes movimientos de su puño. Se habían acabado los preámbulos y las provocaciones. Quería que me corriera. Ya. El deseo de tomarla y embestirla era desgarrador. La agresividad iba creciendo dentro de mí como un terremoto, obligándome a tratar de controlarme. Apreté la mano sobre la nuca y traté de hacer que fuera más lenta. Después, me rendí y empecé a moverla, instándola bruscamente a que chupara más rápido y con más fuerza. Tenía la mente nublada por la necesidad de copular, pero estaba el dilema de mantenerme firme o doblegarme por completo, siendo el títere absurdo de esta diabla, no obstante, levantarla y pedirle que se vaya no es una opción, la quería follar, pero a mi manera siendo yo quien domine como león a su hembra no viceversa. Sentía un hormigueo en la espalda. Las pelotas se me
Narrador.Ignacia y Matías iban llegando al majestuoso espacio con toques de palacio antiguo, pilares y estructuras que la dejaron admirada.—Este salón es precioso — miraba todo maravillada sin poder cerrar los labios y Matías se admiraba con sus ojos de ese brillo que emiten cuando algo la deslumbra.—Nada se compara con tu belleza— aseguró anonadado sin dejar de verla dejando en su descuido que ella notase lo enamorado que está.En cambio, a ella se le erizó la piel y sus capullos se endurecieron notándose a través de la tela suave del vestido, él lo vió y se estranguló el labio inferior con los dientes.—Es mejor que ingresemos antes de que pueda arrepentirme— ella no comprendió a qué se refería pero acepto conforme y enganchada del brazo de su esposo, entró al salón luciendo un vestido azul eléctrico de espalda totalmente descubierto y en la parte delantera el escote tipo v dejaba ver el volumen de su pecho, le cubrían los pies y en la pierna derecha tenía una discreta abertu
Narrador.Envidia, celos, enfado, y decepción todos estos sentimientos negativos tenía Sebastián cuando decidió aprovechar que Claudia estaba muy enfocada en disfrutar de los bocadillos y la bebida para ir en busca de Ignacia. Entonces como no podía ingresar a los baños para damas se quedó recostado de la pared de lado afuera y en cuanto ella salió la tomó del antebrazo.La envidia se la generaba verla tan radiante como nunca lo fue con él; envidiaba a Matías por tener lo que no tuvo el debido a que Ignacia por estar pendiente a los niños, muchas veces no se arreglaba como ve que lo hace estando con Matías, pero en parte era porque a ella no le nacía hacerlo, ya que las veces que lo hacía él ni la elogiaba y si le provocaba interés sexual el romanticismo era nulo y los juegos previos por igual.Los celos también se debían a qué volteó a ver a su actual esposa que antes al ser su amante veía con ojos distintos, suponiéndola mejor porque Claudia lo acompañaba a la disco, y a lugares q
Narrador.—Mi padre debía mucho, y cuando las personas que venden eso en los callejones exigieron su pago él mató a uno, entonces la pandilla completa fue a mi casa y acabaron con todo, en realidad ellos no querían dañar a mi mamá, pero ella se interpuso en el mismo momento que uno le tiró con una navaja a mi padre, aunque no sé por qué lo protegía si no hacía más que dañarnos igual dió su vida por él —, ella se agarró la cara con ambas manos aguantando sus codos entre las piernas— se dice que una madre lo da todo por sus hijos, pero ella vivía más pendiente a mi padre que a nosotros y aún no puedo comprenderla. Mira a Ignacia, ella es un ejemplo, lo da todo por sus hijos, aunque eso signifique sufrir, ser mala o perversa, no hay una cosa que haga que no sea poniéndolos a ellos en primer lugar, yo, aunque no soy madre, hago lo mismo con mi hermano Enso; él es mi prioridad.—Perdónala, simplemente quédate con lo bueno es tu vieja, yo a la mía la quiero un chingo, aunque ella a mí no.
Narrador.Procedió hasta quedarse completamente desnuda, se subió a la cama y se le montó encima para besarlo; el beso fue tan cargado de ternura que Tobías se sentía como niño pequeño tomado de la mano, siendo guiado por un adulto, con el cual se sentía protegido y seguro, dos sensaciones que nunca antes había conocido.Matías era como un padre para el que por momentos le brinda seguridad y tranquilidad, pero no al 100% porque Matías igual se sentía tan desprotegido como él.Luego ese beso pasó a ser tan apasionado, que le robaba el aliento. Pero eso no quitaba que lo regresara con el mismo fervor, mientras sus manos acarician el trasero y la espalda de Luisa que a cada momento gemía y hacía para atrás sintiendo más las caricias.Cuando ella se hizo para atrás, las manos de él cambiaron de posición para acariciarle los pechos y con sus dedos estrangularlo un poco y ella solamente gemía del gusto que le causaba.Tobías se mostraba dulce, no la tomaba como una de esas mujeres de las qu
Narrador.Matías salió a montar a caballo mientras el arrebol del amanecer le daba un toque hermoso al día combinado con el petricor que produjo la lluvia al caer en la madrugada, creando que de la tierra mojada saliera un aroma relajante, pero nada de estas agradables cosas que le brindaba la naturaleza la podía disfrutar, encasillado en su problema. A pesar de haber dormido abrazado a su esposa, no estaba conforme con cada cosa que pasaba y todo por culpa de ese hombre malviviente que no hace nada más que no sea dañar.«Ahhh, Ignacia…, Ignacia, eres mi único mal, uno que sin importar lo perverso y oscuro que sea me cuesta arrancar de mi vida»Una hora después llegó igual de mal como había salido, de nada le sirvió aquel paseo etéreo lleno de tranquilidad donde podía escuchar sus propios pensamientos, relajar su alma. Sin embargo, nada le daba paz solo ella, la mujer en la que le cuesta confiar, con la que siente en este momento mucho enfado, no ha sido ni siquiera capaz de besar sus