—¡Vaya! ¡Hasta que por fin llegas! Gregory acaba de irse. —Le dice Mariano a la mujer quien observa de espaldas mientras subía por las escaleras. —Pronto lo alcanzaré. —Se gira dejando sorprendido en el buen sentido a Mariano. —¡Mujer! Te ves muy bien con ese estilo —Gracias, aunque espero verme más que solo "bien" esta noche. —Sube a su habitación, toma una ducha rápida, se viste y maquilla, observando en el espejo a la mujer deslumbrante en que se había convertido. Baja al cabo de unos cuarenta minutos, y Mariano, que la esperaba para llevarla, queda completamente anonadado por la belleza de Lucia. —Te juro que si no fueras mi amiga, coquetearía contigo. —Bromea el hombre y hace que Lucia se sonroje. —¿Eso significa que me veo bien? —Más que bien... —¿Crees que a Gregory le guste? —¿Por qué? ¿Te preocupa no gustarle? —Le pregunta con doble intención, pero no es lo que él piensa. —Bueno, se supone que soy su prometida; además, si le gusto a él, que parece un
Santiago, que hace evidente su molestia, mira a Gregory de forma diferente. Quizás un poco retador, mientras a Lorena ni siquiera le dedica una mirada, después de haberle mentido con descaro, y permitir que lo estuvieran haciendo sentir como un completo imbécil. —No sabía. Pero espero que se interesen más por comprar las prendas, por su calidad y belleza, y no simplemente por haber tenido una relación en el pasado con mi novia. —¡Por supuesto! —Contesta, Gregory. —Además, es algo del pasado. Lo de Lorena y yo fue algo… Sin importancia. —Admite tan cruelmente que Lorena no puede evitar sentirse lastimada, pero no dice nada porque no quiere agravar la situación con Santiago. —Sin embargo, si compro o no la colección, dependerá única y exclusivamente de Lucia. —Acaricia dulcemente su mejilla, lo que molesta a Lorena que está llena de sentimientos encontrados. —¿Qué dices amor? ¿Te gustaron las prendas? —Tendría que ver el resto del desfile. —Afirma y Santiago sabe que para log
—Ven conmigo. —Lucia toma del brazo a Macarena, y empieza a acompañarla a la salida, parando el bochornoso incidente, pero los invitados están suficientemente consternados, y varios empiezan a levantarse de sus asientos y a recoger sus cosas. —Santiago, haz algo. —Le pide Lorena, al ver lo que pasa, pero Santiago permanece inmóvil sin saber qué decir. —¡Tranquila! —Le dice Gregory que no sabe en qué momento subió al escenario, y toma el micrófono. —Señores por favor... Mi nombre es Gregory Charmes, quizás no me conocen, pero soy el dueño de "Vinicius"... Así es, la empresa que fabrica el vino que ahora degustan. —Murmullos se escuchan, entre la multitud. —Y créanme, yo personalmente me he asegurado de que esta talentosa diseñadora que ven hoy aquí, parada frente a ustedes, creara cada una de las prendas que les fueron mostradas el día de hoy. Yo personalmente pedí la creación de esta colección, con la intención de regalársela a mi novia. Es por eso que nuestra querida Lorena
—¿Te parece si hablamos en privado? —Le dice Gregory a Lucia. —¿Es necesario? —Le pregunta con sarcasmo. —Sí. —Puedo irme, si te estoy causando algún problema. —Dice Macarena, que no quería ser la tercera en discordia. —No, quédate. —Le dice Lucia y se dirige hacia Mariano. —¿Puedes quedarte otro rato con ella haciéndole compañía? —Encantado. —Dice con una enorme sonrisa, pues Macarena había llamado su atención desde que la vio, y un coqueto como él, no perdería la oportunidad de estar otro rato con ella. ... —¿Me puedes explicar qué pasó exactamente cuando te llevaste a Macarena de la fiesta? —Le dice Gregory apenas entran al estudio, y cierra la puerta. —Estaba muy nerviosa al verme. Junto a Rupert, el abogado de Rose Green, la llevamos a afuera, él recibió una llamada, y yo, simplemente no pude aguantarme, me emocioné al verla, y le conté quién era. Le dije que le explicaría todo más tarde. Llame a Mariano, que por suerte estaba cerca, y le pedí que la trajera a
—¿Me puedes explicar que carajos pasó anoche? ¿Por qué no hiciste nada? Si no hubiera sido por Gregory, mi reputación estaría por el piso. —Le reclama Lorena de muy mal humor a Santiago, quien tampoco tenía cara de buenos amigos. —¿Eso debería preguntarte yo a ti? ¿Qué pasó?, por qué me mentiste con descaro cuando te pregunte por Charmers? —Se cruza de brazos, mirándola con los ojos entrecerrados, mientras la mujer termina de desayunar. —No me pareció importante... —¡¡¡Ah!!!, no te pareció importante, contarme que tu exnovio es el cliente más importante que tenemos. —Tira los cubiertos sobre el plato, asustando a Lorena, que pego un leve salto de la silla. —Me hiciste quedar como un completo imbécil. —Entonces estamos a mano. Yo no te conté la verdad, y tú no te comportaste como el hombre que debiste ser. —Se levanta furiosa de la mesa. —¿Qué quieres decir con eso? —Le pregunta de mala gana, pero ella le da la espalda y se encierra en la habitación. —Ven acá ahora mismo
Gregory que ha tenido un día terrible, luego de viajar durante horas, decide tomar un baño, y acostarse, con la firme intención de descansar unas cuantas horas, y estar listo a primera hora para lidiar con todo lo que se avecinaba. Antes de irse a la cama, decide llamar a Lucia, para ver como va todo, pero se preocupa al no obtener una respuesta. Mira su reloj, pensando que quizás sea muy tarde allá, pero por la diferencia horaria, apenas y son un poco más de las 9:00 pm, lo que le hace pensar que Lucia, no es alguien que esté dormida a esa hora, pero asume que puede estar molesta con él. Llama entonces a Mariano, quien le informa que Lucia está en una cita con Santiago, y eso altera su tranquilidad. —Supongo que tienes muy claras tus prioridades. —Comenta en voz alta, refiriéndose a la mujer que ayer estuvo a punto de acostarse con él, y hoy simplemente salía con su ex. Parecía que estaba aprovechando muy bien su ausencia, y eso lo molestaba, pero también le había ayudado a t
Santiago, esa noche de camino a casa. Se debatía en lo que debía hacer. Lorena no dejaba de llamarlo por videollamada, seguramente para confirmar que era verdad lo que él le había dicho. Muchos mensajes llegaban a su teléfono, al no contestarle y eso significaba una sola cosa, debía querer matarlo. Sin pensarlo más, decide hablar claro con la mujer que lo esperaba muy enojada en la sala. —¿Por qué putas no contestabas el teléfono? ¿Con quién estabas? —Le reclama muy alterada. —Porque estaba con Lucia Ricci, la novia de tu ex. —Lanza sin más, mientras se quita el saco y lo deja caer sobre el sofá, para tomar asiento frente a ella. —¿Y me lo dices así como si nada? Eres un descarado. Pero yo sabía... Sabía que esa maldita era una loba con piel de oveja, pero ya va a ver. —Toma su teléfono y empieza a llamar a alguien. —¿A quién llamas? —A Alejandro, para que me dé el número de Gregory. Si esa zorra cree, que puede venir a los Estados Unidos y hacer lo que se le dé la gan
—¿Qué? Eso no es cierto… —Afirma Lorena con mucha seguridad. —¿Por qué te mentiría? Al igual que tú y Santiago, Gregory y yo estamos muy enamorados. Es normal que queramos casarnos. —No te creo. —Deja el bolígrafo y la hoja sobre una mesa, para centrarse en ella. —Discúlpame Lorena, pero no necesito que me creas. No es contigo con quien me voy a casar. —Gregory es un hombre que solo se enamora una vez en la vida, y créeme… —La mira de arriba a abajo con desprecio. —Tú no eres ese amor. —¿Y tu sí? —La enfrenta Lucia, que no soportaba lo descarada que era. —Sabes… —Empieza a caminar en círculos, rodeando a Lucia. —Había una mujer, se llamaba igual que tú, incluso se parecía a ti, y era tan tonta como tú. Creía que había encontrado el amor en un hombre que necesitaba más que una chica buena en su vida. Lucia sabe que está hablando de ella, y siente como empieza a respirar de forma agitada ante la rabia que no puede evitar sentir. —Años llevaba junto a quien creía e