Erick asintió. “Eso espero papá, ese tipo debería ir a la cárcel”. El hombre afirmó. “Si, investigare lo sucedido”. No muy convencido Erick aceptó. El hombre mayor preguntó. “Tu hermana ¿Cómo está?”. Erick negó. “Ella no está bien, buscaré un especialista para que la trate”. El hombre le dijo. “Quiero verla ¿Está en tu casa?”. Erick negó recordando lo que Alonso le dijo. “No. La envié a un lugar tranquilo por unos días, cuando vuelva te avisare”. El hombre frunció el ceño mirando a su hijo. “Dame la dirección yo iré a verla”. Erick volvió a negar. “Hay que darle un par de días papá, dejémosla descansar, contrate gente que la cuidara bien”. El señor Raúl hizo una mueca. “Bien, dejemos que descanse unos días”. Tenia que hablar con ella rápidamente para que no demandará a Paul, ellos tenían demasiados negocios sucios juntos, no le convenía estar mal con el hombre. Erick salió de la oficina rumbo a su casa, al llegar Tamara estaba en la sala con unas amigas disfrutando de un caf
David sin mirar a la mujer le dijo. “Carlos Álvarez es adecuado para mi mamá, lo investigue y solo ha tenido dos novias, nunca fue mujeriego en sus relaciones, viene de una buena familia, ha estudiado varios doctorados en psicología, es muy listo y lo mejor de todo es que me cae bien”. Ella entrecerró los ojos. “¿Es por eso que a este hombre no lo ahuyentaste como a los otros?”. David giró para mirar a la mujer pensando en cómo ella sabía que él ahuyentó a los otros hombres. Ella se rio. “David, te conozco y sé lo que hiciste, no te preocupes no se lo diré a tu madre”. David suspiró. “Es solo que esperaba que mi padre… volviera, pero…” Él miró por la ventana y se quedó en silencio. Ella entendió sus palabras y no dijo nada más. David tenía afinidad por la mujer mayor, la veía como una abuela, desde que la conocieron ella siempre fue amable y ayudó en muchas ocasiones a Marina con David, lo cuidaba mientras ella tenía que trabajar o hacer algunas compras, él tenía cierto apego co
Marina le preguntó a su amiga. “¿Ya le avisaste a Alonso?”. Dinora negó. “Quiero darle la sorpresa”. Ella sonreía recordando al hombre, Alonso y ella tenían tres años saliendo, aunque vivían lejos uno del otro se llamaban a diario y Dinora lo visitaba varios fines de semana al mes, ella tenía la llave de su departamento y podía llegar sin problemas a quedarse, alonso siempre le había dicho que era Bienvenida. David entró a la cocina y miró a Dinora diciéndole. “Quiero ir contigo”. Ambas giraron para ver a David, Marina frunció el ceño y Dinora se rio. “¿Tu? ¿Qué vas a hacer en USA?”. David le explicó. “Quiero conocer y necesito visitar lugares para seguir con mis pinturas”. Marina le explicó. “David, ella va a trabajar y el tiempo que le quede estará con su novio, no podrá cuidarte”. David estaba decidido. “Sabes que me cuido mejor que ella se cuida a sí misma”. Dinora lo interrumpió enojada. “¡Oye!”. David siguió. “Me portaré bien y le haré caso, además… tendrás tiempo para e
Marina le ofreció algo, pero él negó acercándose a ella, tomó su rostro y la beso muy despacio y dulce. Carlos le susurro. “No quiero agua… te quiero a ti”. Volvió a besarla intensamente. Ella siguió el beso, habían pasado muchos años en los que no se sentía de esa manera, la calidez en su corazón, miedo, dulzura, eran muchas emociones. Carlos se detuvo. “¿Estás segura?”. Ella lo miró a los ojos y asintió. “Solo que yo…” Ella sentía vergüenza de decirle que no había tenido una pareja en años. Él sonrió comprendiendo lo que pasaba. “Déjame hacerlo todo, te haré feliz esta noche”. La volvió a besar llevándola despacio a la habitación… Carlos besó su cuello y desabotono su vestido poco a poco hasta bajarlo a su cintura quedando expuesta del pecho. Bajo besando su vientre pidiéndole que subiera un poco las caderas para quitarle el vestido completamente. Ella siguió su tacto, poco a poco ella se sentía más caliente y sofocada. Marina le ayudó a quitarse la camisa informal que lleva
Ella hizo una pequeña sonrisa… “Erick… estás aquí, llévame a jugar a la casa del árbol”.David frunció el ceño escuchando sus palabras.Alonso y Dinora giraron a ver a Miranda y se quedaron en silencio.Alonso se acercó a Miranda tomándola delicadamente del brazo para levantarla sin mirar al chico. Le dijo a Miranda. “Debes regresar a descansar”.Miranda miro a Alonso. “Me llevarás a comer pastel, ¿Lo prometiste?”.Alonso se quedó mudo, lo que ella decía… Era lo que siempre le pedía cuando eran niños.Él asintió tomando su brazo y siendo extremadamente amable. “Si, te llevaré, pero ahora debes descansar, vamos a tu habitación”.Dinora observó a ambos, la forma en que se comportaba Alonso con la mujer le dolía, al parecer él sentía un profundo cariño por ella, se limpió la cara donde le corrían las lágrimas y se enderezo, camino hacía las maletas. “Vámonos David”.Pocas veces ella llamaba a David por su nombre siempre era -niño- o -chico- esto significaba que lo que pasó era difícil p
Erick asintió. “Lo sé en estos años has tenido oportunidades de salir con otras y no lo hiciste, sé que de verdad la amas”. Alonso se sinceró. “La quiero y me duele estar lejos uno del otro, no quiero volver a arruinar todo como cuando lo hice con Miranda, tengo una nueva oportunidad no la voy a desperdiciar”. Erick asintió y siguieron charlando por un rato más. El entró a ver a su hermana, Luana la cuidaba, Erick pagó una capacitación para ella de enfermera, estaba en clase cuando Dinora llegó al departamento. ……………………… Al día siguiente ambos hombres llegaron juntos a la empresa, la secretaria los recibió con una invitación a un desfile de modas, la empresa tenía varios negocios, desde bienes raíces hasta de moda entre muchos otros rubros, todos los consideraban en la ciudad como los mejores. Erick le dijo. “Debemos asistir, aunque sea solo un rato”. Alonso aceptó cansado, no dejaba de pensar en Dinora, le había llamado cientos de veces, pero ella no quería contestarle el teléf
Recordó a la mujer que cuidaba Alonso y pensó. -Si soy una mujer normal… ¿Él no me hubiera engañado? - Ella suspiró y respiró profundo estaba apunto de salir al escenario, nada podía opacar este día tan emocionante, sería su primera pasarela, era una gran experiencia para ella. Las modelos salían una por una mostrando las diferentes prendas, Dinora salió con una gran sonrisa, llevaba un vestido morado de noche, era largo con una abertura en el muslo que dejaban ver sus largas y bonitas piernas, su cabello estaba recogido con algunas flores moradas que sostenían su cabello, los tacos eran negros y altos, llevaba un collar negro muy elegante y aretes a juego, camino sonriendo por la pasarela. Alonso y Erick que estaban en sus teléfonos cansados del evento no se daban cuenta de la modelo. Alonso suspiro, quería irse lo más pronto posible del lugar para ver qué hacía para encontrar a Dinora, tenía pensado ir a México a buscarla después del desfile, levantó la vista mirando a la mujer,
Alonso la siguió. “Te acompañamos”. Ella asustada negó . “¡No!. Yo... iré sola espérame aquí”. Ella no permitiría que David y Daniel se encontrarán, notarían el gran parecido entre ellos. “¡Aquí estás!, el diseñador te está buscando”. David caminaba hacia los tres. Dinora con miedo se acercó a David, pero ya era muy tarde, los dos hombres ya habían visto al niño. Erick y Alonso miraron detenidamente al niño. Llevaba un jeans azul y camisa cuadrada, una gorra azul y una mochila negra que tenía algunos dibujos de anime. Erick lo reconoció y miró a Alonso quien asintió, ambos giraron hacia Dinora que no podía hablar. Alonso le preguntó. “¿Es hijo de tu amiga?”. Dinora asintió. Ya no podía negarlo. “Si, es David”. Erick susurró el nombre. “David”. -Como mi abuelo- pensó. David se acercó a Erick. “Tú… ¿Eres el que compró mi pintura?, fui a buscarte a tu empresa, pero no me dejaron entrar”. “¿Fuiste a buscarme? ¿Por qué?”. Erick estaba intrigado. David le explicó. “Tu, compras