Hailee.
Siento como sacuden mi cuerpo de un lado a otro. Pero no escucho nada no sé en que momento es que he perdido el conocimiento, pero al final mi cuerpo y mente vuelven a recolectarse.
—Hailee… mierda Hailee —un fuerte olor a alcohol me despierta—. ¡Mierda!
Abro los ojos y ahí está Marc, con la cara de pánico y mirándome un tanto consternado. Pestañeo varias veces y lo único que recuerdo son los azotes que hace un tiempo estaba padeciendo. Me remuevo un poco y mi trasero duele, así que me quejo.
—Te… te has desmayado —asiento y comienzo a levantarme del colchón con bastante dolor. Marc lleva puesto un pantalón de pijama y el torso descubierto, parece a
MarcConduzco hacia la casa club, no puedo dejar de pensar en Hailee, lo que he hecho me ha alarmado como nunca, no quiero lastimarla nunca más, no tengo ni idea de lo que he hecho… a pesar de que es mi compra quiero cuidarle y hacerle sentir que puede ser ella misma conmigo, sin embargo dudo que después de lo que he hecho confíe siquiera un poco en mi.El tráfico en Massachusetts, por ahora está bastante tranquilo a pesar de que es Lunes. Siento una extraña sensación en el pecho que no me deja estar para nada tranquilo, es como si hubiese defraudado a Hailee, es como si mi oportunidad de que esto fuera lo más real posible se haya desvanecido.Me adentro al estacionamiento privado y bajo de mi camioneta, hay bastante silencio a pesar de que veo un par de mis compa
Hailee.Me he preparado un sándwich y he tomado un par de pastillas para el dolor. Me coloque una camisa de Marc la cual me queda prácticamente como un vestido. Tomé uno de sus bóxers y molestan un poco debido a la fricción con las heridas pero me he acostumbrado a ello.Estoy en la sala que está en el segundo piso junto a la cocina. He paseado por todos los canales pero ninguno llama mi atención no he querido pensar demasiado en lo que ha sucedido, en realidad es que aun puedo sentir sus manos sobre mí y es algo extraño saber y reconocer que a pesar de o que sucedió sigo deseando tenerlo cerca.Miro el hombre de la tv quien anuncia el inicio de la temporada de fútbol americano, según el hombre esta sería la segunda fecha. Marc no
Hailee.Travis y su acompañante suben las bolsas de las compras hacia el apartamento, yo voy directo a la habitación y me echo en la cama.Mi trasero y piernas duelen bastante, así que me deshago de los jeans y de la ropa interior quedándome solo en la sudadera de Marc. Me echo boca abajo y dejo que mi piel descanse. Escucho la puerta abrirse y sé que es él.—Hailee, estuve a punto de mandar a Travis a dejar tus bolsas y por alguna extraña razón me detuve y que bueno… —bufo—Es tu habitación… —ahora es él quien bufa y es cuando recibo un tierno beso en el trasero que me sobresalta—. Marc…—¿Qué? —me he sonrojado lo sé…—. Espero que mañana estés mejor, sigue untando ese ungüento, será de gran ayuda.—Está bien —muerd
MarcMe remuevo una vez más en la cama y mis ojos se abren como platos, busco a Hailee en la oscuridad y después de girarme la siento abrazada a una almohada. Tomo una gran bocanada de aire y me siento mucho más tranquilo ahora que ella está conmigo.Nunca pensé que en tan poco tiempo pudiera resultar ser alguien tan importante para mí, la realidad es que siento como si ella estuviera destinada para mí desde hace tiempo, pero jamás hubiese pensado que el medio para encontrarnos sería comprarla.Es inexplicable lo que siento al tenerla cerca, no quiero perderla, no quiero dañarla, ella es mía ahora y estoy comenzando a creer qué hay cosas de mí que simplemente no van en ella, son cosas que debo de cambiar no con el afán de ser una
HaileeLa cena es en una de hora, la verdad es que estoy muy nerviosa y no puedo dejar de pensar en como es que resultará después de estar rente a todos esos gorilas.¿Qué pasa si alguien pregunta sobre nosotros?, no tengo ni idea de lo que responderé… salvo por la ligera idea que me dio Marc, tengo que preguntarle específicamente que es lo que quiera que responda. Subo el cierre del vestido y siento como se ajusta en mi cintura.Escucho la ducha cerrarse y al poco tiempo Marc sale del cuarto de baño secando su cabello con una toalla y la otra amarrada a su cintura. Pasea por el lugar con tanta desfachatez que me provoca envidia. Si hay algo que provoca envidia es su cuerpo y seguridad, producto de tantas horas de entrenamiento supongo.—Luces preciosa nena —dice y es cuando me percato que su mirada hambrienta me recorre de arriba a abajo, le dedico una leve sonrisa y le miro acercars
Hailee.Al bajar del auto no puedo ignorar mi nerviosismo. Marc me toma de la mano y caminamos dentro de ese enorme edificio que parece un salón para eventos muy lujoso. Un amable hombre abre la puerta dándonos la bienvenida y cruzamos la puerta para encontrarme con qué hay bastante gente, muchas mujeres y hombres con vestimenta relajada pero formal, las mujeres usan vestidos a media pierna como yo pero no me detengo demasiado a observar, en cambió solo bajo la mirada de inmediato y la concentro en la enorme mano de Marc.—Amigo —dice un hombre pero yo sigo sin querer alzar la mirada, es cuando me percato que está parado frente a nosotros y ahora me mira—. Hola, soy Tom.Me apresuro a alzar la mirada y me encuentro con el mismísimo Tom Baton frente a mí, no es
MarcEl camino de vuelta a casa es silencioso, trato de repasar mentalmente todo lo que ha sucedido esta noche, Hailee está bastante cansada puedo verlo en su mirada.—¿Te has sentido incómoda? —niega—. ¿Gina fue amable contigo?—Si, en realidad todos, hasta ese hombre que… que sabe la verdad —dice y yo asiento—Tiene que hacerlo, gracias a mi es que ahora tiene con que comer —ella me mira detenidamente y su rostro es iluminado por las luces de los auto que conducen a nuestro lado—. No abrirá la boca, no tienes nada de que preocuparte, te lo digo en serio.—Bueno, es fácil decir cuando no eres a quien han comprado —yo alzo una c
MarcEn 10 minutos debo de estar en la puerta del club, pero no puedo dejar de ver a Hailee. No quiero apartarme de ella, no quiero parar de mirar su hermoso rostro, ni tampoco dejarla aquí, no he dormido ni una sola noche sin su compañía desde que llegó, simplemente no puedo dejarla.Estira su mano derecha y ambos pies, palpa hacia mi lado, se encuentra con mi barriga y abre los ojos uno a uno.—¿Qué pasa?, estás vestido… ¿qué hora es? —pregunta apresurada mientras se sienta en el colchón.—Las 7:30 en 10 minutos tengo que estar en el club, hoy partimos a Nueva York, jugamos de visita —ella asiente con el ceño fruncido, no sabe lo hermosa que es, no tiene ni idea de lo que