Gael Owens es un hombre de dinero que tiene uno de los mejores clubes 5 estrellas.
Todas las personas que llegan al lugar quedan encantadas y sin ninguna queja.
El club no es solo un lugar donde las personas van a disfrutar sus vacaciones o su fin de semana como familia,
El club también tiene un área exclusiva para el placer, dónde hermosas mujeres entretenían a los hombres, bailaban para ellos, pero no sólo los hombres podían disfrutar de un espectáculo, también las mujeres podían pecar en ese lugar.
Claro, la diversión no quedaba ahí, si querían tener sexo con algunas de las mujeres o hombres del lugar primero que nada era decisión del bailarín aceptar, Gael no nadie los obligaba a eso. Eso sí negocios son negocios y si sus empleados aceptaban, los interesados tenían que pagar una buena cantidad por la habitación y una más grande por estar con sus empleados, del cual Gael solo se dejaba un 20%, lo demás era de ellos.
Audrey Mills, una mujer cansada de sufrir maltratos, humillaciones.
Su padre es un alcohólico que siempre se ha aprovechado de la inocencia de su hija.
Ella desesperada por querer un futuro busca un empleo, uno que la llevará a un hombre que será su salvación y su maldición.
El mundo de ambos se verá colapsado, lleno de intrigas, secretos, amor, pasión.
¿Podrán llegar a ser felices?
¿O sólo será una ilusión?
Gael miraba el hermoso paisaje que tenía desde la ventana de su oficina, todo era amplio y luminoso, la vista del gran club campestre. Las hermosas piscinas con sus toboganes, sus zonas verdes, zonas recreativas. Estaba orgulloso de lo con gran esfuerzo había construido, después de que su familia le hubiera dado la espalda sólo porque le gusta divertirse viendo mujeres, disfrutar de ellas, apostar dinero, sabía que era la oveja negra, pero esos vicios por los que su familia no quería a volver a saber de él, fue su mina de oro, lo que lo llevó a ser uno de los hombres más ricos y poderosos, tenía tanto, pero muchas veces se sentía sólo, y odiaba esa sensación. Seguía disfrutando de sus placeres sin que nadie le dijera absolutamente nada, en especial que ahora podía hacerlo de gratis. En especial disfrutar estar dentro de un cuerpo bien caliente y dispuesto para él, las mujeres era lo más delicioso que Dios había podido haber c
Gael caminaba en medio de las personas que estaban alegres hablando, muchos lo saludaban y él como todo el caballero que era les devolvía el saludo. Todas las mesas estaban ocupadas, en la tarima que estaba de lado norte había una hermosa pelirroja bailando muy sexy en un tubo, y en la tarima de la sur un bailarín, por las cuales las mujeres daban suspiros y hasta más. —¿Qué tal la noche José? — le preguntó Gael al hombre detrás de la barra, quien ya sabía que debía prepararle una bebida a su jefe en cuanto él llegaba por ahí. —Uff jefe, muy movida en especial al ser fin de semana. —Sí, veo bastante movimiento — dijo feliz que todo marchaba de maravilla. —También hay clientas nuevas y una me pidió quedarme un rato después de mi turno ¿me da permiso? — Gael le sonrió a José. —Por supuesto, escoge una de las tres
Audrey se levantó y no pudo evitar sorprenderse que su padre no hubiera llegado, pero por primera vez en mucho tiempo se sintió tranquila y en paz.Desde que su madre había muerto hacía 10 años todo se había venido abajo, su padre se convirtió en un borracho y en un agresor, la culpaba a ella de que su madre ya no estuviera con ellos, y la culpó tanto que ella misma se lo creyó. Ese día había salido a jugar con las gemelas que vivían al frente, cuando su madre la mandó a llamar para que entrara a cenar, había corrido sin fijarse al cruzar y un auto venía a toda velocidad, su madre desesperada corrió a ella, gritando que se quitara de ahí. Audrey del miedo se quedó estática y asustada, con tan sólo 8 años vio a su madre ser golpeada por el automóvil, cayó varios metros adelante, Audrey lloraba mient
Ambos se quedaron mirando a los ojos, Audrey nunca había visto a un hombre tan hermoso con él, su cabello negro se veía tan sedoso, sus hermosos ojos azules, sus enormes brazos, unos que podrían protegerla. Negó con la cabeza por lo locos de sus pensamientos, y con una sonrisa sincera se presentó.—Hola, soy Audrey Mills, la verdad como bailarina no tengo experiencia, así que me gustaría trabajar en la limpieza. — Gael salió de su asombro y carraspeó antes de hablar.—¿Tienes experiencia en limpieza? — a ella la sonrisa se le desvaneció por un momento.—Nunca he tenido un trabajo, pero, desde que tengo 8 años, me dedico a hacer grandes limpiezas a cocinar, cocer, se hacer de todo, incluso, terminé la secundaria y deseo poder entrar a la universidad. — Gael la miraba embob
—Te gustó la chica, ¿cierto? — Gael miró a su amigo y sonrió.—Joder, ¿la has visto? Esa mujer es la más hermosa que he visto en mi puta vida.—Sí, la he visto y tienes razón, es muy hermosa, pero también vi que es muy inocente Gael, ella no es para ti — Gael frunció el ceño al oírlo — No hagas esa cara, sé que eres un buen hombre, eres justo, no mientes, eres un gran jefe, y un puto genio para los negocios del Club, pero también sé que eres un mujeriego, que no te gusta las relaciones con una sola mujer, que no eres fiel, así que ella no ella no es para ti, a kilómetros se nota su inocencia, su pureza, su ingenuidad, su dulzura, así que será mejor que lo dejes ahí. — Gael sabía que Mason tenía razón.&m
Gael se sentía estresado, además de cansado, había pasado toda la mañana del domingo entrevistando mujeres realmente hermosas, pero no le gustaba tener que pasar horas entrevistando a cada una, además de todas las demás cosas que tenía pendientes, en total había contratado a 15 mujeres como bailarinas, y una más como ayudante de limpieza, por un momento cerró los ojos y pensó en Audrey, sus ojos tan inocentes, esos labios gruesos, imaginó su sabor, su dulzura, sacudió su cabeza, no podía pensar en ella menos en la forma en que lo hacía, antes de abrir sus ojos sintió como tocaban su miembro de arriba y no pudo evitar gemir, más al imaginar que era Audrey quién lo hacía, no quería abrir sus ojos porque sabía que su realidad sería otra.—¿Te gusta lo que te hago cariño?— Gael gimi&
Tal y como Gael dijo, no bajó al club en toda la noche, realmente estaba cansado, tenía años que no se tomaba una noche, pero no sentía bien, su cuerpo aparte de estar cansado, se sentía algo débil, con sueño y pesadez, por lo que algo se alarmó en él.—!Mierda! No me puedo enfermar, además soy un hombre sano — se dijo así mismo, pero buscó unas pastillas se las tomó y decidió acostarse y descansar, tal vez era eso lo que su cuerpo necesitaba, para poder sentirse mejor.…Al día siguiente aunque no sé sintió perfecto, sí, se sentía mucho mejor, cuando se bajó de la cama y vio la hora se sorprendió. Eran las dos de la tarde, buscó su teléfono celular que había puesto a cargar desde que él subió a su casa.&n
Gael y Mason salieron de la oficina y se fueron directo a la barra y pidieron algo para comer, Gael siempre estaba pendiente de sus negocios, pero tenía a alguien de suma confianza para que se hiciera cargo del hotel y las habitaciones, que todo fuera perfecto, el revisaba todo los martes y jueves, iba y verificaba que todo estuviera en orden, pero eso sí, todos los días le daba vueltas para que el lugar estuviera limpio, ordenada y como debía.Ambos charlaban de trabajo cuando Gael vio movimiento en las mesas, su mirada se fue hasta donde la hermosa castaña estaba limpiando mesas, ¿cómo diablos iba a poder hacer para controlarse si cada vez la veía más hermosa?—Gael — dijo Mason en todo de advertencia, al ver que el hombre no le quitaba los ojos de encima a la pobre chica.—No puedo Mason, es simplemente hermosa y con ese unifo