GINA. Observo cómo ellos comen relajados, haciendo preguntas de las cuales trato de responder con naturalidad, pero la verdad es que entre mis primeras opciones tengo pensado huir, pues, Richard, es mi jefe, y a Simon apenas lo conozco. No sirvo para esos programas de entretenimiento en donde la chica escoge entre varios chicos buenotes. —¿Te ha gustado la comida?—pregunta Richard, mientras el mesero se acerca retirando los platos. —Sí, estuvo deliciosa —respondo, viendo cómo se acerca otro mesero colocando los postres delante de nosotros. —Este lo he elegido, espero ganar más puntos por ello —comenta Simon probando el suyo, soltando un gemido al degustarlo—, m****a, esto está delicioso. Richard deja salir una pequeña risa probando el suyo, y yo siguiendo el mismo camino doy un bocado, cerrando mis ojos al instante al sentir el delicioso sabor que me hace soltar también un quejido. —Es delicioso —abro mis ojos con una sonrisa notando cómo los dos me miran fijamente haciendo que
GINA.Escucho el repicar de mi alarma, notando a mis amigas dormidas en la cama. Todas ayer decidieron quedarse para ayudarme a despejar la mente y que me desahogara con ellas, pero lo único que pude hacer fue llorar como si fuera el fin del mundo, y por ello al mirarme frente al espejo noto unas enormes bolsas debajo de mis ojos. —Dios —presiono mis dedos contra mis ojos, tratando de ocultar la hinchazón, pero sé que no tendrá solución, así que me ducho lo más rápido que puedo, y me maquillo cubriendo mi desastroso rostro, tratando de no recordar lo sucedido.Camino hacia la sala en silencio, pero me percato que Juliana se encuentra sentada con una taza caliente entre sus manos, y al verme sonríe.—¿Trabajo? —pregunta mirando mi vestimenta—. Pensé que no saldrías de tu cama en varios días.—Bueno, tengo un trabajo al cual responder —digo sentándome en el sofá colocando mis zapatos.—Es cierto, pero entonces quiere decir que lo superaras rápido —me guiña un ojo, pero no sé si sus pal
JHARED — Sí, padre… Él me estaba cortejando, desde el momento que llegue… Por eso yo actué de esa manera… Molly, como toda una buena actriz, mira sus manos con nerviosismo, acomodando su cabello detrás de su oreja, mientras todos la escuchamos con atención, sin interrumpirla, y quisiera callarla para que no siga haciendo el ridículo y acomulando más mentiras, pero todo esto me beneficia a mí. No sé como habrá planeado todo esto, pero se nota que no es buen pensante. — Sr. Rogers, ¿Esto es cierto? —pregunta el sr. Kimura, mirándome con preocupación, pues sé que al principio creerá todas las palabras de su hija. Miro a mi abogado a través de la pantalla de mi aparato electrónico, y le asiento con aprobación para que responda. — No. —Dios —la chica me mira asombrada, cubriendo su boca, dejando escapar algunas lágrimas, y suspiro mirando de nuevo al sr. Kimura y a su esposa que no ha dejado de mirar con duda hacia su hija. —Por lo que hemos escuchado —comenta el abogado del sr. Ki
JHARED.Luego de dos días de tormento, se ha acabado el teatro, y por fin regreso a mi país junto con los Kimura, quienes insistieron en acompañarme para disculparse también con mi familia en persona, al igual que realizar otra conferencia de prensa con nuestros comunicadores, pues en su tradición les gusta disculparse de manera personal para así dar a entender que son disculpas sinceras.Al llegar al aeropuerto nos recibieron varios paparazzis como era de esperarse, y me mantengo lo más alejado que puedo de esa chica, quien ha estado con la cabeza gacha desde que todos se enteraron de la verdad, por las palabras de su amiga y las fotos de conversaciones entre ellas, entre las cuales se encontraba la foto que me había enviado acosandome.— Sr. Rogers, ¿Aún continúan los planes de su boda?— ¿Todo fue planeado? ¿Es una de sus asombrosas campañas de publicidad?Varios de ellos nos rodean, y los guardaespaldas nos cubren ayudando a que subamos a nuestros respectivos autos, que nos dirige
GINA. Siento mi cuerpo temblar desde las uñas de los pies hasta la punta del pelo en mi cabeza. No sé si sentirme emocionada, triste o enojada, por lo cual me quedo sin palabras por unos segundos observándolo.Volvió…— ¿Qué sucede, preciosa? ... Escucho la voz de Simon, y segundos después sale junto a mí con el cachorro en las manos. Mira a Jhared por unos segundos, frunciendo el ceño ante la intrusión, y luego me mira preocupado.—¿Todo bien? —Me pregunta y yo miro a Simon sintiendo que es mi salvavidas en este momento, y al parecer, se percata de mi estado, pues se acerca hacia mí bajando al cachorro con su correa puesta. Seguido se levanta, acercándose a mí, apoyando su mano en mi espalda baja, acariciándola.—Vamonos… —no termino de hablar, pues Jhared me interrumpe con una voz llena de autoridad.— Estás despedido. Giro mi rostro hacia Jhared, confundida, sintiendo el enojo crecer en mí al escuchar sus palabras.¿Despedirme? ¿Acaso no dejamos las cosas en claro? — ¿Discul...
GINA.—A todas estas, me siento ofendida que confiaras más en un extraño que en nosotras —comenta Ariana acercándose al sofá con una enorme taza de chocolate, y con una camisa de Bram puesta como si fuera un vestido.—Cierto, ni me lo has presentado —comenta Jenny lanzándome un piqueo en la cara— y eso que soy tu sangre. —Ya les he explicado, no quería más rollos en mi vida… —comento abrazándome más con la cobija enorme— y Simon resultó ser lo que buscaba; no conocía nada de mí y ayudó a distraerme hasta que…Me quedo en silencio al recordar que han pasado tres días desde lo que sucedió. Ignore cualquier llamada de Jhared; al igual que las de Simón, los dos me mintieron; ¿qué hubiera pasado si hubiera intentado algo con Simón? ... Y Jhared, ya no sé que pensar de él, si tanto me extrañaba… Por no detener su martirio, ¿por qué hacernos esto? Si sabía que yo lo extrañaba también… Y esa boda falsa… Tengo cierta vergüenza acumulada por todas las cosas que dije; sé que debo de disculparme
JHARED. Tocan la puerta suavemente, y luego de darle permiso, Molly, mi secretaria asoma la cabeza mostrando su sonrisa tímida. —Sr. Rogers, llegó otra chica interesada en el puesto —comenta, y suspiro presionando dos de mis dedos en el puente de mi nariz. — ¿Qué piensas tú? ¿Se le ve potencial? —pregunto sin mirarla, cansado de recibir postulantes y más que todo personas más interesadas en obtener más información sobre lo sucedido con los Kimura.—No lo sé, dímelo tú… Levanto la mirada de golpe al reconocer aquella voz, y al verla sonreír con sus mejillas coloradas, y su cabello recogido en una coleta alta. Mi estúpido corazón se acelera como un perro obediente, esperando que llegue su dueño.—Pero me doy cuenta que es costumbre no contratar a las postulantes sin conocerlas.— Gina…Pronunció su nombre levantándome, observando todo en ella como si la viera por primera vez. Es…— Los dejo…Mi secretaria cierra la puerta lentamente hasta dejarnos a los dos solos, notando cómo la t
GINA.Cubierta por mis enormes cobijas, acostada en mi cama, miro el techo de mi habitación por varios minutos, pensando en todo lo sucedido hoy, en cómo termine llena de vergüenza por mis acciones y más ilusionada con Jhared por sus palabras…" Es mi chica..."*Hace unas horas atrás…Al ver desaparecer a la señorita Kimura dentro del ascensor, giro enojada para seguir quejandome con Jhared sobre el comportamiento de esa idiota, pero mi pobre corazón se detiene, cuando quedo atrapada de nuevo entre los brazos de Jhared. Nos miramos fijamente, olvidándonos de nuestro entorno, solo concentrándonos en la mirada del otro. —¿Quieres quedarte un poco más…? —pregunta Jhared mirando de mis ojos a mis labios.—Yo…—¡Esa chica me cae pesimo! Me sobresalto girando hacia su secretaria Molly, quien se acerca a nosotros con una gran sonrisa, y me aparto incómoda de Jhared alejándome unos pocos pasos para sentirme segura de que no haré ninguna estupidez.Somos amigos, somos amigos… —Un gusto, señ