Gael miraba unos reportes del último mes, tenía un puto dolor de cabeza que no se le quitaba con nada, cada vez estaba más estresado, y no se había desahogado como debía, deseaba un coño caliente dónde poder meter su verga, aunque no uno cualquiera, no, deseaba a una hermosa castaña que había conocido hacía 4 días y lo estaba volviendo loco, volvió a mirar la hora sabía que ella ya debía estar ahí para empezar a trabajar iba a esperar 10 minutos luego saldría con cualquier excusa para ir y verla, ayer tuvo una reunión de último minuto y no pudo verla cuando se fue eso era algo que lo tenía muy frustrado. Quería acercarse a ella, endulzarle el oído, sabía que era virgen, por lo que sería gentil, podía hacerla disfrutar como nunca nadie lo había hecho, diría palabras dulces, cosas que la hicieran sentir he
Jenny siguió a Audrey hasta los baños, en cuanto entró la vio echarse agua en el rostro y sonrió maliciosa.—¿Te calientas cuando estás cerca de Gael? — Audrey brincó del susto, no la oyó llegar y no pudo evitar que su rostro se pusiera rojo como un tomate.—No— dijo en un susurro que hizo que Jenny soltara una carcajada.—Tranquila, ese hombre es guapa, claro, no es como mi hombre, pero es un hombre muy caliente ¿te gusta? — Audrey la miraba aún sorprendida. — Tranquila puedes confiar en mí. — Audrey lo sabía, por eso le había pedido a Gael que dejara que ella le ayudara.—Es… no tengo palabras, me gusta, y mucho más que William. Es tan sexy, su mirada, su sonrisa, todo él me deja muda.
Jenny entró sin tocar a la oficina, aunque a Gael eso le molestaba bastante no lo hacía con Jenny, ella trabajaba con él desde que había abierto ese club, tenía 7 años trabajando juntos, la conocía y la quería mucho era como una amiga, ya se había acostumbrado a su forma tan espontánea y explosiva.—¿No te han enseñado a tocar la puerta? — le dijo serio, pero ella nada más lo miró.—No. Además mi marido está aquí — ella iba a decirle que se iría a su casa una que estaba en la misma propiedad hacer unas cosas pero Mason la conocía muy bien y con sólo una mirada se dio cuenta que estuvo llorando, por lo que muy intimidante se acercó a ella.—¿Quién putas te hizo llorar? — Gael los miró sorprendido, mientr
Por un momento Audrey no supo qué hacer, pero tardó sólo unos segundos en responder, y no pudo explicar lo que sentía. No era tonta, sabía cómo besar, cómo funcionaban las cosas. Había besado a William un par de veces, incluso estuvo dispuesta a perder su virginidad con él, sólo por el hecho de agradecerle, pero él no había dejado, le había dicho que cuando pasara sería porque estaba enamorada y no por obligación, pero las emociones que tuvo con William no son la ni mitad de lo que sentía ahora.Gael la presionó contra su cuerpo, no quería soltarla, se sintió en el puto cielo, mordió suavemente sus labios y un jadeo salió de la boca de ella, eso le dio acceso para meter la lengua en la boca de Audrey, la exploró todo lo que quiso, hasta que el maldito oxígeno les hizo falta para respirar.
Audrey cerró los ojos y pensó en Gael, en esos ojos azules tan preciosos, en sus labios, esos labios que la besaron de una forma tan hambrienta y apasionada, instintivamente llevó una de sus manos a sus labios y no pudo evitar suspirar. Hablaría con él cuando terminara de trabajar. Tal vez Jenny tenía razón, debía arriesgarse.Había pasado casi dos horas y ya había terminado varias cosas, faltaba muy poco, para terminar del todo, y aún le quedaban 3 horas para acabar su jornada laboral tal vez si hablaba con Gael de hacer otras cosas el tiempo se le iba a ir más rápido que sin hacer nada, al menos mientras empezaba a organizar la gala. O tal vez solo era excusa para verlo y hablar con él.…Gael tenía media botella vacía cuando Rachel llegó, al parecer duró más tiempo del
Gael maldijo frustrado, ¿Qué mierda le pasaba con esa mujer? ¿Por qué todo lo que antes le parecía placentero y excitante o ahora lo hace sentir sucio y asqueado? Lo peor de todo es que Audrey ya lo había encontrado en actos indebidos en menos de cuatro días y lo peor era que en ninguna de las dos oportunidades había podido terminar, iba a terminar con las bolas moradas antes de que estallara.Llamó a los de recursos humanos y les dijo que le duplicarán la liquidación a Rachel, él sabía que en parte tenía la culpa, porque desde un principio le siguió la corriente y nunca le puso un alto.Mason entró en la oficina y lo vio con una ceja levantada, Gael frustrado lo señaló.—Tú necesitas una oficina donde tú mujer pueda hacer y deshacer — Mason puso sus ojo
Tal y como Mason le había dicho Gael había dejado en paz a Audrey, había decidido trabajar desde la oficina que tenía en el hotel principal del gran club campestre y no desde el club nocturno, iba solamente cuando sabía que ella ya se había ido, ¿y para qué negarlo?, se moría por verla tenía dos días de no verla, la última vez que lo había hecho fue el martes, cuando habían escogido al ganador de la idea para el aniversario, un ganador que curiosamente había ganado ella.Aunque no fue él quien la escogió, sino que se hizo votación entre los empleados, no pudo evitar sentirse muy feliz de que ella fuera la ganadora, dos horas después de ser elegida, él había depositado dos mil dólares al número de cuenta de Audrey, y al día siguiente le había depositado cuatro mil dólares m&aacu
Audrey llegó a su casa y afuera de ella se encontraba William, quien al verla sonrió.—¡Vaya! Hasta que veo, he tratado de verte, y ha sido imposible, pero al menos ahora sé que estás bien, tenía pensado buscarte en el trabajo. — Audrey llegó hasta él y lo abrazó.—Hola, perdona no he querido que te preocuparas por mí, tenía pensado pasar mañana temprano a visitarte. — Audrey abrió la puerta de su casa. — Ven entra.William entró algo precavido, sabía que si Federico se encontraba en casa terminarían peleando como pasaba siempre.—No te preocupes, no está, desde hace una semana que no ha estado. — eso hizo que su amigo frunciera el ceño.—¿Y eso? ¿Por qué? No
Gael había empezado a trabajar desde temprano, hoy era un día muy largo, por lo que antes de que amaneciera ya estaba arriba.Cuando estaba en su segunda oficina, recordó que los contratos por los que hoy venían nuevos socios estaban en su otra oficina, y Mason no se encontraba para que él se los llevara, por lo que decidió ir él mismo.Iban hacer las siete de la mañana, no creía que hubiera nadie ahí, pero cuando llegó y entró a su oficina, una que extrañaba, su cuerpo se quedó congelado, al igual que de la persona que estaba adentro, semidesnuda.—¡Mierda!, ¡Mierda!, ¡Mierda! — Gael no sabía si eso que veía era bueno o malo, porque aunque sabía que debía girarse para no mirar o salir de ahí, no pudo, por el contrario, cerró la puerta