Erick profundizó el beso, atrayéndola más y moviendo sus manos por su cuerpo. Ella se aferró a su cuerpo sintiendo el calor que emanaba de Erick, la cargó y la llevó a la cama, delicadamente la recostó y nunca dejó su boca, poco a poco el bajo a su cuello a su pecho su vientre y más abajo… Marina gimió por tantas sensaciones que Erick le producía, cuando estuvo lista Erick la allanó lentamente, no había vuelta atrás, la beso por todo el cuerpo e hizo que ella llegara a lo más alto. Juntos disfrutaron de sus cuerpos como hacía ya años, respiraban con dificultad al terminar, Marina se abrazó a él y Erick la atrajo quedando abrazados en la cama. El corazón golpeteaba frenéticamente y trataban de recuperar la respiración. Erick le susurro. “Te amo”. Marina se acurrucó más. “Yo también te amo Daniel”. Él sonrió, al fin había cambiado su nombre. “Duerme un rato”. Marina se acomodó y se quedó rápidamente dormida. Varios días pasaron y esta vez sí disfrutaron juntos el viaje, Marina est
Erick trató de convencerla. “Por favor estoy muy preocupado, ella no tenía dinero cuando llegamos aquí, solo quiero saber si está bien”. La anciana asintió y lo dejó pasar. “Es la puerta al final”. Erick asintió y caminó hacia la habitación. Al entrar observó la pequeña habitación, había dos camas, en una de ellas encontró a Marina durmiendo. Él se acercó y suspiró ya más tranquilo. Se sentó en la esquina observándola. Acaricio su rostro recogiendo algo de cabello, ella sintió el calor y abrió los ojos lentamente. Erick le reclamó. “¿Por qué huiste?”. Marina se levanto sentándose. “Tu esposa… está embarazada”. Erick sintió. “Lo sé, pero ese bebe no es mío”. Marina frunció el ceño. “Que?”. Erick le explicó algo incómodo. “Ese bebe… es de mi padre. Ellos son amantes”. Marina se quedó en shock, no podía creerlo. “Ella y tu padre”. Erick asintió. “Es algo difícil de contar hubiera preferido no decírtelo, pero las circunstancias me obligan, no estoy muy feliz con todo lo que mi
Erick negó. “Todo ese poder y prestigio del que hablas nunca te perteneció, sé que eras solo un empleado en la empresa y embaucaste a mi madre para que te dejara todo antes de hacerla desaparecer” Erick siguió. “La encontraré pronto y le devolveré todo lo que es de ella, tu pagaras en la cárcel”. El hombre mayor se exaltó. “¡Todo es mío! ¡Yo trabaje por ello! ¡No puedes quitármelo!”. Varios hombres entraron a la oficina, eran agentes especiales que llevaban el caso de lavado de dinero. El señor Raúl los observó y se oprimió el pecho. Tenía dificultades para hablar. “No... me quitarás …nada…” Cayó en el suelo inconsciente. Tamara se acercó asustada y lo movió. “Raúl, Raúl”. Miro a Erick. “¡Mira lo que le hiciste a tu padre!”. Erick solo la miraba fríamente, giró para ver a los hombres. “Llévenlo al hospital para un chequeo, vigílenlo hasta que se lo lleven preso”. Los hombres asintieron y se lo llevaron. Tamara miraba a Erick con miedo. “Erick…nuestro hijo…” Erick negó callando
Erick le dijo lo que pasó. Marina lo escuchaba atenta. Erick se levantó quedando encima de ella. “Podremos casarnos cuando termine el trámite, Tendrás una gran boda”. Él le explicaba emocionado. “Será en un gran salón, con muchos arreglos y comida de primera, un gran grupo musical y…” Ella sonreía, pero tomó su rostro. “No quiero una boda lujosa, puede ser algo sencillo en la playa con nuestros amigos”. Erick la miró detenidamente. “¿Segura?”. Marina sonreía asintiendo. “No necesito lujos, solo te necesito a ti y a David a mi lado”. Erick beso sus labios rápidamente. “Entonces se hará como tú dices”. Se levantó cargándola en sus brazos. Marina se abrazó a su cuello. “¿A dónde vamos?”. Erick le dijo. “A darnos una ducha y después salir a un buen restaurante a celebrar”. Comieron juntos muy amenamente, hablando de todo un poco, ambos estaban felices de estar juntos de nuevo, regresaron al departamento para recoger sus maletas para buscar a la madre de Erick. Llegaron al aeropu
Los ojos de la mujer se iluminaron sabiendo que tenía un nieto. “Es bueno saber que no te casaste con esa niña... Tamara”. Erick y Marina se miraron entre sí. Erick le dijo a su madre. “Si me case con Tamara por ordenes de mi padre, pero estoy con los trámites de divorcio pronto me casaré con Marina”. La mujer los miró a ambos y suspiró. Al final Raul hizo lo que quiso todo el tiempo. Erick le contó todo, desde lo que pasó con Miranda, como él se fue, su accidente y todas las cosas que hizo su padre. La mujer lloraba en ratos por todo lo que se enteraba, Flora la abrazaba escuchando la historia, también estaba temerosa de todo lo malo que hizo el hombre. Más tarde, Erick se despidió y quedaron de verse al día siguiente, Erick caminaba junto a Marina en silencio. Marina se detuvo quedando frente a él. “¿Cómo estás?”. Erick se acercó y la abrazó. “Mejor ahora que sé dónde está mi mamá, no la culpó, es como dice ella yo solo era un adolescente y Miranda era muy pequeña, además cu
David despertó poco a poco, su visión se acostumbró a la luz, observó alrededor, iba en la parte trasera de un coche, miró al hombre que conducía, era muy grande y fornido, a su lado sentado junto a él, un hombre mayor y lo conocía por fotos. El señor Raúl giró para ver al chico que se movía en el asiento. “Despertaste”. David lo observó en silencio. El señor Raúl sonrió, el parecido con Erick era increíble pero sus ojos eran muy azules, como la madre… No importaba ahora quién era ni de dónde venía, David era su nieto y heredero de los Estrada. David le dijo al hombre. “Quiero regresar a mi casa”. El señor Raúl observó al chico por unos momentos, estaba incrédulo por la conducta del niño, no tenía miedo y su aura era muy fuerte. “Vendrás conmigo a partir de hoy”. David frunció el ceño. “No lo hare, debe regresarme a mi casa, esto es un delito penado seriamente, cuando se den cuenta las autoridades me buscaran y a usted también, tiene suficientes cargos en su contra como para cons
Alonso rio tratando de zafar a Dinora del pobre chico, parece que lo asfixiaba. Carlos se acercó con cautela. “¿Están bien?”. Marina asintió. “Si, gracias a Dios”. Todos entraron y Marina les contó lo que pasó. Sonó el teléfono de Dante y se levantó disculpándose para contestar la llamada, Miranda lo miró de reojo y siguió escuchando a Marina. Marina y Carlos salieron de la casa, caminaron hasta la acera y Marina le dijo. “Lo siento mucho Carlos, por todo. “Sabes… Ayer me avisaron de un tratamiento especial para mi padre, eso significa que tengo que viajar a Suiza, ahora creo que es solo el destino… no nos tocaba estar juntos”. Ella miró a Carlos. “¿Puede recuperarse?”. Carlos asintió. “Hay una gran taza de probabilidad a pesar de que su cáncer está avanzado, no voy a perder esta oportunidad de que el mejore, aunque sea algunos meses”. Marina sonrió. “Eso es bueno ¿Cuándo se irán?”. Carlos la miró. “Solo esperaba a que lo de David se resolviera, nos iremos mañana mismo”. Mar
El hombre resopló y habló de forma lastimera. “Excelente oportunidad para deshacerte de este viejo”. Erick frunció los labios. “Esta actitud tuya no sirve de nada, se que estas actuando así que será mejor que dejes de hacerlo, estarás en la cárcel por mucho tiempo”. Ya no creía en las palabras de su papá. Al salir de la habitación, el señor Raúl empezó a gritar y maldecirlos a todos en especial a Miranda y a Erick. Erick siguió caminando por el pasillo en silencio, escuchando a su padre, detrás de él, sus hombres lo seguían. Erick regresó a la casa de Marina, David estaba sentado en la sala esperándolo. El tocó la puerta y Dinora abrió dejándolo entrar. David miraba a su padre en silencio. Erick fue y se sentó a un lado mirándolo preguntó. “¿Todo bien?”. David inclinó su cabeza un poco a un lado. “¿Te casarás con mi mama?”. Erick sonrió. Él le preguntaba sobre el secuestro, pero al parecer David estaba más interesado en si sus padres volverían a estar juntos. “Si, en alguno