Ambos se quedaron mirando a los ojos, Audrey nunca había visto a un hombre tan hermoso con él, su cabello negro se veía tan sedoso, sus hermosos ojos azules, sus enormes brazos, unos que podrían protegerla. Negó con la cabeza por lo locos de sus pensamientos, y con una sonrisa sincera se presentó.
—Hola, soy Audrey Mills, la verdad como bailarina no tengo experiencia, así que me gustaría trabajar en la limpieza. — Gael salió de su asombro y carraspeó antes de hablar.
—¿Tienes experiencia en limpieza? — a ella la sonrisa se le desvaneció por un momento.
—Nunca he tenido un trabajo, pero, desde que tengo 8 años, me dedico a hacer grandes limpiezas a cocinar, cocer, se hacer de todo, incluso, terminé la secundaria y deseo poder entrar a la universidad. — Gael la miraba embob
—Te gustó la chica, ¿cierto? — Gael miró a su amigo y sonrió.—Joder, ¿la has visto? Esa mujer es la más hermosa que he visto en mi puta vida.—Sí, la he visto y tienes razón, es muy hermosa, pero también vi que es muy inocente Gael, ella no es para ti — Gael frunció el ceño al oírlo — No hagas esa cara, sé que eres un buen hombre, eres justo, no mientes, eres un gran jefe, y un puto genio para los negocios del Club, pero también sé que eres un mujeriego, que no te gusta las relaciones con una sola mujer, que no eres fiel, así que ella no ella no es para ti, a kilómetros se nota su inocencia, su pureza, su ingenuidad, su dulzura, así que será mejor que lo dejes ahí. — Gael sabía que Mason tenía razón.&m
Gael se sentía estresado, además de cansado, había pasado toda la mañana del domingo entrevistando mujeres realmente hermosas, pero no le gustaba tener que pasar horas entrevistando a cada una, además de todas las demás cosas que tenía pendientes, en total había contratado a 15 mujeres como bailarinas, y una más como ayudante de limpieza, por un momento cerró los ojos y pensó en Audrey, sus ojos tan inocentes, esos labios gruesos, imaginó su sabor, su dulzura, sacudió su cabeza, no podía pensar en ella menos en la forma en que lo hacía, antes de abrir sus ojos sintió como tocaban su miembro de arriba y no pudo evitar gemir, más al imaginar que era Audrey quién lo hacía, no quería abrir sus ojos porque sabía que su realidad sería otra.—¿Te gusta lo que te hago cariño?— Gael gimi&
Tal y como Gael dijo, no bajó al club en toda la noche, realmente estaba cansado, tenía años que no se tomaba una noche, pero no sentía bien, su cuerpo aparte de estar cansado, se sentía algo débil, con sueño y pesadez, por lo que algo se alarmó en él.—!Mierda! No me puedo enfermar, además soy un hombre sano — se dijo así mismo, pero buscó unas pastillas se las tomó y decidió acostarse y descansar, tal vez era eso lo que su cuerpo necesitaba, para poder sentirse mejor.…Al día siguiente aunque no sé sintió perfecto, sí, se sentía mucho mejor, cuando se bajó de la cama y vio la hora se sorprendió. Eran las dos de la tarde, buscó su teléfono celular que había puesto a cargar desde que él subió a su casa.&n
Gael y Mason salieron de la oficina y se fueron directo a la barra y pidieron algo para comer, Gael siempre estaba pendiente de sus negocios, pero tenía a alguien de suma confianza para que se hiciera cargo del hotel y las habitaciones, que todo fuera perfecto, el revisaba todo los martes y jueves, iba y verificaba que todo estuviera en orden, pero eso sí, todos los días le daba vueltas para que el lugar estuviera limpio, ordenada y como debía.Ambos charlaban de trabajo cuando Gael vio movimiento en las mesas, su mirada se fue hasta donde la hermosa castaña estaba limpiando mesas, ¿cómo diablos iba a poder hacer para controlarse si cada vez la veía más hermosa?—Gael — dijo Mason en todo de advertencia, al ver que el hombre no le quitaba los ojos de encima a la pobre chica.—No puedo Mason, es simplemente hermosa y con ese unifo
En cuanto entraron a la oficina Gael suspiró muy profundo, el olor de esa mujer lo estaba volviendo loco, era exquisito.—Siéntate — le dijo muy amable, Audrey lo hizo y no pudo evitar suspirar, Gael tenía algo que llamaba demasiado su atención. — ¿Qué ideas tienes?—Hace un año, fui a un curso de dos meses, fue algo pequeño, pero enseñaban un poco sobre preparaciones de fiestas, ideas, cosas que llamaban mucho la atención, pero antes de darle mis ideas, me gustaría saber que le gustaría a usted, si ya tiene algún a de idea de algo o que es lo que ha hecho los años anteriores.—Bueno, he tenido fiesta de piscina, fiesta de disfraces, baile de máscaras y solo baile, algo muy formal. — Audrey asintió.—¿Cuántos a&
Gael miraba unos reportes del último mes, tenía un puto dolor de cabeza que no se le quitaba con nada, cada vez estaba más estresado, y no se había desahogado como debía, deseaba un coño caliente dónde poder meter su verga, aunque no uno cualquiera, no, deseaba a una hermosa castaña que había conocido hacía 4 días y lo estaba volviendo loco, volvió a mirar la hora sabía que ella ya debía estar ahí para empezar a trabajar iba a esperar 10 minutos luego saldría con cualquier excusa para ir y verla, ayer tuvo una reunión de último minuto y no pudo verla cuando se fue eso era algo que lo tenía muy frustrado. Quería acercarse a ella, endulzarle el oído, sabía que era virgen, por lo que sería gentil, podía hacerla disfrutar como nunca nadie lo había hecho, diría palabras dulces, cosas que la hicieran sentir he
Jenny siguió a Audrey hasta los baños, en cuanto entró la vio echarse agua en el rostro y sonrió maliciosa.—¿Te calientas cuando estás cerca de Gael? — Audrey brincó del susto, no la oyó llegar y no pudo evitar que su rostro se pusiera rojo como un tomate.—No— dijo en un susurro que hizo que Jenny soltara una carcajada.—Tranquila, ese hombre es guapa, claro, no es como mi hombre, pero es un hombre muy caliente ¿te gusta? — Audrey la miraba aún sorprendida. — Tranquila puedes confiar en mí. — Audrey lo sabía, por eso le había pedido a Gael que dejara que ella le ayudara.—Es… no tengo palabras, me gusta, y mucho más que William. Es tan sexy, su mirada, su sonrisa, todo él me deja muda.
Jenny entró sin tocar a la oficina, aunque a Gael eso le molestaba bastante no lo hacía con Jenny, ella trabajaba con él desde que había abierto ese club, tenía 7 años trabajando juntos, la conocía y la quería mucho era como una amiga, ya se había acostumbrado a su forma tan espontánea y explosiva.—¿No te han enseñado a tocar la puerta? — le dijo serio, pero ella nada más lo miró.—No. Además mi marido está aquí — ella iba a decirle que se iría a su casa una que estaba en la misma propiedad hacer unas cosas pero Mason la conocía muy bien y con sólo una mirada se dio cuenta que estuvo llorando, por lo que muy intimidante se acercó a ella.—¿Quién putas te hizo llorar? — Gael los miró sorprendido, mientr