Maya llegó a la mansión de los Aetós con su pequeño en brazos y las señoras de limpieza de la casa la colocaron en una habitación de servicio, la más pequeña de todas, apenas un espacio reducido de dos por dos metros, donde solo cabía una cama individual, y sin ventilación, eso la hizo ir a reclamarle al ama de llaves, mientras dejó a su hijo acostado durmiendo. Ella caminó hacia la cocina donde estaban las mujeres cenando.Apenas la vieron, su actitud era hostil, la miraban con profundo odio, ella sabía que el trato de esas personas fue inducido por Leonor, ella se encargó de mal ponerla y hacerla quedar como una mujer mala, que se vendía por dinero, y aunque ante los ojos de la gente pudiera ser así, eso no era verdad y estaba cansada de cargar con ese estigma y sobre todo que su hijo arrastrara con eso, él era la persona más inocente en esa ecuación.—¿Qué hace aquí? ¿Qué se le ofrece? ¿Acaso la habitación de la señora no está a su gusto? —pronunció una con burla sin dejarla hablar
Maya regresa con Eton a la casa, hizo el trayecto a pie, sosteniendo a su pequeño con fuerza en su pecho, a pesar del chiquillo no ser tan liviano de peso, a ella no le importó, recorrería el mundo entero si fuera necesario con su hijo, después de cuarenta minutos llegó a la casa, las mujeres de servicio la miraban con odio, —Menos mal que ya viene la verdadera dueña de esta casa —pronunció una de las mujeres de limpieza, haciendo clara alusión a Leonor, Maya se quedó callada, no quería iniciar una nueva discusión con ellas. Entró a la habitación, recostó a su hijo y esta vez suspiró feliz. —Te prometo que estarás bien hijo, mamá hará hasta lo imposible por cuidarte y obtener el dinero, para que puedan operarte, solo unos días y esta pesadilla terminara —expresó dejando un beso en su frente. No quiso irse a la habitación que le asignaron, le daba miedo que una crisis atacara a Eton y ella no pudiera estar cerca para auxiliarlo, así que se hizo espacio a su lado en la cama, sin deja
Cuando Calix, el chofer, lo escuchó discutiendo con Maya, tomó el auto y regresó al centro médico donde se hizo la prueba de laboratorio, quería preguntarle a la persona que sucedió con esos resultados. «¿Acaso fue Leonor quien manipuló las pruebas?», se dijo mentalmente dispuesto a ayudar a la chica y a su hijo, de solo pensar que la fueran a echar le causaba lástima.*****Por su parte, Arion entró a su despacho y se sirvió un trago de whisky, pero su rabia era tan grande que lo terminó estrellando contra la pared, después se sirvió otro, se lo tomó de un trago, se sirvió dos más seguidos tratando de mitigar la rabia que sentía por el engaño de Maya.—¿Cómo se atreve esa mujer a decir que ese niño es mío cuando las pruebas de ADN estaban allí? ¡¿Cómo pude ser tan idiota?! —dijo en voz alta tratando de contener su enojo.Ante sus propias palabras su conciencia lo incordió «Eso no tiene sentido, si ella sabía que tenías los resultados, ¿Cómo se iba a atrever a mentir? Debiste verlo, e
Arion se despertó con un terrible dolor de cabeza que le atravesaba la base del cráneo, producto de la resaca de la noche anterior. Pese a haber despertado, se mantuvo con los ojos cerrados tratando de recordar la noche anterior, no obstante, tenía muchas lagunas y brumas en su mente. Recordó su discusión con Maya y como la echó de la casa. Al recordar eso, un gemido de tristeza salió de sus labios, sintiéndose por un momento angustiado.Después recordó que la mandó a buscar, y cuando llegó, él le pidió ver a Eton. Luego todo era confuso, fueron a la habitación porque Maya lo arrastró hasta allí y pasó la noche con ella, pero no recordaba bien, tampoco vio al pequeño. Abrió los ojos buscándola con una sonrisa, al sentir la pierna de una mujer, sin embargo, ese tacto no le resultaba agradable, cosa que no le pasaba cuando estaba con Maya, vio la habitación y se dio cuenta que no era la suya. Cuando levantó la mirada y observó la cara de la mujer a su lado, no era Maya, era Leonor, se
Arion salió de allí del consultorio médico consternado con esa noticia, aunque aparentemente, Leonor estaba igual, miraba a un punto fijo frente a ella y cruzaba los brazos al mismo tiempo que negaba con la cabeza y hablaba sola.—¡Eso no es posible! —exclamó la mujer sin poder creerlo.—¿Quién es el padre de tu hijo? Te aconsejo que no me mientas porque dependiendo de tu respuesta le haré una prueba de ADN a tu hijo. Ya vi que eres una mujer poco confiable, capaz de hacer cualquier cosa, mal pusiste a toda esa gente en contra de Maya, dime ¿Cuántas otras mentiras te has inventado de ella? —mientras le hacia la pregunta, no podía evitar la rabia bullendo en su interior—. Te inventaste lo de los amantes… y no vengas a decirme que no son inventos, porque ya sé que Maya no estuvo con ningún otro más, sino solo conmigo, dime ¿Por qué odias tanto a Maya?—Yo no la odio, es ella quien me odia a mí, me tiene envidia y… —Arion la interrumpió.—¿Cómo puedes ser tan descarada? Ya no sigas fingi
Arion recibió la noticia, y su impacto fue semejante así le hubieran propinado un duro golpe en el estómago, sintió que le sacaron todo el aire, no podía creer ¿Cómo que no era hijo de Theo Aetón?, se negaba a creer que su madre hubiese sido capaz de engañar a su padre.—Usted debe estar equivocado, mi madre no pudo serle infiel a mi padre. Ella no hubiera sido capaz de hacer eso… ella era una buena mujer… debe existir un error… eso es falso, debe repetir esa prueba —pronunció pasándose las manos por la cabeza en un gesto de desesperación, se negaba aceptar — ¿Aún tienes muestra genética de mi padre? —preguntó en tono serio.—Si aún las tenemos.—Entonces, realíceme de nuevo esa prueba… porque aceptar esos resultados que usted me está diciendo, es reconocer que mi vida siempre ha sido una mentira ¿Sabe lo que significa? Que por eso Theo Aetón y yo nunca pudimos vivir en armonía, siempre hubo disputas entre nosotros y se hizo imposible llevarnos bien y durante toda mi vida me he sentid
Arion no supo cómo salió de allí, los pies le pesaban como si le hubiesen colocado plomo en ellos, las lágrimas brotaron de sus ojos, todo le parecía un mal sueño, algo que le estaba sucediendo a otra persona. Se subió en el auto y lloró de manera amarga.Hizo su recorrido de regreso a la mansión y con cada kilómetro descontado para llegar allí, sus lágrimas, su dolor, se iba convirtiendo en odio hacia todos, hacia Theo, Leonor, por haber traicionado la confianza de Maya, contra los sirvientes de la casa por haberse ensañado hacia ella, contra sí mismo e incluso contra la propia Maya, porque le había hecho creer lo que no debía. ¿Qué iba a pensar luego de escuchar esa conversación con su padre? Las palabras de ese día se abrieron paso en su mente. «Está bien Theo, es verdad, si te deseo mucho… te juro que no sabía que ese hombre era tu hijo… de haberlo sabido jamás me habría entregado a él, lo hice con él, como podría haberlo hecho con cualquiera ese día, además, él no significó nada
Una semana despuésArion yacía en su habitación, con las cortinas cerradas, las luces apagadas y acostado en la cama, a veces viendo hacia el techo y otras se quedaba largo tiempo mirando la fotografía, le pasaba la yema de los dedos a la imagen, mientras su mente, quien sabe si para soportar el dolor o martirizarlo más, se imaginaba que vivía con ellos.“—Hijo, ven con papá —el pequeño levantaba los brazos, él lo subía a sus hombros y simulaba ser un avión.Él corría por el jardín riéndose a carcajada con su hijo, al mismo tiempo Maya, los observaba sentada debajo de un árbol, con su abultado vientre,—Papá, llévame a recoger flores para dárselas de regalo a mi mamita —decía el niño.—Vamos a ver quién recoge las flores más hermosas para regalárselas a tu mami —bajó a su hijo de los hombros y juntos corrieron, recogieron las flores y salieron a dárselas a Maya que los veía sonriente, estaba feliz, mientras una de sus manos posaba en su vientre.Ella los veía, los besaba a ambos y él