Estaba sirviendo las mesas cuando se acercó a mi la jefa como yo la solía llamar a Lorei— Sofia acabo de venir de los vestuarios y cre no dejaba de sonar tu móvil, anda ves y mira quien te llama, no sea que te esté llamando desde el hospital donde está tu hermana ingresada — me dijo— No me asustes Lorei por favor, eso sería lo que más me asusta, voy a ver quien es el que me está llamando, permíteme un momento ahora regreso —- le dijeMe marche hacia los vestuarios, cogi mi bolso sentándome en el banco que había, cogi mi movil con la mano notando como vibraba en mi mano, viendo que realmente era el hospital quien me llamaba.— Dígame — contesté— ¿Sofia Jones, es usted? — me preguntaron— Si soy yo ¿y mi hermana está bien? — pregunte— Por eso le llamamos, anoche se puso mucho peor y por si necesitamos su permiso, necesitamos que venga al hospital cuanto antes — me dijo la mujer que estaba al otro lado de la llamada— Permiso ¿para que? — pregunte— Señorita Jones, será mejor que ven
A la mañana siguiente cuando me desperté, hice lo que hacía todos los días, pero esta vez con más prisas, sin entretenerme en sentarme a tomarme mi taza de café, una vez que me vesti, cogi mi bolso marchandome de la casa de mi amiga hacia la calle, dando un pequeño paseo hasta que pare a un taxi subiéndome a él, diciéndole al chofer que me llevara al hospital. Una vez allí, subí a uno de los ascensores hasta la planta donde estaba mi hermana, entrando seguidamente en la sala donde mi hermana estaba ingresada. Me acerque hasta su cama, dándole dos besos en su mejilla, acariciando su precioso pelo, sentandome después en la silla que había al lado de su cama para esperar a su médico— Sofía buenos días ¿cómo te encuentras? — me pregunto el medico cuando entró en aquella sala— Estoy bien gracias, ¿qué me puede decir sobre mi hermana, doctor? — pregunte— No mucho más que lo que le dije ayer, parece ser que su hermana no despertara ya de su coma, sus constantes vitales van cada vez peor y
Después de comer nos marchamos del restaurante hacia su coche, subimos los dos marchandonos de aquel lugar, viendo que se Mario se dirige hacia el hotel, aparcando su coche en el parking del hotel— ¿Qué hacemos aquí? — pregunte— Vamos a ver a Nadia, para que nos diga qué médico le trata su embarazo — me dijo— No Mario por favor, no estoy aún preparada para enfrentarme a la supervisora, cuando estuve la ultima vez aqui, ya me dijo todo lo que tenia dentro y lo que pensaba de mi, por favor mi amor no me hagas pasar otra vez por ahí, vámonos cariño, por favor — le dije— Está bien Sofía, como quieras, pero ya te he dicho y no voy a cambiar de opinión, nadie se meterá contigo estando yo a tu lado, no dejaré que nadie nos vuelva a separar, ti amo mi bella ragazza — me dijo haciéndome reírMario y yo llegamos al hospital, abriendo mi puerta él baje del coche con su ayuda, entrando los dos, sintiendo su mano en mi cintura, haciendo que mi cuerpo reaccionara haciéndome sentir muy querida p
Terminamos de cenar y entre Mario y yo ayudamos a Fiorella a quitar la mesa, aunque no nos dejó ayudarla a recoger la cocina, marchandonos Mario y yo al dormitorio ya que estaba muy cansada y me estaba quedando dormida, entramos los dos en el dormitorio cerrando la puerta Mario. Me quite la ropa un poco avergonzada por quedarme solo con el sujetador y las bragas delante de Mario, mirandome el de arriba abajo, teniendo en sus labios una bonita sonrisa, me tumbe en la cama tumbandose tambien Mario a mi lado, inclinandose para besarme acariciando Mario la parte interior de mis muslos hasta mi sexo, introduciendo uno de ellos en mi sexo haciendome arquear la espalda y abriendo yo mis piernas para favorecerle sus caricias que en ese momento tanto las necesitaba yo.Mario se levanto despues de la cama para quitarse la ropa dandome cuenta de su miembro ya que lo tenia duro y erecto. Se arrodillo en la cama acercandome mas a él, me quito las bragas y el sujetador tirandolas por la habitacion,
Después de desayunar, Mario y yo nos marchamos de su casa, nos acercamos hasta donde tenía su coche aparcado subiendo los dos, pero durante el camino me fijé en que no íbamos hacia el hospital quedandome extrañada, pero no me quería quedar callada.— Se puede saber dónde me llevas — le dije— Al médico, anoche me mandó un mensaje Claudia diciendome donde estaba la clinica y que habia hablado con su médico, tenemos cita ahora — me dijoAl llegar a parcar Mario el coche, bajamos los dos, entrando seguidamente en la clínica donde iba Claudia, nos acercamos hasta un mostrador que había, donde estaba una enfermera recibiendo a los pacientes— Buenos días, tenemos cita con el doctor Roman, — dijo Mario dejandome impresionada— Me da su nombre, por favor — nos dijo la enfermera— Sofia Jones, es la primera vez que venimos y la cita nos la dio el mismo doctor — dijo Mario— Si aqui esta, esperen unos minutos en la sala de espera, voy a avisar al doctor que ya están aquí — nos dijo la enfermer
Me volví a sentar en la silla tapando mi cara con mis manos llorando sin consuelo aunque senta los brazos de Mario en mi cuerpo abrazándome, mientras yo movía la cabeza negando lo que ya era evidente, cuando ya me calme un poco, me di cuenta de que el médico no estaba en la sala, me levanté de la silla para acercarme a donde estaba mi hermana dormida, cogiendo sus manos y besando sus mejillas, — Bueno Julie, lo has conseguido cariño, ya estás con papá y mamá, diles que los echo mucho de menos y que espero estar pronto con vosotros tres, ¿porque me dejas hermana? ¿Qué hago yo ahora sola? Tu eras mi ilusión para poder vivir Julie y ahora también me has dejado, recuerda que siempre te querré y estaré orgullosa de haber tenido una hermana como tu, te quiero — le dije a mi hermana, mientras las lágrimas mojaban mis mejillas sin cesar.— Vamos mi amor, voy a llamar a Sandra y a Claudia para que estén contigo en estos momentos, creo que las necesitas ahora más que nunca — me dijo Mario, cog
Ese dia y gracias al médico que nos dejó quedarnos, la pasamos en aquella sala mi amiga Sandra, Claudia y yo, alternándose para bajar a la cafetería a comer algo, cuando llegó la noche, el medico entro en la sala dirigiéndose hacia a mi— Creo que estarás cansada, vete a casa ya que yo tengo guardia esta noche y puedo avisarte si sucediera algo — me dijo— No me voy, no me atrevo a marcharme tranquila y que le pase algo, si mi hermana se me va, quiero que de el último de sus suspiros entre mis brazos, si no te importa — le respondí— No te voy a decir que no que debido a las circunstancias, pero ¿estás segura? tu bebe también necesita descansar como tu — me dijo sonriendo— Estoy segura, no te preocupes por mi bebe, el tambien estara bien — le respondí— Por cierto me llamo Robert, me marcho si necesitas algo llamame, que descanses lo que puedas — me dijo— Cariño tienes que descansar como te ha dicho el medico — me dijo Claudia— Ya lo sé, pero de aquí no me muevo Claudia, es cuestió
Después del entierro de mi hermana quise marcharme otra vez al pueblo donde me recibieron tan bien mis amigas Carol, Lorei y Laura, pero mi amiga Sandra y Claudia no me dejaron marchar, ya que ellas pensaban que con ellas y con su ayuda podria salir adelante y asi mi niña estaria cuidada cuando me pusiera a trabajar otra vez, pero yo tenia un problema y ese era Mario, el padre de mi hija, que no lo vi durante los días que más falta me hacía su compañía. La primera semana después de perder a mi hermana, la pasé encerrada en mi dormitorio sin querer ver a nadie, Robert el médico que la atendió hasta su último suspiro fue varias veces para verme, pero yo no quería hablar ni ver a nadie. Cuando ya estaba más animada gracias a mis amigas Sandra y Claudia que nunca me dejaron sola, salí del dormitorio viendo a Claudia sentada en el sofá, sentándome yo a su lado.— ¿Estás mejor, mi amor? — me dijo— Tengo que estarlo, ahora mi niña me necesita — le respondí— ¿Tienes hambre? he hecho un cald