Cuando Sofía salió de la mansión Cartier, su corazón seguía latiendo con fuerza. Pero en lugar de sentirse derrotada, se sentía más decidida que nunca. Había grabado toda la conversación, y ahora tenía una nueva carta bajo la manga.De vuelta en su apartamento, escuchó el audio una y otra vez, sonriendo para sí misma. Marguerite había cometido un error al subestimarla. Ahora, Sofía solo tenía que esperar el momento perfecto para usarlo."¿Quieres jugar, Marguerite?" murmuró, mirando su reflejo en el espejo. "Entonces juguemos."

El evento internacional de premiación era más que una simple gala; era un escaparate de poder, talento y conexiones. Las luces de la ciudad se habían atenuado, pero en cada pantalla gigante de los edificios más imponentes, el rostro de Brihana Cartier-Kozcanov brillaba, irradiando elegancia y poder. Su vestido, un diseño exclusivo de un renombrado diseñador francés, era una obra de arte: negro con detalles dorados que parecían bordados a mano por los mismos dio