Mario me soltó mis brazos poniendo una de sus rodillas en el suelo, sacando del bolsillo de su chaqueta una cajita envuelta en raso, abriendola, mientras los dos nos mirabamos fijamente a los ojos— Sofia, sabes que te amo como nunca ame a ninguna mujer, ¿aceptas ser la señora Angeletti? — me pregunto mientras una lágrima rodaba por mis mejillas— Mario, por favor ponte de pie — le dije sintiendo mis mejilla sonrojadas— No voy a levantarme hasta que me digas que sí que te casaras conmigo — me dijoPero en vez de contestarle y con los nervios a flor de pie, me fui hacia la puerta, abri el cerrojo y abriendo la puerta me marché del despacho corriendo, entre en el cuarto donde nos cambiábamos de ropa, cogi mi bolso y corrí hacia las escaleras, marchando seguidamente del hotel, Ya en la calle, ande pensativa tropezando con la gente que iba en dirección contraria a donde yo andaba, hasta que sin darme cuenta llegué al hospital agotada, ya que las nauseas volvieron a hacer acto de presenci
Estuve despierta hasta que me asegure de que Mario ya estaba durmiendo, me levanté de la cama y como si fuera una ladrona, me marché del dormitorio hacia el salón. Como ya estaba vestida, cogi mi bolso, marchandome de aquella preciosa casa, cerrando la puerta despacio para no despertar a Mario. Una vez en la calle, me fui dando un paseo aunque no había nadie en la calle y estaba ciertas zonas muy oscuras, cuando ya me canse de andar, me senté en un banco que había en la calle, saqué el móvil de mi bolso y llame a un taxi, que tardó en llegar bastante tiempo, subí en él dándole al conductor la dirección de mi casa, al llegar, le pagué al hombre, baje del coche dirigiendome a la entrada del edificio para subir hasta la planta de mi casa. Abri la puerta, pero cuando la iba a cerrar, me di cuenta de que alguien puso un pie impidiendo cerrar, encendí la luz del pasillo viendo enfrente mía a John, que empujándome entró en la casa— ¿Qué quieres? Lárgate de mi casa ahora — le grite, recibien
Cuando me desperté, me vestí, me acerque hasta la cocina para hacerme un vaso de leche y comerme unas galletas, ya que tenía hambre, limpie después la cocina y la deje toda recogida, me fui al salón cogi mi bolso, marchando seguidamente de mi casa hacia la calle, me acerque hasta la parada mas proxima del autobus para ir al hotel y coger mi liquidación ya que la noche anterior Mario me despidió y yo sabía que lo dijo muy enserio. Una vez que llegue, entré en el hotel dirigiendome hacia el cuarto donde nos cambiábamos de ropa, para hablar con mi amiga Sandra y contarle lo que me había pasado la noche anterior con John y con Mario, pero antes de llegar, me paré al escuchar la voz de Mario.— Señorita Sofia, ya no puede estar en este hotel, al menos que sea una cliente y aquí no admitimos putas, vaya a recursos humano para que le paguen y lárguese de este decente hotel, no queremos fulanas como usted — me dijoNo le dije nada, agache la cabeza, marchandome del hotel hacia las oficinas do
Mario no se quiso ir de la habitación ni para comer hasta que mi amiga Sandra vino a visitarme y ella mismo lo echo de la habitación, quedandonos las dos solas.— Qué cambio ha dado el jefe, esta mañana no había quien le hablara y ahora es él, el que no cesa de hablar ¿Que le ha pasado? no lo entiendo — me dijo— Anoche fue a mi casa y estaba John dentro conmigo, ese cabrón forzó la puerta cuando yo iba a entrar y me forzó despues a mi, viendome desnuda Mario cuando abri la puerta — le dije— Ahora si que lo entiendo todo, ese cabron no te dejará nunca tranquila, que no se cruce cuando esté conduciendo yo, que no miraré si hay algún guardia para cuando me lo lleve por delante — me dijo, riendo las dos— Mario es muy bueno, lleva todo el día aquí conmigo y seguro que no querrá marcharse esta noche de la clínica— Y bueno amiga ¿para cuando es la boda? no quiero que mi sobrino nazca y que sus padres aún esten disponibles y solteros — me dijo Sandra— No te preocupes que no sucederá así
Al día siguiente cuando desperté, sonreí al ver a Mario dormitando en el sillón que había al lado de mi cama, me levanté muy despacio de la cama ya que necesitaba ir al cuarto de baño con cierta urgencia, cuando salí del baño, me acerque hasta donde estaba él, acerque mis labios a los suyos dándole un suave beso diciéndole que le quería, cuando de pronto, puso sus manos en mi cintura sentandome encima suya— Yo no te quiero te amo. me tienes loco Sofía — me dijo— Y yo aun mas — le dije posando mis labios en los suyos, besandonos con pasion— Creo que es mejor que te metas en la cama hasta que venga el médico, no querrás que cuando entre vea una película porno en esta habitación — me dijo, cuando separamos nuestros labios, haciendo que me riera.Mario, se levantó del sillón donde estaba para ayudarme a tumbarme otra vez en la cama, cuando de pronto se abrió la puerta de la habitación, viendo entrar a mi amiga Sandra, muy sonriente— Buenos días ¿qué tal has dormido jefe? — le pregunto
Me estaba quedando dormida en el sofa despues de tomarme el delicioso caldo que Fiorella me preparo, cuando Mario me cogió en sus brazos, rodeando su cuello yo con mis brazos— Quiero que me hagas tuya, te necesito Mario — le dije— No podemos, asi que no insistas, ya escuchaste al médico, durante unos meses te tendrás que conformar con verme desnudo, todos los dias te hare un striptis para que no te sientas muy mal — me dijo riendo— Eres muy malo conmigo – le dije dándole un puñetazo en su hombro, riendomeMario me dejo despacio en la cama, se sentó a mi lado poniendo sus brazos a cada lado de mi cuerpo, acercando sus labios a los míos, se separó unos centímetros mirándonos los dos fijamente a los ojos, haciendo que me sonrojara—- Hasta que te traiga Sandra tu ropa, te dejare un jersey mío para que estés más cómoda, siéntate que voy a quitarte el vestido — me dijo— ¿También me pondrás el jersey? porque a lo mejor no me dejo y el que deseara jugar conmigo serás tú —- le dijeMe sen
Cuando el agente me hizo acompañarlo, pensaba que me llevaría otra vez a la celda, pero me hizo subir a un coche patrulla, marchandonos de la comisaría. Llegando casi una hora después a un edificio que por fuera me di cuenta que era bastante grande, con unos guardias en sus torres armados, en ese momento supe sin tener que preguntarle al agente que me llevaba directamente a la cárcel de mujeres de la ciudad. Después de que abrieran unos grandes portones de hierro, entramos dentro parando el agente el coche en un parking donde ya había varios coches patrullas parados, haciéndome después bajar de aquel auto. Entramos los dos en aquella cárcel, parándose el agente donde había varios guardias.— Vamos a tomarte las huellas, si llevas cadenas, anillos o algo así, por favor déjalo en la bolsa que ahora mismo te voy a dar — me dijo uno de los agentes que miraban de abajo arriba con cierta lujuria.en sus miradasGuarde todo lo que llevaba encima en aquella bolsa, cogiendolo el agente, dandom
Me quedé por un momento pensando en lo que esa mujer me acababa de decir, y aunque sabía que tenía razón, tampoco quería que me tomaran como una delincuente que busca broncas con las demás presas, ya que necesitaba cuando saliera mi juicio que el juez me dejara en libertad, aunque fuera pagando una fianza, ya que sabía que Mario haría cualquier cosa y pagaría lo que me pidieran como fianza para sacarme de aquel horrible lugar. — ¿Cómo te llamas? ya que tu sabes mi nombre, pero yo no el tuyo — le dije— Me llamo Gina, pero todas me llaman “la adúltera asesina” — me dijo sonriendo— Gracias por todo Gina, la verdad es que no se que hago aqui, pero es bueno tenerte como amiga — le dije— Te voy a dar otro consejo Sofia, ves aquellas presas del fondo, ten cuidado con ellas porque les gustan mucho las mujeres y como te coja el grupo aquel sola, ya te puedes ir imaginando lo que te van a hacer y la que te ha atacado en el comedor, la que está allí enfrente con su grupito, a esa le gusta mu