—El investigador también averiguo que Santiago es un apostador empedernido, incluso por eso lo echaron de su trabajo. —¿¡Qué!? —¿No lo sabías? —No... Él me dijo que renuncio para hacerse ayudarme en Rose Green... —Explica sorprendida. —No fue así. Lo echaron porque tomó dinero de la caja menor sin permiso para pagar sus deudas de juego. —¿Juego? Pero eso no es posible... Él nunca ha ido a un casino. Que yo sepa no tiene ningún vicio... —Te equivocas Lu. Es un apostador nato, pero lo hace de forma clandestina y privada. Muchas personas de clase alta, para no ser vistos, van a reuniones privadas, donde apuesta y juegan toda la noche. La mayoría de esas reuniones ocurren en hoteles y las disfrazan como conferencias. No se como Santiago lo hizo, pero se relacionó con varios jugadores, y lleva años haciendolo. —Dios... —Lo curioso es que, se sabe cuidar muy bien. El investigador tuvo que ser muy hábil para conseguir esta información. Lorena parece que tampoco sabe nad
Lucia, que observaba fijamente el techo de su habitación mientras estaba tendida en la cama boca arriba, no dejaba de pensar en todo lo que había sido su vida. Repasaba y repasaba cada momento que vivió al lado de su esposo y su hermana, y solo entonces, se dio cuenta de que siempre hubo señales, pero ella simplemente estaba muy conforme en su mundo mentiras y no quería verlas. Toc-toc, se escuchan un par de toques en la puerta... —¡Adelante! —Indica sabiendo que es Gregory. —¿Quieres hablar? —Pregunta el hombre desde la puerta sin entrar, luego de pensar por un largo rato como debía actuar, llegando a la única conclusión de que solo quería apoyarla. Lucia se levanta rápidamente de la cama, y se sienta, dándole toquecitos al colchón para indicarle que se ubique junto a ella, pues hasta ese instante en que Gregory le pregunto si quería hablar, fue que cayó en cuenta de que posiblemente su actitud podía estar afectándolo a él, al no saber que sentía o porque estaba tan pens
Un par de días después, estaban reunidos Santiago y Lorena, junto a Gregory y Lucia, en la sala de reuniones de Rose Green —Los hemos citado, porque queremos informarles que las prendas están listas. También queremos agradecederles por la confianza, puesta en nosotros. Han sido como una moneda de buena suerte, que hemos encontrado en el camino. No se puede negar que su confianza, ha sido la puerta para que otros clientes entren a nuestra casa, y también confíen en nosotros. —Afirma Lucia, que termina su discurso, después de mostrar un pequeño desfile para Gregory y Lucia, con los uniformes creados para los empleados de Vinicius. Lucia, que observa fijamente a su hermana, no puede esperar para anunciarles que están pensando en cancelar el contrato con ellos por el escándalo que en unos minutos está a punto de explotar, pues Mariano se encargó de que la noticia de la infidelidad de Santiago, fuera publicada a la misma hora en que habían sido citados por ellos. Gregory que mir
Lorena y Santiago se habían desvelado toda la noche, pensando en una manera creíble de liberar responsabilidad, llegando a un acuerdo, culparían a Marcela, después de todo ella era la tercera en discordia. *** Gregory que había recibido un mensaje, donde le notificaban la rueda de prensa que darían Lorena y Santiago en poco menos de una hora, le cuenta a Lucia que también había recibido un mensaje, pero por parte de Santiago que afirmaba quería explicarle lo sucedido, y por eso le pedía verlo luego de la rueda de prensa. —¿Iras? —Le pregunta Gregory. —¿Por qué no? Siento curiosidad... —Si te soy sincero, no me gusta la idea de que te encuentres a solas con él. —¿Celoso? —Bromea la mujer... —No, es solo que no me genera confianza. —Asegura Gregory que tenía varias sospechas de Santiago por el tema de los seguros de vida. —Tranquilo, me sé cuidar... —Lo sé, solo llama si necesitas algo. ¿De acuerdo? —La mira y le da un tierno beso en los labios, para luego abra
—¿Tu muerte? —Sí. Macarena, me contó que mi muerte al final fue catalogada por la policía como un suicidio, pero eso no tiene sentido, yo jamás dejé una nota de suicidio ni compré seguros, además todos hablan del pago de seguros a Santiago, pero sí para todos me suicide, no debieron pagarle nada, además, ¿por qué rayos inventaron eso? —Se toca la cabeza. —¡Ahhh! —Se queja mientras una rápida imagen, aparece en su mente, del día del accidente… ella manejaba y parecía muy asustada… —¿Lucia estás bien? —Le pregunta Gregory de inmediato, y aparece Macarena por la puerta, muy preocupada. —Escuché un grito, ¿qué pasa? ¿Lu, estás bien? —Se acerca a ella, y Mariano, que también estaba en el apartamento de Macarena, pues quiso acompañar a Gregory apenas recibió la llamada, se asoma, después de escuchar el porqué se había desmayado Lucia de boca de Macarena. —Gregory, creo que lo mejor es aclarar todo. —Interviene y Lucia, que intenta levantar la cabeza con dificultad, lo mira.
.—Quiero que averigües donde vive una persona... —Ordena Santiago a uno de los hombres que últimamente había contratado, para hacer sus trabajos sucios, pues el vicio de las apuestas no lo había dejado, por el contrario, incluso en eso su suerte había cambiado, y en ese mundo necesitaba gente que pudiera mantener a raya a los deudores. —De quién se trata, señor... —De una mujer llamada Lucia Ricci. —Si señor. —Quiero que la vigiles, que averigües su pasado, que me digas todo de ella. ¿A dónde va? ¿Con quién se ve? En que lugar se encuentra... Todo... —Si señor. —Afirma el hombre que estira la mano para recibir la foto de la mujer que le ofrece Santiago, y sale de inmediato al ser interrumpidos por Lorena, que irrumpe en la oficina, mirando con sospecha al hombre que sale y que jamás había visto antes. —¿Quién es ese hombre? —Pregunta de inmediato. —Un nuevo empleado. —Dice Santiago y se coloca a ojear unos papeles. —¡Aja…! Ya... —Exclama, mientras chasquea la l
—¿Sigues preocupado por Lucia? —Le pregunta Mariano que estaba en la sala de la mansión junto con Gregory que parece pensativo. —Me preocupa que actúe precipitadamente, y salga lastimada nuevamente. —En casa de Macarena se veía muy afectada. Es lógico que quiera lastimar a quien intentó matarla. —Lo sé, solo no quiero que sea ella quien termine mal. —Te importa mucho, ¿cierto? —Le pregunta su amigo que lo mira detenidamente y él finalmente le devuelve la mirada mientras asiente. —Y si te importa tanto, por qué no formalizas la relación. —¿A qué te refieres con eso? —Bueno, me dijiste que tenían una relación donde dejarían que las cosas fluyeran, sin etiquetas. —¿Y? —Que tal vez deberías proponerle que sean… pareja formalmente. —¿Por qué te interesas en mi vida personal? ¿Acaso no eres tú el que vive pronosticando que nada de relaciones serias? —Le dice Gregory que lo mira con ceño fruncido, para después levantarse e ir al minibar a servir un par de whiskys.
Santiago, que estaba en su oficina, encerrado y desesperado, no dejaba de mirar la carta que había recibido. Un vaso de vidrio en el que tomaba whisky, termino roto en el suelo, producto de la so sobra. Lorena, que entra a la oficina, al escuchar los cuchicheos de varios empleados sobre el mal genio de su prometido, no duda en entrar, mientras desde afuera es observada con sigilo por Rupert, que últimamente no se hacía notar mucho, pues observaba de lejos muchas cosas que no le encajaban últimamente.—¡Otra vez, enojado! —Comenta Lorena con sarcasmo, mientras él levanta la vista para verla de mala gana. —¿Y qué te pasó ahora? ¿Acaso fuiste rechazado tan rápido por Lucia? —Se burla, y Santiago estira su mano con la carta, mostrándosela. —¿Qué es esto? ¿Una broma? —Pregunta seria, y arroja el trozo de papel a la cara del hombre. —Si lo es, no es gracioso. —¿Me crees tan estúpido como para hacer una broma de este tipo? —Le dice muy irritado. —Entonces, ¿quién la envío?—Crees que si l