Terminamos de cenar y entre Mario y yo ayudamos a Fiorella a quitar la mesa, aunque no nos dejó ayudarla a recoger la cocina, marchandonos Mario y yo al dormitorio ya que estaba muy cansada y me estaba quedando dormida, entramos los dos en el dormitorio cerrando la puerta Mario. Me quite la ropa un poco avergonzada por quedarme solo con el sujetador y las bragas delante de Mario, mirandome el de arriba abajo, teniendo en sus labios una bonita sonrisa, me tumbe en la cama tumbandose tambien Mario a mi lado, inclinandose para besarme acariciando Mario la parte interior de mis muslos hasta mi sexo, introduciendo uno de ellos en mi sexo haciendome arquear la espalda y abriendo yo mis piernas para favorecerle sus caricias que en ese momento tanto las necesitaba yo.Mario se levanto despues de la cama para quitarse la ropa dandome cuenta de su miembro ya que lo tenia duro y erecto. Se arrodillo en la cama acercandome mas a él, me quito las bragas y el sujetador tirandolas por la habitacion,
Después de desayunar, Mario y yo nos marchamos de su casa, nos acercamos hasta donde tenía su coche aparcado subiendo los dos, pero durante el camino me fijé en que no íbamos hacia el hospital quedandome extrañada, pero no me quería quedar callada.— Se puede saber dónde me llevas — le dije— Al médico, anoche me mandó un mensaje Claudia diciendome donde estaba la clinica y que habia hablado con su médico, tenemos cita ahora — me dijoAl llegar a parcar Mario el coche, bajamos los dos, entrando seguidamente en la clínica donde iba Claudia, nos acercamos hasta un mostrador que había, donde estaba una enfermera recibiendo a los pacientes— Buenos días, tenemos cita con el doctor Roman, — dijo Mario dejandome impresionada— Me da su nombre, por favor — nos dijo la enfermera— Sofia Jones, es la primera vez que venimos y la cita nos la dio el mismo doctor — dijo Mario— Si aqui esta, esperen unos minutos en la sala de espera, voy a avisar al doctor que ya están aquí — nos dijo la enfermer
Me volví a sentar en la silla tapando mi cara con mis manos llorando sin consuelo aunque senta los brazos de Mario en mi cuerpo abrazándome, mientras yo movía la cabeza negando lo que ya era evidente, cuando ya me calme un poco, me di cuenta de que el médico no estaba en la sala, me levanté de la silla para acercarme a donde estaba mi hermana dormida, cogiendo sus manos y besando sus mejillas, — Bueno Julie, lo has conseguido cariño, ya estás con papá y mamá, diles que los echo mucho de menos y que espero estar pronto con vosotros tres, ¿porque me dejas hermana? ¿Qué hago yo ahora sola? Tu eras mi ilusión para poder vivir Julie y ahora también me has dejado, recuerda que siempre te querré y estaré orgullosa de haber tenido una hermana como tu, te quiero — le dije a mi hermana, mientras las lágrimas mojaban mis mejillas sin cesar.— Vamos mi amor, voy a llamar a Sandra y a Claudia para que estén contigo en estos momentos, creo que las necesitas ahora más que nunca — me dijo Mario, cog
Ese dia y gracias al médico que nos dejó quedarnos, la pasamos en aquella sala mi amiga Sandra, Claudia y yo, alternándose para bajar a la cafetería a comer algo, cuando llegó la noche, el medico entro en la sala dirigiéndose hacia a mi— Creo que estarás cansada, vete a casa ya que yo tengo guardia esta noche y puedo avisarte si sucediera algo — me dijo— No me voy, no me atrevo a marcharme tranquila y que le pase algo, si mi hermana se me va, quiero que de el último de sus suspiros entre mis brazos, si no te importa — le respondí— No te voy a decir que no que debido a las circunstancias, pero ¿estás segura? tu bebe también necesita descansar como tu — me dijo sonriendo— Estoy segura, no te preocupes por mi bebe, el tambien estara bien — le respondí— Por cierto me llamo Robert, me marcho si necesitas algo llamame, que descanses lo que puedas — me dijo— Cariño tienes que descansar como te ha dicho el medico — me dijo Claudia— Ya lo sé, pero de aquí no me muevo Claudia, es cuestió
Después del entierro de mi hermana quise marcharme otra vez al pueblo donde me recibieron tan bien mis amigas Carol, Lorei y Laura, pero mi amiga Sandra y Claudia no me dejaron marchar, ya que ellas pensaban que con ellas y con su ayuda podria salir adelante y asi mi niña estaria cuidada cuando me pusiera a trabajar otra vez, pero yo tenia un problema y ese era Mario, el padre de mi hija, que no lo vi durante los días que más falta me hacía su compañía. La primera semana después de perder a mi hermana, la pasé encerrada en mi dormitorio sin querer ver a nadie, Robert el médico que la atendió hasta su último suspiro fue varias veces para verme, pero yo no quería hablar ni ver a nadie. Cuando ya estaba más animada gracias a mis amigas Sandra y Claudia que nunca me dejaron sola, salí del dormitorio viendo a Claudia sentada en el sofá, sentándome yo a su lado.— ¿Estás mejor, mi amor? — me dijo— Tengo que estarlo, ahora mi niña me necesita — le respondí— ¿Tienes hambre? he hecho un cald
Durante la semana siguiente Robert venía a casa cuando no tenía guardias, aunque él y mis amigas me hacian mucha compañia yo verdaderamente a quien echaba de menos era a Mario que aunque todos los días me llamaba dos o tres veces, nunca le respondía a sus llamadas, aun sabiendo que no me había mentido con lo del viaje a París con su esposa, tampoco fue franco conmigo, por no avisarme de lo que le había pasado a su amigo Leandro.El dia que tenia revision con el médico por mi embarazo, me duche vistiendome después para marcharme ya que se me hacia tarde, cogi mi bolso y abri la puerta de la casa, viendo aparcado el coche de Mario, dándome cuenta que el se bajaba en ese momento de su vehículo, acercándose a mi.— Buenos días preciosa, ¿te puedo llevar? — me pregunto— Te has acordado del dia que tengo la revisión de nuestro bebe— le dije— Nunca me olvido de ti, sabes cuanto te amo y siento haberte fallado cuando más me necesitabas — me dijo— Está bien ¿nos vamos? ya llegamos tarde — le
Por la tarde estábamos mis dos amigas y yo en el salón viendo la tele para entretenernos mientras ellas bebían vino en sus copas yo me bebía un zumo de arándanos que me gustaba mucho, de pronto escuchamos el timbre de la casa, levantandose mi amiga Sandra para abrir la puerta entrando otra vez en el salón con mis otras dos amigas, Alicia y Viki, acercándose a mi abrazandonos las tres.— ¿Cómo estás gordita? — me preguntó Alicia— Pues ya ves como estoy gordita, estoy en la mitad de mi embarazo ya, que ganas tengo de tener a mi hija entre mis brazos — les dije— Se le nota a Mario lo contento que está con su hija, si no fuera por el otro jefe, un capullo sin remedio — dijo mi amiga Viki— Darles tiempo, Mario está muy enamorado de Sofía y quiera o no su suegro tiene que ceder ante el amor que se tienen Mario y Sofia — dijo Claudia— No lo creo, es igual de imbécil que su hija, cada vez que ella va al hotel, nos falta hacerle reverencias de lo pomposa que va por todo el hotel — dijo San
Durante todo el dia tuve las visitas de Claudia, de Sandra y de mis dos ex compañeras de trabajo, entrando de pronto y sorprendiéndonos a las chicas que estábamos en la habitación Robert acercándose a la cama— Veo que estás muy bien acompañada — dijo Robert— Somos muy amigas de Sofía, pero Robert dinos una cosa por favor ¿no tendrás un hermano? aquí donde nos ves somos tres solteras que buscan un hombre con desesperación — dijo Alicia, que era la más loca de las cuatro— No tengo, pero podría presentaros a unos colegas que también están solteros, cuando claro está Sofía se encuentre bien, y asi podriamos quedar todos para tomar algo — dijo Robert— Sofia cariño, creo que te has equivocado de hombre, Robert me gusta más que Mario, sabes — dijo Viki— ¿Te ha dicho algo más la doctora? — le pregunté a Robert— Los análisis han salido bastante mal, no quiero darte esperanzas Sofia, tu bebe no está muy bien y sabes que nunca te he mentido — me dijo Robert.Gracias a la visita de mis amig